DOMINGO, 19 de mayo 2024

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ANIMALADAS

El 37% de los españoles cuestiona que el coronavirus tenga origen animal

Un estudio realizado en 5 países para conocer el seguimiento de teorías de la conspiración concluye que los españoles son los que más apoyan la de que el origen del coronavirus está en un laboratorio de Wuhan, y no procede de animales

Los investigadores abogan por aumentar la alfabetización en medios digitales de la población.
Los investigadores abogan por aumentar la alfabetización en medios digitales de la población.

El 37% de los españoles cuestiona que el coronavirus tenga origen animal

Un estudio realizado en 5 países para conocer el seguimiento de teorías de la conspiración concluye que los españoles son los que más apoyan la de que el origen del coronavirus está en un laboratorio de Wuhan, y no procede de animales

Redacción - 15-10-2020 - 16:35 H - min.

Un nuevo estudio sobre creencias y actitudes hacia la Covid-19 en cinco países diferentes (Reino Unido, Estados Unidos, Irlanda, México y España) ha identificado cuánto seguimiento tienen algunas teorías conspirativas prominentes dentro de estas poblaciones.

Esta investigación publicada en la revista ‘Royal Society Open Science’ ha revelado predictores clave de la susceptibilidad a noticias falsas sobre una pandemia, y constatado que incluso un pequeño aumento en las creencias en las conspiraciones equivale a una importante caída en la intención de vacunarse.

Los científicos de la Universidad de Cambridge recopilaron datos de muestras nacionales en cada país y pidieron a los participantes que calificaran la credibilidad de varias afirmaciones, entre ellas seis teorías conspirativas sobre la Covid-19.

Si bien una gran mayoría de personas de los cinco países consideró que estas afirmaciones falsas no eran creíbles, los investigadores encontraron que ciertas teorías de la conspiración se han arraigado en porciones significativas de la población.

La conspiración considerada más válida en todos los ámbitos fue la afirmación de que la Covid-19 se diseñó en un laboratorio de Wuhan, y por tanto su origen no es animal, sino artificial. Los españoles fueron los que más apoyaron esta afirmación (37%), seguidos de México (33%), Irlanda (26%), y Reino Unido y Estados Unidos, que rondan entre el 22% y el 23%.

A esto le siguió la idea de que la pandemia es "parte de un complot para hacer cumplir la vacunación mundial", con el 22% de la población mexicana calificando esto como creíble, junto con el 18% en Irlanda, España y los Estados Unidos, y el 13% en el Reino Unido.

La conspiración del 5G, que defiende que algunas torres de telecomunicaciones están empeorando los síntomas de Covid-19, domina segmentos más pequeños pero aún significativos: 16% en México, 16% en España, 12% en Irlanda y 8% tanto en el Reino Unido como en los Estados Unidos.

LAS TEORÍAS DE LA CONSPIRACIÓN PONEN EN PELIGRO LA VACUNACIÓN

Los investigadores preguntaron también a los participantes sobre su actitud hacia una futura vacuna contra el coronavirus y que calificaran la credibilidad de las afirmaciones conspirativas sobre la Covid-19 en una escala de uno a siete.

Lo que descubrieron es que, de media, un aumento de una séptima parte en la credibilidad percibida de la información errónea de una persona se asocia con una caída de casi una cuarta parte (23%) en la probabilidad de que acepten vacunarse.

Por el contrario, en promedio, un aumento de una séptima parte de la confianza en los científicos se asocia con un aumento del 73% en la probabilidad de vacunarse y un aumento del 79% en las probabilidades de recomendar la vacunación a otros.

“Ciertas afirmaciones basadas en desinformación son consideradas de manera uniforme como creíbles por una parte sustancial del público. Encontramos un vínculo claro entre creer en las conspiraciones del coronavirus y las dudas sobre cualquier vacuna futura”, explica Sander van der Linden, coautor y director del Laboratorio de Toma de Decisiones Sociales de Cambridge.

Ateniéndose a estos datos, van der Linden aboga por que los gobiernos y las empresas de tecnología deberían explorar formas de aumentar la alfabetización en medios digitales de la población. “De lo contrario, desarrollar una vacuna que funcione podría no ser suficiente", advierte.

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