SÁBADO, 27 de abril 2024

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Veterinarios españoles identifican signos clínicos de leishmaniosis felina

Un grupo de veterinarios españoles ha realizado un estudio en 16 gatos encontrando que los signos clínicos más comunes de la leishmaniosis felina son las lesiones cutáneas, y detectaron, además, afecciones inmunosupresoras en los gatos estudiados

Los signos clínicos más comunes en la presentación incluyeron lesiones cutáneas en 12 gatos (75%).
Los signos clínicos más comunes en la presentación incluyeron lesiones cutáneas en 12 gatos (75%).

Veterinarios españoles identifican signos clínicos de leishmaniosis felina

Un grupo de veterinarios españoles ha realizado un estudio en 16 gatos encontrando que los signos clínicos más comunes de la leishmaniosis felina son las lesiones cutáneas, y detectaron, además, afecciones inmunosupresoras en los gatos estudiados

Redacción - 18-02-2020 - 10:16 H - min.

La leishmaniosis es una enfermedad transmitida por vectores y en los países europeos es causada por el parásito Leishmania infantum. En este sentido, los gatos se consideran reservorios secundarios de la infección en áreas endémicas, como la cuenca mediterránea, en la que se encuentran países como España, donde el principal reservorio de leishmaniosis son los perros.

De hecho, recientemente un grupo de científicos del Hospital de Manacor (Mallorca), relacionaron una alta población canina con un mayor número de casos de leishmaniosis humana. Por ello, los expertos del sector de la salud animal instan a proteger a los animales de compañía contra la leishmaniosis (enfermedad zoonótica).

En este sentido, recomiendan compaginar estrategias preventivas en perros como la vacunación con LetiFend® de LETIPharma, que refuerza sus defensas, con el uso de collares repelentes que evitan la picadura del flebótomo vector de la leishmaniosis por un tiempo estimado de 12 meses.

Ahora, un grupo de veterinarios españoles de diferentes hospitales y clínicas veterinarias de Barcelona y Valencia, y de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona han publicado un estudio en la revista Journal of Feline Medicine and Surgery.

El objetivo del estudio retrospectivo es describir los hallazgos clínicos, el diagnóstico, el tratamiento y el resultado de la leishmaniosis felina (FeL) en 16 gatos en España.

Los registros médicos de los gatos diagnosticados con leishmaniosis se revisaron retrospectivamente para los casos que cumplían con los siguientes criterios de inclusión: identificación de organismos y/o ADN de Leishmania en muestras citológicas y/o histológicas y/o un alto título de anticuerpos anti-Leishmania, hallazgos clínicos compatibles y patológicos.

SIGNOS CLÍNICOS

16 gatos cumplieron con los criterios de inclusión, todos los cuales vivían en áreas endémicas para la leishmaniosis canina. Los signos sistémicos se detectaron en 11 casos (68,8%). Los signos clínicos más comunes en la presentación incluyeron lesiones cutáneas en 12 gatos (75%), enfermedad ocular en seis gatos (37,5%) y anorexia en seis gatos (37,5%).

Asimismo, se observó una gammapatía policlonal en 12 gatos (85,7%). La anemia no regenerativa y las anomalías renales estuvieron presentes en 6 (37,5%) y 5 pacientes (31,3%), respectivamente.

Por otro lado, en 9 gatos (56,3%), se identificaron condiciones inmunosupresoras/comorbilidades. El diagnóstico se realizó en ocho de los gatos (50%) por citología, pero se necesitó una combinación de pruebas de diagnóstico para el diagnóstico definitivo en los pacientes restantes.

Además, 12 gatos (75%) fueron tratados específicamente contra la leishmaniosis. Cinco de los 12 gatos (41,7%) no mejoraron con el tratamiento. La mediana del tiempo de supervivencia en el grupo de pacientes tratados específicamente para la leishmaniosis fue de 17 meses.

La conclusión del estudio es que la presentación de FeL parece ser similar a la leishmaniosis canina pero con algunas características específicas: las lesiones cutáneas ulcerativas y nodulares son los signos cutáneos predominantes; los gatos con afecciones inmunosupresoras o enfermedades coexistentes estaban más comúnmente presentes que los que se ven típicamente en perros (principalmente virus de inmunodeficiencia felina).

Por último, el equipo de veterinarios destaca que puede ser necesaria una combinación de pruebas de diagnóstico para el diagnóstico definitivo.

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