La estrategia podría contribuir a controlar la leishmaniosis visceral en zonas endémicas, aunque no evitaría que el can desarrolle la enfermedad si ya ha sido picado por el mosquito infectado. Los expertos señalan la importancia de la vacunación en los perros para la prevención de la enfermedad y sus síntomas.
Un insecticida oral, eficaz para matar al vector de la leishmaniosis
La estrategia podría contribuir a controlar la leishmaniosis visceral en zonas endémicas, aunque no evitaría que el can desarrolle la enfermedad si ya ha sido picado por el mosquito infectado. Los expertos señalan la importancia de la vacunación en los perros para la prevención de la enfermedad y sus síntomas.
Redacción - 04-01-2019 - 06:50 H - min.
Un ensayo clínico de ISGlobal junto a la Universidad de Zaragoza ha demostrado la eficacia del uso de insecticidas orales en perros como posible estrategia para el control de la leishmaniosis visceral en zonas endémicas.
Los resultados concluyeron que una sola dosis oral de fluralaner es eficaz para matar flebótomos (mosquitos) que se alimentan de perros tratados, hasta 45 días después del tratamiento.
En este estudio, el investigador Albert Picado y su equipo pasaron del modelo al ensayo para evaluar el impacto potencial de dicha estrategia. En colaboración con investigadores de la Universidad de Zaragoza, probaron el efecto de una dosis oral de fluralaner, insecticida comúnmente usado en mascotas contra pulgas y garrapatas, sobre la supervivencia de flebótomos que se alimentaron de perros tratados o no tratados. Los resultados del ensayo clínico muestran que la mortalidad de flebótomos que se alimentaron de perros tratados con una pastilla masticable de fluralaner fue entre el 100 y 89%, hasta 45 días después del tratamiento (comparado con una mortalidad entre el 4 y 10% para los que se alimentaron del grupo no tratado). Después de los 45 días, la eficacia del medicamento disminuyó por debajo del 65%.
Estos resultados muestran que la administración oral de insecticidas a perros de la comunidad podría ser un método eficaz para reducir la transmisión del parásito, como indica el modelo matemático desarrollado y publicado por el equipo de Picado, quien apunta que “podría representar una estrategia de control de leishmaniosis visceral en zonas endémicas”. Sin embargo, esto no evitaría que el perro que ya ha sido picado por el mosquito infectado, se infecte y desarrolle la enfermedad, por lo que la vacunación continúa siendo fundamental a la hora de prevenir la enfermedad.
LA IMPORTANCIA DE LA VACUNACIÓN
La Leishmaniosis visceral ‘zoonótica’, causada por el parásito Leishmania infantum, se transmite al humano por la picadura de hembras flebótomas que se alimentan de mamíferos infectados, particularmente perros. En zonas endémicas, la enfermedad es un problema de salud pública (unos 3000 casos en Brasil, con 10-20% de mortalidad).
La vacunación con LetiFend, la primera vacuna recombinante frente a leishmaniosis canina, ha demostrado un 72% de eficacia, en un estudio de campo realizado en España y Francia con más de cuatrocientos perros de diversas razas. Este nivel de eficacia es muy alto, especialmente cuando se trata de una vacuna contra una enfermedad parasitaria, como lo es la Leishmaniasis. Para maximizar la prevención de la enfermedad, son necesarios la vacuna frente al parásito Leishmania y el repelente del mosquito, como collares y pipetas.
La función de los repelentes frente al mosquito es reducir la probabilidad de que este pique al perro y le inocule el parásito Leishmania, mientras que con la vacuna se refuerza la respuesta del sistema inmune del animal en caso de que, pese al repelente, el mosquito pique e infecte al perro.
En este sentido, la veterinaria y catedrática del Departamento de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, Guadalupe Miró, señala que es extremadamente raro ver perros bien vacunados enfermos de leishmaniosis. Y es que, el papel de la vacuna es el de reforzar el sistema inmunitario del perro para que el perro esté preparado para desarrollar una respuesta inmune eficaz y evitar el desarrollo de la enfermedad y de sus síntomas.