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PROFESIONALES

Hacia la eliminación más rápida del gusano del corazón

Veterinarios españoles se acercan a la eliminación más rápida del gusano del corazón mediante un estudio en el que apuestan por mejorar el tratamiento de dicha enfermedad parasitaria

Elena Carretón, veterinaria e investigadora, y Alberto Montoya, catedrático de la Facultad de Medicina y Cirugía Animal de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria; participantes ambos en el estudio.
Elena Carretón, veterinaria e investigadora, y Alberto Montoya, catedrático de la Facultad de Medicina y Cirugía Animal de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria; participantes ambos en el estudio.

Hacia la eliminación más rápida del gusano del corazón

Veterinarios españoles se acercan a la eliminación más rápida del gusano del corazón mediante un estudio en el que apuestan por mejorar el tratamiento de dicha enfermedad parasitaria

Redacción - 24-06-2019 - 12:40 H - min.

El tratamiento del gusano del corazón canino se ha modificado a lo largo de los años, agregando mejoras para una mayor eficacia, seguridad y un mejor pronóstico. Actualmente, el protocolo adulticida recomendado consiste en la administración de tres dosis de dihidrocloruro de melarsomina, precedida por la administración de lactonas macrocíclicas durante dos a tres meses.

Por su parte, la enfermedad parasitaria del gusano del corazón está aumentando su prevalencia debido al cambio climático y a las altas temperaturas, ya que estas permiten a ciertos vectores ampliar sus zonas endémicas. De hecho, según la Asociación Americana del Gusano del Corazón, los perros infectados por dicha enfermedad han aumentado un 21%.

El objetivo de este estudio fue evaluar una variación del protocolo de adulticida de gusano del corazón en 76 perros infectados por Dirofilaria immitis, que consiste en la administración previa de lactonas macrocíclicas (ivermectina) durante un solo mes. En dicho estudio han participado veterinarios e investigadores de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria, junto con el Laboratorio de Parasitología de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Salamanca.

El día del diagnóstico se determinó la presencia de microfilarias circulantes y se realizó una ecocardiografía para evaluar la carga del parásito. El tratamiento comenzó el día 0, con doxiciclina durante 30 días (10 mg / kg BID) e ivermectina mensual (6 mcg / kg). En el día 30, se administró la primera dosis de dihidrocloruro de melarsomina, seguida de una segunda y tercera dosis en los días 60 y 61, respectivamente.

En el día 90, los perros fueron examinados y dados de alta. Seis meses después de la última dosis, todos los perros fueron negativos a la presencia de antígenos y amicrofilaremia. Además, el 38,1% de los animales fueron evaluados por ecocardiografía, mostrando ausencia de parásitos adultos.

Se considera que la ineficacia de la melarsomina contra los gusanos de menos de cuatro meses debe evitarse mediante la administración previa de lactonas macrocíclicas durante dos o tres meses, matando larvas de menos de 2 meses mientras que las filarias más adultas pueden madurar para ser susceptibles al dihidrocloruro de melarsomina. Con este protocolo, esta brecha se cubriría para las segundas y terceras inyecciones, cuando los gusanos tendrían cuatro meses o más.

Además, existe evidencia de que la melarsomina es eficaz contra los gusanos menores de cuatro meses y que las lactonas macrocíclicas tienen cierta eficacia contra los gusanos del corazón mayores de dos meses. Esta modificación permite una eliminación más rápida de los gusanos del corazón y un mejor cumplimiento por parte de los dueños de los perros infectados.

EL GUSANO DEL CORAZÓN

La dirofilariosis, o enfermedad de gusano del corazón, está producida por un parásito que, en su fase adulta, se localiza en el interior del corazón del perro.

El parásito es transmitido mediante la picadura de un mosquito, que deposita las formas larvarias en la piel del perro. Tras varios meses, estas larvas migran a los distintos órganos a los que afectan, entre los que se encuentran los pulmones y el corazón, fundamentalmente, además del hígado, bazo, piel, riñón, cerebro y ojo. En el corazón, como adultos, llegan a medir unos 30 centímetros y completan su ciclo reproduciéndose, descendencia que llega al mosquito cuando le pica y este continúa el ciclo.

Los perros con dirofilariosis suelen manifestar intolerancia al ejercicio, tos cardíaca, dificultad respiratoria, problemas hepáticos o renales, entre otros síntomas, que hacen sospechar de la enfermedad. Normalmente se manifiesta de forma crónica y puede causar la muerte después de varios años, a no ser que se trate de un caso agudo, en cuyo caso puede provocar la muerte en pocas horas. 

Es una enfermedad muy extendida, más frecuente en áreas templadas y húmedas donde los mosquitos son más abundantes. En España, las zonas más afectadas son Canarias, la cuenca del Ebro, Valencia y Huelva. Sin embargo, puede darse en cualquier zona de la península, lo cual se debe tener en cuenta a la hora de viajar con el perro.

La dirofilariosis tiene tratamiento, pero es más sencilla y segura su prevención con productos específicos y chequeos periódicos.

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