Aunque la mosca negra no es una especie invasora en España, lo cierto es que este insecto viene causando estragos en la ciudadanía en los últimos años debido a sus agresivas mordeduras
Advierten del peligro que supone el aumento de la mosca negra para la Salud Pública en España
Aunque la mosca negra no es una especie invasora en España, lo cierto es que este insecto viene causando estragos en la ciudadanía en los últimos años debido a sus agresivas mordeduras
Redacción - 02-08-2023 - 09:14 H - min.
La mosca negra es una especie endémica en España. Sin embargo, su expansión ha sufrido una aceleración exponencial en los últimos años, y cada vez son más las personas afectadas por su mordedura que acuden a los centros de salud de ciudades y pueblos de toda la Península. Y es que la mosca negra, contrario a lo que pudiera pensarse, no pica, sino que muerde.
Así lo explica el director general de la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA), Jorge Galván: “el problema fundamental de este insecto es que no pica, sino que muerde en forma de sierra, generando una herida de consideración importante y pudiendo dar lugar a infecciones y reacciones alérgicas muy alarmantes, que en algunos casos pueden incluso llegar a requerir hospitalización”.
El proceso es el siguiente: por su consideración de hematófaga, la mosca negra necesita consumir sangre para cumplir con su ciclo vital. Al carecer de aguijón, este insecto muerde, rasgando la piel de sus víctimas con sus mandíbulas para poder extraer la sangre. Con este gesto aprovecha para inocular una pequeña dosis de anestésico, que le permitirá trabajar tranquilamente sin que el individuo afectado se dé cuenta durante hasta 5 minutos. El efecto final se traduce en una roncha de varios centímetros que suele incluso sangrar, acompañada de una elevada hinchazón que puede llegar a durar hasta un mes.
En caso de sufrir la mordedura de este insecto, se recomienda aplicarse hielo para bajar la inflamación o aplicarse una pomada con un corticoide suave y acudir al centro de salud más cercano e informar del caso para evitar un empeoramiento de la reacción. Y, por supuesto, no rascarse, ya que esto podría empeorar la herida o incluso infectarla.
Pero ¿por qué está aumentando la población de mosca negra en España? El presidente de ANECPLA, Sergio Monge, señala sin duda a dos factores clave que están provocando esta circunstancia: “el cambio climático y la globalización”, afirma.
Y como única solución al problema hace un llamamiento urgente a las instituciones ya que, reconoce, “la única manera que tenemos de evitar una plaga descontrolada de esta especie es que las Administraciones Públicas vuelquen todos sus esfuerzos en su control mediante campañas preventivas previas a los meses de más calor, que es el momento idóneo además para aplicar los tratamientos larvicidas, que son los más efectivos por cuanto que combaten la plaga desde los estadios más primarios del desarrollo de los individuos y además son los más inocuos tanto para el resto de especies como para las propias personas”.
Y es que la mosca negra, si bien por el momento no ejerce como vector transmisor de enfermedades en nuestro país. No ocurre igual en otras latitudes del mundo como, por ejemplo, el África subsahariana, Brasil o Venezuela, donde la mosca negra es transmisora de graves enfermedades infecciosas como la oncocercosis, también conocida como ‘ceguera de los ríos’.
Por ello, Monge alerta de que “es vital que estemos alertas ante este riesgo porque, de no controlarlo adecuadamente, podemos estar en los prolegómenos de un importante problema de salud pública en nuestro país”.
ANECPLA señala el ejemplo de Madrid como paradigma de buena gestión: el Ayuntamiento de la capital redujo en un 87% las larvas de mosca negra en el río Manzanares gracias a su campaña de 2020, según datos de Madrid Salud.
En la actualidad, las regiones españolas más afectadas por la presencia de mosca negra son Andalucía, Aragón, Cataluña, Madrid, Murcia y Valencia, donde este insecto autóctono de unos 6 mm. de longitud ha crecido hasta cifras nunca vistas, debido fundamentalmente al aumento de las temperaturas de los últimos años.
“Las altas temperaturas son uno de los factores principales para que se produzca un pico en el volumen de población de mosca negra”, explica el director general de ANECPLA, Jorge Galván. “Su ciclo de vida, que puede completarse desde unos días hasta varios meses, puede llegar a reducirse a la mitad cuando hace mucho calor”.
ANECPLA recuerda la responsabilidad que ejerce la Sanidad Ambiental aplicada, entendida como todos aquellos procesos de gestión de organismos nocivos que se llevan a cabo en todos aquellos lugares donde las personas desarrollan sus actividades, dirigidos a proteger la Salud Pública y el bienestar de las personas.
“Todos los profesionales que ejercemos nuestra labor en el sector de la Sanidad Ambiental sabemos de primera mano la responsabilidad que tenemos con la sociedad, especialmente en un momento crítico como el actual en el que acabamos de atravesar una pandemia como la COVID-19 y donde la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha advertido del crecimiento del riesgo de nuevas zoonosis”, explica Galván quien, en su férreo compromiso con la Salud Pública, compagina su cargo como director general de ANECPLA con la coordinación del Área de Sanidad Ambiental de la Plataforma española One Health.
Esta Plataforma defiende en nuestro país el enfoque One Health (Una Sola Salud) como la única vía posible para blindar la Salud Pública. Un enfoque promovido desde la OMS desde hace más de 20 años y que reclama un cambio de paradigma que aúna la salud humana, animal y ambiental de forma global como la única vía de afrontar con éxito los problemas de Salud Pública que tenemos encima de la mesa a nivel mundial a día de hoy y todos aquellos otros que estén por venir.