El sacrificio de perros es una medida “inútil” contra la leishmaniosis

El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) ha publicado un informe en el que han participado veterinarios y expertos mundiales en leishmaniosis canina, entre los que se encuentra la veterinaria española Guadalupe Miró.

En el informe, el conjunto de expertos ha llegado a la conclusión de que el sacrificio de perros —principal reservorio de Leishmania infantum—, ya sean clínicamente sanos o enfermos, es una medida “inútil” para reducir la incidencia de leishmaniosis visceral en humanos.

En este sentido, según han apuntado los científicos, a lo largo de los años “millones de perros” han sido sacrificados como parte de las políticas gubernamentales para controlar la leishmaniosis visceral humana causada por L. infantum, en los países de Asia Central, el Cáucaso o América Central y del Sur, entre otros.

En áreas de Asia (por ejemplo, China) donde los regímenes gubernamentales han promovido el sacrificio masivo de todos los perros (independientemente del estado seropositivo), en asociación con el uso generalizado de diclorodifeniltricloroetano (DDT) para el control de vectores, la incidencia de la enfermedad disminuyó durante muchos años.

Sin embargo, “es difícil decir si esto fue un efecto de la eliminación del perro, el control del vector o ambos”, subrayan los investigadores en el informe. Además, han querido destacar que durante los últimos 20 años se ha acumulado una gran cantidad de evidencia científica de todo el mundo y bajo diferentes escenarios ecológicos que demuestran el fracaso del sacrificio de perros como estrategia de control.

“No hay evidencia científica que respalde la efectividad del sacrificio de perros como un medio para reducir la incidencia de leishmaniosis visceral”, han precisado, añadiendo que los huéspedes de reservorios alternativos pueden desempeñar un papel en el mantenimiento del ciclo de vida de L. infantum y deben tenerse en cuenta cuando se formula una estrategia de control integrado.

Asimismo, han señalado que, “los perros sacrificados son reemplazados rápidamente por perros jóvenes que a menudo son más susceptibles a la infección primaria”. También han subrayado que el sacrificio de perros “no es una alternativa rentable y válida desde una perspectiva socioeconómica (por ejemplo, el efecto del sacrificio de los perros en sus propietarios y el coste de los medicamentos para la eutanasia)”.

MEDIDAS ALTERNATIVAS

Entre las medidas alternativas que los expertos proponen está la vacunación de los perros con vacunas como LetiFend® de LETIPharma, que reduce el riesgo de desarrollar la enfermedad, fortalece las defensas del perro en caso de que sea infectado y disminuye la carga parasitaria.

Por otro lado, se apunta que el sacrificio de perros en áreas donde la leishmaniosis visceral es endémica debe reemplazarse con medidas alternativas no terminales que puedan prevenir la infección en perros.

Por ello instan a promover la prevención de la picadura del flebótomo vector, reduciendo así el riesgo de infección por L. infantum en perros no infectados, su propagación a partir de perros ya infectados, “y reducir la exposición de los humanos a los flebotomos”.

Entre otras de las recomendaciones figura mejorar la salud general y el estado nutricional de los perros, e implementar los últimos avances sobre el manejo clínico de la leishmaniosis canina, incluidos los enfoques para el diagnóstico y el tratamiento.