¿Qué pueden hacer los veterinarios ante el problema de los perros braquicéfalos?

La Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales (WSAVA) dedica un especial este mes al carlino (también conocido como pug) y explica algunos de los problemas de salud de esta raza braquicéfala, reconocida por su morro achatado y sus prominentes ojos.  

La WSAVA se centra en advertir sobre el peligro de promocionar las razas braquicéfalas, que están directamente relacionadas con problemas de salud, y llama a los veterinarios a que colaboren activamente para atajar la problemática de estas razas.

Algunos de los consejos que dan a los veterinarios es que no publiquen imágenes de carlinos y otros perros braquicéfalos en sus sitios web y que registren en las bases de datos internacionales —como International Partnership for Dogs (IPFD)— los problemas de salud que vayan detectando en este tipo de perros para conocer mejor la gravedad de la situación.

Además, llaman a que se explique claramente a los propietarios de carlinos que los problemas respiratorios, oculares o de movilidad de sus perros son problemas de salud, y no deben de ser normalizados. Asimismo, llaman a reconsiderar la inseminación artificial de ejemplares de esta raza con problemas de salud hereditarios.

“Hay muchos países donde la legislación sobre estos temas se aplica cada vez más o se está considerando aplicarla. Los perros braquicéfalos están generando acciones que afectarán a todos los perros y a todas las partes interesadas en la salud y el bienestar de esta especie. Así que, por favor, piense en los carlinos y en la complejidad que representan”, afirman.

LOS PROBLEMAS DE SALUD DEL CARLINO

IPFD cuenta con numerosa información sobre el carlino, y explica que las razas braquicéfalas, están fuertemente predispuestas a una variedad de trastornos relacionados con su conformación, que incluyen dificultades respiratorias y problemas oculares como úlceras corneales, queratopatía pigmentaria u ojo seco.

Esta raza, además, suele presentar problemas de columna (hemivértebras o cola de tornillo, entre otros), problemas de piel o distocia y otros problemas de parto y apareamiento. Además, es muy propensa, al igual que el resto de perros braquicéfalos, a los golpes de calor.

Por todo ello, estos animales requieren una serie de cuidados especiales relativos al control del peso o al aseo: incluida la limpieza de ojos, piel, oídos o dientes, para que tengan una buena calidad de vida y evitar problemas de salud (aunque buena parte de los problemas son hereditarios) que pueden desembocar en elevados gastos veterinarios.

Todo esto, sin contar que es posible que se requiera la corrección quirúrgica de las fosas nasales, el paladar u otras partes del tracto respiratorio superior si la respiración está gravemente comprometida.

También, pueden terminar requiriéndose operaciones para sus problemas oculares —que pueden terminar desembocando en discapacidad visual— o de columna, en perros con problemas de compresión de la médula espinal, que en los peores casos pueden terminar desembocando en eutanasia.

“Las cirugías para corregir estos defectos hereditarios son costosas, arriesgadas, complicadas y, en general, los problemas nunca se curan por completo y los perros continuarán con una salud comprometida”, advierte el IPFD.