La evolución de la incidencia de leishmaniosis en España desde 2016 ha sido estable hasta 2019, con disminución posterior en 2020 y ligera recuperación en 2021
España registró más de 300 casos de leishmaniosis humana en 2022, con mayor incidencia en Baleares, Valencia y Murcia
La evolución de la incidencia de leishmaniosis en España desde 2016 ha sido estable hasta 2019, con disminución posterior en 2020 y ligera recuperación en 2021
Francisco Ramón López - 08-11-2023 - 14:51 H - min.
La leishmaniosis es una enfermedad causada por protozoos del género Leishmania, característica de climas tropicales y subtropicales, incluyendo la región del Mediterráneo. La mayor carga de enfermedad está en Brasil, este de África, subcontinente indio y Oriente próximo. Se trata de una zoonosis cuya vía de transmisión más frecuente a humanos es por la picadura de hembras de Phlebothomus o de Lutzomyia.
Los vectores, reservorios y la especie de parásito, varían según la localización geográfica. Así, Leishmania infantum se distribuye por regiones del Mediterráneo, incluyendo España. El vector en nuestro medio son especies de Phlebotomus, principalmente P. perniciosus y P. ariasi y los principales reservorios son perros o pequeños mamíferos lagomorfos como liebres.
En España, la leishmaniosis es una enfermedad de declaración obligatoria a través de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE), al Centro Nacional de Epidemiología. Hasta 2014 la vigilaban sólo las comunidades autónomas que consideraban que era de interés por ser endémica en su territorio.
Para conocer el impacto de la enfermedad en España, el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) ha publicado el Informe epidemiológico sobre la situación de la leishmaniosis en España correspondiente al año 2022.
En 2022, 15 comunidades autónomas (CCAA) notificaron un total de 304 casos, de los que 297 (98%) fueron confirmados y 6 probables. Hubo 291 casos autóctonos y 13 casos importados. En este sentido, apuntan que la evolución de la incidencia desde 2016 ha sido estable hasta 2019 con disminución posterior en 2020 y ligera recuperación en 2021. Esta evolución varía según las regiones, y puede ser producida, en parte, a una menor notificación de casos debido a la pandemia, aunque no se aprecia en 2022 un retorno a la línea basal previa (2016 a 2019).
Los casos se distribuyen durante todo el año, aunque se han observado máximos en agosto, coincidiendo con la época de mayor actividad del vector y de mayor exposición humana en el medio natural y en meses de invierno (enero y febrero), probablemente debido al período de incubación prolongado de las formas viscerales y al retraso diagnóstico en formas cutáneas.
Desde que se dispone de información de casos de todo el territorio, todas las comunidades autónomas excepto Asturias y Melilla han notificado casos. Se observan TI más elevadas en zonas del Mediterráneo (Baleares, Comunidad Valenciana y Región de Murcia), que presentan proporciones más elevadas de formas cutáneas.
Concretamente, la tasa de incidencia (TI) de 2022 fue de 0,61 casos/100.000 habitantes. Las TI más elevadas correspondieron a Baleares (TI=2,60 y 32 casos), la C. Valenciana (TI=2,02 y 103 casos), y la Región de Murcia (TI=1,96 y 30 casos).
El ISCIII señala que parece apreciarse un gradiente noroeste-sureste, aunque el número de casos por año es reducido en muchas comunidades y conviene analizar esta información de forma agregada en un período más largo.
Estas diferencias pueden ser debidas a una mayor sensibilidad en el diagnóstico y notificación o también a un mayor riesgo en ciertas zonas por mayor densidad o actividad del vector (ampliamente distribuido por España), factores relacionados con el reservorio o factores ambientales, entre otros.
Las tasas de incidencia han sido superiores en hombres durante todo el período y las más elevadas han sido en los menores de 1 año. La mitad de los casos corresponden a leishmaniosis cutánea (LC), con diferencias por comunidades, aunque la proporción de valores perdidos en la categoría clínica sigue estando por encima del 10% de los casos y algunas CCAA no la han notificado.
En cuanto a las medidas de prevención, señalan que van encaminadas al control del vector y de la transmisión e infección en el reservorio animal, por lo que desde el ISCIII señalan que el “enfoque ‘Una salud’ sería deseable para mejorar su control”. “En humanos es fundamental evitar las picaduras y realizar diagnóstico precoz y tratamiento de los casos, especialmente en la población inmunodeprimida”, concluyen.
Respecto al control de la infección en el reservorio animal, que en el caso de España corresponde principalmente a los perros, desde el sector de la salud animal se están realizando esfuerzos a nivel de investigación para conocer más sobre su prevalencia.
De hecho, recientemente se publicaba un estudio, que contó con el apoyo de Ecuphar, en el que se detectó una seroprevalencia de 5,5% de Leishmania en perros aparentemente sanos de España.
Es destacable que en este estudio, aunque la seroprevalencia global fuera del 5,5% en el conjunto del país, en algunas regiones de la cuenca mediterránea, como la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia, ascendía al 14%. Precisamente, estas dos regiones, como se puede ver en el informe del ISCIII, son de las que mayor incidencia de leishmaniosis humana registran.
Dado que la leishmaniosis es una zoonosis y tiene impacto tanto en salud humana como animal, la concienciación con este aspecto resulta particularmente interesante. En este sentido, por el Día Nacional de la Prevención frente a la Leishmaniosis Canina, desde LETI Pharma hicieron un repaso de las acciones que han llevado a cabo para concienciar sobre la necesidad de informar acerca de la enfermedad y cómo prevenirla.
De esta manera, durante dos meses, LETI Pharma ha realizado formaciones por toda la Península Ibérica, tanto en España como en Portugal, para resaltar el papel del veterinario en la lucha contra la leishmaniosis ya que, los últimos estudios realizados, indican un aumento de la prevalencia de la Leishmania.