JUEVES, 16 de mayo 2024

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MASCOTAS

¿Cómo influye el tamaño de los perros en el riesgo de desarrollar cáncer?

Un nuevo estudio ha comparado el tamaño de diferentes razas de perro y el riesgo de desarrollar cáncer en ellas

Los perros más pequeños, como los chihuahuas, tienen aproximadamente un 10% de posibilidades de morir de cáncer.
Los perros más pequeños, como los chihuahuas, tienen aproximadamente un 10% de posibilidades de morir de cáncer.

¿Cómo influye el tamaño de los perros en el riesgo de desarrollar cáncer?

Un nuevo estudio ha comparado el tamaño de diferentes razas de perro y el riesgo de desarrollar cáncer en ellas

Redacción - 29-04-2024 - 16:18 H - min.

Un nuevo estudio publicado por la Universidad de California, Riverside(UC Riverside), ha destacado que los perros de tamaño mediano tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer que las razas más grandes o pequeñas.

El estudio, publicado en la Royal Society Open Science, se propuso probar un modelo de cómo comienza el cáncer. Este modelo, llamado modelo de múltiples etapas, predice que el tamaño es un factor de riesgo de cáncer. Los resultados demuestran que sí lo es, pero sólo cuando se considera la variación de tamaño dentro de una sola especie.

Los investigadores apuntan que es común que las células adquieran errores o mutaciones a medida que se dividen y forman copias de sí mismas. Los animales más grandes, y los que viven más tiempo, tienen más células y una vida útil más larga durante la cual esas células se dividen. Según el modelo de múltiples etapas, eso significa que tienen más oportunidades de adquirir mutaciones que eventualmente se convierten en cáncer.

“La pregunta que surge es ¿por qué, entonces, no tenemos más cáncer que un ratón? No es así. No hay un aumento en el riesgo de cáncer a medida que los animales aumentan de tamaño de una especie a otra”, indica el biólogo evolutivo, científico de UC Riverside y autor del estudio Leonard Nunney.

Sin embargo, esto no es cierto para animales de la misma especie. “Los estudios en humanos muestran que las personas altas padecen más cáncer que las personas bajas. Es aproximadamente un aumento del 10% sobre el riesgo inicial por cada 10 centímetros de altura”, señala Nunney.

Para conocer mejor estos factores de riesgo, Nunney necesitó una especie con una mayor diferencia entre el individuo más pequeño y el más grande.

“Probar esto en perros es incluso mejor porque se puede comparar un chihuahua diminuto con un gran danés. Esa es una diferencia de tamaño 35 veces mayor, y en humanos no podemos hacer algo similar a eso”, explica Nunney.

Al examinar sus tasas de mortalidad con tres conjuntos de datos diferentes, Nunney descubrió que los perros más pequeños, incluidos los pomeranos, pinschers miniatura, shih tzus y chihuahuas, tienen aproximadamente un 10% de posibilidades de morir de cáncer.

En comparación, muchos perros relativamente grandes, como los perros de montaña birmanos, tienen más del 40% de posibilidades de morir por cáncer.

No obstante, los investigadores destacan que en el estudio había algunos valores atípicos. Los perros perdigueros de pelo liso tuvieron la mayor mortalidad por cáncer, contrayendo un tipo de sarcoma con mayor frecuencia de la que les correspondería por su tamaño. Los terriers escoceses parecían tener más cáncer que otras razas de perros pequeños. “Los terriers en general contraen más cáncer del esperado para su tamaño”, afirma Nunney. Eso sí, en general el estudio respalda la idea de que el tamaño es un importante factor de riesgo de cáncer.

 LOS PERROS MÁS GRANDES VIVEN MENOS Y EL CÁNCER SE RELACIONA CON EDADES AVANZADAS

Sin embargo, las razas más grandes, como el gran danés, tienen menos cáncer que las medianas. Esto se debe a un fenómeno bien conocido, pero aún inexplicable: la esperanza de vida de los perros se acorta con el tamaño.

“Por cada kilo de aumento en el tamaño típico de una raza se pierden unas dos semanas de vida. Un perro muy grande tiene suerte si vive más de nueve años, mientras que los perros pequeños pueden llegar a los 14”, recuerda Nunney. El cáncer es predominantemente una enfermedad de la vejez, por lo que, al tener una esperanza de vida reducida, los perros más grandes tienen un menor riesgo de padecer cáncer.

Según el estudio, las razas caninas encajan claramente con el modelo multietapa de adquisición del cáncer, según el cual un mayor tamaño y una vida más larga ofrecen más oportunidades a las células para mutar. “Me sorprendió lo bien que encajaban los perros en el modelo”, indica Nunney. “Pero eso no ocurre cuando se compara un ratón con un elefante o un humano con una ballena. Entonces, ¿eso socava el modelo de alguna manera?”, se pregunta.

Nunney cree que la capacidad de un animal para evitar el cáncer aumenta con el tamaño de la especie. “Mi argumento es que la prevención del cáncer es un rasgo evolutivo, por lo que una ballena tendrá más formas de prevenir el cáncer que un ratón”, recalca.

Aunque los datos sobre la incidencia del cáncer en las ballenas son limitados, hay más información sobre las tasas en los elefantes, porque se crían en zoológicos.

Los elefantes no padecen mucho cáncer. Sus antepasados, mucho antes de los mastodontes, eran mucho más pequeños, así que ¿cómo, de camino al tamaño actual, evitaron el cáncer?”, reflexiona. “El secreto para evitar el cáncer podría estar en la biología de los animales más grandes”, concluye el investigador.

EL CÁNCER EN ANIMALES DE COMPAÑÍA: UNA ENFERMEDAD QUE CADA VEZ SUSCITA MÁS INTERÉS

La tenencia de animales de compañía ha cambiado en los últimos años y los propietarios de las mascotas cada vez se muestran más dispuestos a invertir sus recursos en garantizar la mejor vida posible para sus animales.

De esta manera, con el aumento de concienciación con el cuidado de las mascotas se ha conseguido que estas vivan más años de lo que antes lo hacían.

Este aumento de la esperanza de vida de animales como los perros ha provocado que enfermedades como el cáncer —que como se señala en el estudio están relacionadas con la edad— sean ahora más comunes en las clínicas veterinarias de lo que lo eran hace unos años.

Las compañías del sector veterinario son conscientes de este hecho y algunas, como es el caso de Chemovet, llevan ya bastante tiempo apostando por ofrecer a los veterinarios la mayor cantidad posible de opciones de tratamiento del cáncer en animales de compañía, especialmente diseñadas para este tipo de pacientes, e indicadas para más de 30 afecciones, no solo en perros, sino en gatos también.

A este respecto, desde Chemovet apuntan que una de las principales ventajas de los productos diseñados especialmente para animales es que a la hora de desarrollarlos se tienen en cuenta parámetros fisiológicos, patológicos y límites de tolerancia de fármacos quimioterápicos propios de estos.

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