MARTES, 14 de mayo 2024

MAR, 14/5/2024

ENTREVISTA

Araceli Calvo

Veterinaria acreditada en Cirugía por Avepa y por el Grupo de Trabajo Interdisciplinar Nacional de Especialistas en Heridas

“La energía lumínica es muy fácil de implantar en cualquier centro veterinario como terapia dermatológica y en curación de heridas”

“La energía lumínica es muy fácil de implantar en cualquier centro veterinario como terapia dermatológica y en curación de heridas”

Araceli Calvo

Veterinaria acreditada en Cirugía por Avepa y por el Grupo de Trabajo Interdisciplinar Nacional de Especialistas en Heridas

“La energía lumínica es muy fácil de implantar en cualquier centro veterinario como terapia dermatológica y en curación de heridas”

Francisco Ramón López - 28-11-2023 - 10:28 H - min.

El sector veterinario se enfrenta en su día a día a distintas tendencias que están cambiando su forma de trabajar, como el aumento de la demanda de una mejor atención para los animales de compañía por parte de los propietarios que los consideran un miembro más de la familia.

Este auge en la concienciación por el bienestar animal requiere que los veterinarios estén actualizados continuamente en formación y a la vanguardia de los últimos avances tecnológicos en lo que respecta a la salud de sus pacientes.

Uno de estos avances más recientes es la energía lumínica FLE de Phovia, de Vetoquinol, que ayuda a reducir el tiempo de recuperación en lesiones cutáneas y acelera la regeneración dérmica en una gran variedad de alteraciones dermatológicas.

Ante el aumento del número de clínicas y hospitales veterinarios que utilizan Phovia como abordaje único o multimodal, desde Animal’s Health hemos querido hablar con la experta Araceli Calvo, veterinaria acreditada en Cirugía por la Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales (Avepa) y por el Grupo de Trabajo Interdisciplinar Nacional de Especialistas en Heridas, para que desgrane los aspectos más relevantes de esta nueva propuesta.

Calvo analiza en la entrevista las ventajas de Phovia, cómo funciona la energía lumínica FLE y cómo los veterinarios pueden aplicar esta tecnología en sus centros veterinarios para diferenciarse del resto de clínicas.

Asimismo, aborda otros temas de interés para el sector, como los avances en la especialización, el ‘One Health’ o el reto de las resistencias antimicrobianas en pequeños animales.

P. Como veterinaria acreditada por Avepa y por el Grupo de Trabajo Interdisciplinar Nacional de Especialistas en Heridas, ¿cuál es tu visión de la especialización en veterinaria en España? ¿Hacia dónde vamos?

La especialización engrandece nuestra profesión para elevarla a las demás categorías sanitarias. Actualmente los tutores de nuestros pacientes demandan una atención de calidad, y en consecuencia el sector veterinario ha evolucionado para proporcionar un alto nivel en los servicios. Afortunadamente, la mayoría de los veterinarios se forman en especialidades y el veterinario como sanitario universal va camino de desaparecer.

P. ¿En qué momento de tu carrera profesional decidiste especializarte en este campo hasta el punto de convertirte en la única acreditada en heridas con nivel excelente del sector veterinario por el GNEAUPP? ¿Cómo fue el proceso?

R. Desde que era estudiante he tenido un interés particular en el área de las heridas. No es un camino fácil por la escasez de herramientas de información y estudios de este tema en el campo veterinario.

En el mundo de la veterinaria el manejo de heridas queda discretamente reservado para el área de cirugía de tejidos blandos, así que primero me especialicé en este campo. Conseguí la acreditación de AVEPA en cirugía en el 2015, y dos años más tarde se iniciaron las acreditaciones del GNEAUPP, el grupo nacional que engloba las profesiones sanitarias expertos en heridas. En el 2017 me otorgaron el certificado de experta en heridas nivel avanzado, y este año he conseguido alcanzar el nivel más alto con la categoría excelente.

Energía lumínica: “Supone una alternativa para combatir el mal empleo de los antibióticos”

P. El ‘One Health’ y las resistencias antimicrobianas son dos cuestiones que cada vez suenan más también en el ámbito clínico de los animales de compañía ¿qué relación hay entre ellos? ¿Qué pueden hacer los veterinarios en este sentido?    

R. El objetivo del movimiento ‘One Health’ es que la medicina, la veterinaria y las ciencias ambientales trabajen de manera conjunta para defender una única salud. Y una de las labores es la lucha contra la utilización inadecuada de los antibióticos, que ha hecho que las bacterias desarrollen resistencia a estos.

Una gran parte de esta responsabilidad recae en los veterinarios. Datos preocupantes recogen que, de cada 10 visitas de mascotas al centro veterinario, 3 salen con receta de antibióticos, y este porcentaje suele ser mayor en pacientes con afectaciones dermatológicas o heridas. Según estudios, el 5% de la flora cutánea en perros sanos ya presenta resistencias.

El porcentaje de bacterias resistentes a uno o más antibióticos se encuentra por encima del 56%. Esto es un problema muy serio de salud pública, ya que se estima que unas 3.500 personas mueren cada día por infecciones bacterianas que no responden a antibióticos. Somos sanitarios y tenemos que trabajar como tal para la salud del planeta y su futuro.

P. El aumento de la demanda por una mejor atención para los animales de compañía está generando, a su vez, una mayor innovación por parte de la industria, con el desarrollo de nuevas tecnologías. ¿Dirías que en tu campo la energía lumínica ha sido una de las grandes novedades?

