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Descubren un parásito que causa un cuadro similar al de la leishmaniosis

Un equipo de investigadores ha descubierto un nuevo parásito que causa cuadros similares a los de la leishmaniosis visceral causada por Leishmania Infantum, el mismo parásito que infecta a los perros

Descubren un parásito que causa un cuadro similar al de la leishmaniosis

Descubren un parásito que causa un cuadro similar al de la leishmaniosis

Un equipo de investigadores ha descubierto un nuevo parásito que causa cuadros similares a los de la leishmaniosis visceral causada por Leishmania Infantum, el mismo parásito que infecta a los perros

Francisco Ramón López - 16-10-2019 - 15:15 H - min.

Recientemente, científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) apuntaban que la leishmaniosis, causada por parásitos del género Leishmania, es considerada como uno de los principales problemas de salud a nivel global, y pedían más investigación para “minimizar el potencial riesgo sanitario”.

Ahora, científicos brasileños creen haber identificado una nueva especie de parásito capaz de causar una enfermedad similar a la leishmaniosis visceral causada por Leishmania Infatum —la misma especie que afecta a los perros— pero que resiste los tratamientos actualmente disponibles. Al menos una persona murió como consecuencia de complicaciones relacionadas con dicha infección.

España no es un país libre de leishmaniosis en humanos, de hecho, el último informe de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica del Instituto Carlos III señaló que la prevalencia de leishmaniosis había aumentado un 83% entre 2016 y 2017.

Además, los perros son reservorios de esta enfermedad, aunque no la transmiten directamente, sino que la transmisión se produce a través de vectores. Por ello, es recomendable la prevención mediante el uso de vacunación y collares repelentes.

Los resultados de esta investigación han sido publicados en la revista ‘Emerging Infectious Diseases’ y los datos del análisis filogenómico indican que el protozoo ahora descubierto no pertenece al género Leishmania, que agrupa a más de 20 especies causantes de tres tipos distintos de leishmaniasis: visceral, cutánea y difusa (que provoca lesiones en la piel y en las mucosas).

Desde el punto de vista filogenético, los investigadores explican que la especie analizada está más cerca de la Crithidia fasciculata, un parásito de mosquito que no es capaz de infectar a los humanos o a otros mamíferos, sin embargo, señalan que con esta nueva especie de parásito sí que han conseguido infectar a ratones.

“Por eso creemos que se trata de un nuevo protozoo, al cual proponemos denominar Cridia sergipensis”, explica Joao Santana da Silva, docente de la Facultad de Medicina de Ribeirao Preto de la Universidad de Sao Paulo (FMRP-USP).

  • GALERIA

    Comparación de los dos parásitos protozoarios

 SÍNTOMAS SIMILARES A LOS DE LA LEISHMANIOSIS

El primer caso confirmado por los investigadores es el de un hombre de 64 años que fue atendido por primera vez en 2011 con un cuadro clásico de leishmaniosis visceral: fiebre, inflamación del bazo y del hígado y disminución de los valores de todos los tipos de células sanguíneas (pancitopenia).

“Se le aplicó el tratamiento estándar y mejoró, pero experimentó una recidiva solo cuatro meses después. Entonces se lo trató con el mejor fármaco disponible para estos casos –la anfotericina B liposomal– y respondió bien, pero ocho meses después experimentó una nueva recidiva”, explica Roque Pacheco, docente de la Universidad Federal de Sergipe (UFS).

En esa esa ocasión, apuntan que desarrolló pápulas rojizas en la piel que se propagaron por todo su cuerpo, algo que no se observa en la leishmaniosis visceral. “Desafortunadamente, debido a las recidivas, sumadas a la ineficacia de los procedimentos terapéuticos sucesivos y a la diseminación de la enfermedad en la piel, el paciente falleció tras la cirugía a la que se lo sometió para extirparle el bazo”, añade Pacheco.

Inicialmente, el grupo imaginó que se trataba de una infección atípica por Leishmania infantum. No obstante, los resultados de la aplicación de los test moleculares existentes para el diagnóstico de este patógeno fueron todos no conclusivos en los estudios realizados con los parásitos aislados tanto en la médula ósea como en las lesiones de la piel.

Los ratones infectados con la muestra aislada en la piel del paciente desarrollaron lesiones cutáneas y una leve lesión en el hígado. De manera sorprendente, la infección experimental con el nuevo parásito fue más agresiva en la piel que la registrada en los animales utilizados como grupo de control positivo, infectados con la especie Leishmania major, causante de la leishmaniasis cutánea.

En tanto, los animales infectados con el parásito de la médula ósea exhibieron las manifestaciones típicas de la leishmaniosis visceral –el hígado y el bazo infectados− pero sin ninguna alteración en la piel.

En un intento por descubrir con qué estaban viéndoselas exactamente, los científicos decidieron realizar un análisis del genoma completo de los parásitos aislados en el paciente.

“Mandamos a secuenciar también muestras de otras especies de Leishmania que teníamos en el laboratorio, entre ellas la de L. amazonenses y la de L. braziliensis, además de la L. infantum”, comentó Santana da Silva. Según el investigador, la idea era evaluar si existía alguna semejanza.

Los investigadores apuntan que al comparar los genomas de los parásitos aislados en la piel y en la medula ósea, llegaron a la conclusión de que se trata de una misma especie, capaz de generar infección tanto en órganos internos como en la piel.

El análisis del genoma completo de parásitos aislados en otros dos pacientes de la ciudad que tampoco respondían al tratamiento también concluyó que se trataba de la nueva especie. “Aún deben secuenciarse y analizarse los genomas de otras 150 muestras”, comenta Sandra Regina Costa,  investigadora de la Universidad federal de Sao Carlos.

Según la investigadora, resultados preliminares –obtenidos mediante el análisis de fragmentos del genoma identificados como claves para la caracterización de la especie– sugieren que la mayor parte de los protozoos presentes en las 150 muestras corresponde al perfil de Cridia sergipensis.

RESISTENTE AL TRATAMIENTO

Entre las prioridades de las investigaciones que apuntan los autores del artículo se encuentra la búsqueda de fármacos capaces de matar al nuevo parásito. Según Pacheco, ya se están realizando pruebas con diversos compuestos.

Otro reto consiste en descubrir cómo surgió el patógeno y a través de qué vectores llega a los seres humanos. “Es posible que sea el resultado de un cruzamiento de la Leishmania con algún otro género, o producto de una mutación genética que dotó a Crithidia de la capacidad de infectar a los mamíferos. También es posible que siempre haya existido en la naturaleza y, a medida que los humanos fueron invadiendo su espacio, se fue volviendo más cercano”, teoriza Pacheco.

Por su parte, Costa concluye que “es fundamental” descubrir si Cridia sergipensis es capaz por si solo de causar una enfermedad grave y potencialmente fatal o si los casos que se han registrado serían el resultado de una doble infección. “Es posible que este nuevo parásito esté contribuyendo para agravar casos típicos de leishmaniosis visceral”, explica.

Esta hipótesis explicaría, según Pacheco, por qué la tasa de letalidad por leishmaniasis visceral en un estado brasileño fue del 15% en 2016, mientras que lo esperable sería de tan solo un 6%.

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