R. Se ha demostrado que la biomodulación por fluorescencia, una forma de fotobiomodulación que emplea energía lumínica, estimula la curación de heridas agudas y crónicas. Esta energía se descubrió hace más de 50 años y se ha usado en medicina humana, en odontología, medicina estética, dermatología y actualmente también en curación de heridas. Desde su debut en la medicina de animales de compañía, su uso para la curación de lesiones cutáneas y dermopatías ha demostrado ser de gran ayuda.

En mi trabajo diario se ha convertido en una terapia adyuvante indispensable.

P. ¿En qué consiste la energía lumínica FLE? Háblanos al respecto.

R. La fluorescencia es el fenómeno mediante el cual algunas substancias emiten energía en forma de luz una vez se les irradia con luz azul. Las moléculas fotorreceptoras de las células absorben la energía FLE, dando lugar a cambios químicos.

Su efecto principal es sobre la mitocondria celular (el motor de la célula) estimulando la síntesis de ATP (la gasolina celular). Las mitocondrias se vuelven más eficientes, lo que significa mayor producción de ATP y, por tanto, una reparación celular más rápida; y un efecto antimicrobiano por mayor producción de especies reactivas de oxígeno para la defensa contra bacterias y otros microrganismos. Además, tiene efecto de inmunomodulación y vasodilatación de los tejidos (aporte de mayor oxígeno).

P. ¿Cuáles dirías que son las principales ventajas que ofrece la energía lumínica para las clínicas veterinarias que apuestan por este tipo de tecnología? ¿Y para los animales que son atendidos?

La implementación de terapias innovadoras de fácil aplicación y de coste asequible es una buena apuesta para destacar como centro. Si le sumamos una aplicación sencilla, semanal y que supone una experiencia diferente para los tutores, con el uso de gafas especiales y la fluorescencia producida, se marca una diferencia que se refuerza con unos excelentes resultados en curación.

Además, los pacientes necesitan menos medicación. Por lo tanto, volviendo al tema de las resistencias, el uso de esta terapia supone una alternativa para combatir el mal empleo de los antibióticos o la falta de cumplimiento de la posología por parte de los tutores.

Otra ventaja esencial es que menores tiempos de curación se traducen en reducción de complicaciones. Además, los pacientes la toleran muy bien, ya que se emplea habitualmente una vez por semana en sesiones dobles de dos minutos que no requieren sedación.

P. Parece que uno de los beneficios de la energía lumínica es que acelera las fases de la cicatrización y la regeneración de la piel. ¿Cómo se consigue esto?

R. El cierre por segunda intención de las heridas es un proceso complejo, largo y lento que, en algunas ocasiones, puede llevar a complicaciones y aquí el papel del clínico es muy importante, ya que puede optimizar las condiciones de curación, así como disminuir y resolver dichas complicaciones.

El trauma inicial que crea la herida desencadena una cascada secuencial de eventos moleculares y celulares para iniciar los procesos de reparación de los tejidos. La energía lumínica estimula las células, lo que genera efectos beneficiosos: reduce la inflamación, acelera la síntesis de colágeno, una reepitelización precoz y proporciona una remodelación más fisiológica. 

P. En líneas generales, ¿recomendarías el uso de esta tecnología en las clínicas veterinarias? ¿Qué le dirías a un veterinario que se plantea incorporar la energía lumínica en su centro?

R. La energía lumínica es muy fácil de implantar en cualquier centro veterinario como terapia dermatológica y en curación de heridas. Un elevadísimo porcentaje de las consultas son patologías dermatológicas que se tratan con antibióticos durante semanas. Y en las consultas de urgencias las heridas agudas también son una causa común.

Mi recomendación es tener la lámpara de luz azul preparada en la propia consulta, y usarla con la aplicación del gel conversor en todas las indicaciones que precisen una regeneración o cicatrización cutánea. En poco tiempo la lámpara supone un elemento imprescindible y muy solicitado.

P. ¿Cuál es tu visión sobre el futuro del tratamiento de heridas y afecciones cutáneas en pequeños animales?

R. Los veterinarios van camino de estar a la vanguardia del desarrollo y uso de terapias avanzadas sostenibles y rentables. Conocer terapias basadas en evidencia científica, junto con un abordaje eficaz y un diagnóstico preciso son la clave para mejorar el tratamiento de las afecciones de la piel.

P. Como veterinaria experta, y ahora que se acercan los Reyes Magos, ¿qué le pedirías a la industria veterinaria? ¿Qué tipo de nuevas herramientas necesitáis en tu campo de trabajo para hacer vuestra tarea más fácil?

R. Le pediría mayor investigación, evaluación y estudios rigurosos de los productos que se comercializan como cicatrizantes milagrosos sin una explicación del mecanismo de acción y sin unas indicaciones precisas en base a la etiología de las lesiones. Y a los veterinarios que pidan referencias bibliográficas y se planteen dudas antes de probar tratamientos nuevos.

En la cura de heridas hay una enorme escasez de documentos científicos. Son necesarios una reevaluación crítica de los métodos actuales de curación, junto con la necesidad de invertir en investigación clínica. Más allá de los intereses comerciales se necesitan recursos económicos destinados al desarrollo de nuevas tecnologías.

P. ¿Qué consejos le darías a los estudiantes y futuros veterinarios?

R. Para disfrutar de nuestra profesión en la que el estrés crónico, las contracturas, el insomnio y los malos hábitos alimentarios están normalizados, es necesario trabajar con conocimiento de lo que se está haciendo, que identifiquen aquello en lo que son buenos y que no se cansen nunca de aprender.

P. ¿Algún deseo para 2024?

Que se haga realidad en nuestro país una mejora necesaria en el sector, para alcanzar el valor como profesionales ya presente en otros países.

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