Día Mundial de la Salud: Boehringer Ingelheim reafirma su compromiso ‘One Health’

Con motivo del Día Mundial de la Salud, que se celebra este miércoles 7 de abril, Boehringer Ingelheim Animal Health reafirma su compromiso con el concepto ‘One Health’, firmemente convencida de que la salud y el bienestar de los animales enriquecen la salud de las personas. 

En este sentido, la compañía insiste en su apuesta por este enfoque. “Y no como en un concepto idílico lejano en el tiempo, sino como una realidad que ya es prioritaria. Porque creemos que existe un vínculo único que hace que, si los animales están bien, los humanos también lo estarán”, afirman.

Por todo ello, ha recordado la importancia de la publicación del ‘Manifiesto: desafíos del siglo XXI en prevención, bienestar y salud animal’, que llevó a cabo a finales de 2020, y que considera como un punto de partida para nuevas iniciativas que irá desarrollando en los próximos meses.

De hecho, la compañía señala que el compromiso con el concepto ‘One Health’ es a largo plazo, aunque defiende que los retos a los que se enfrenta el mundo “no pueden esperar”. Por eso, Elena Gratacós, directora gerente de Boehringer Animal Health España, no duda en destacar “el compromiso de la empresa con los animales y con los veterinarios, tanto en clínicas como granjas, con los propietarios de mascotas y con la sociedad en general”. “En este sentido, queremos contribuir de forma decisiva a innovar y avanzar en la solución de los retos a los que nos enfrentamos como sociedad en materia de salud animal y humana”, añade.

SEIS EXPERTOS PARA CAMINAR HACIA UN FUTURO ‘ONE HEALTH’

El Manifiesto fue posible gracias a la labor de seis expertos de reconocido prestigio. “Voces autorizadas, avaladas por su amplísima formación y experiencia, que tienen mucho que decir en este reto colectivo que asumimos”, indican desde la compañía.

Uno de los expertos es José Manuel Sánchez-Vizcaíno, catedrático de Sanidad Animal de la UCM y director del laboratorio de referencia de la OIE para peste porcina africana, que reflexiona sobre las vacunas y el papel que juegan para mejorar la salud pública.

“Las vacunas son, sin lugar a dudas, la herramienta más importante que tenemos en medicina preventiva, tanto en salud pública como en salud animal”, afirma Sánchez-Vizcaíno, que apunta que los desafíos más importantes en su fabricación son la seguridad, su eficacia y que se pueda diferenciar animales vacunados de animales infectados.

Para el experto, que la sociedad confíe en las vacunas “es realmente importante”, y aboga por tratar de transmitir a la sociedad su importancia para que conciba que la vacunación “es un tema de grupo y, que no vacunarse, no solo hace daño individual, sino también a todo el colectivo”.

Por su parte, Luis Miguel Cebrián Yagüe, del European College of Bovine Health Management, reivindica la importancia de escuchar a los veterinarios en los ámbitos que corresponden a la salud pública, y lamenta que el papel que la administración ha encomendado a los veterinarios frente a la zoonosis del SARS-CoV-2 ha sido “irrelevante”.

A pesar de ello, Cebrián recuerda que los veterinarios han llevado a cabo iniciativas tanto a título personal como coordinadas por los colegios profesionales que cedieron el material de sus clínicas y centros para luchar contra la pandemia.  Es de destacar, entre otras, la iniciativa de la facultad de veterinaria de la universidad Complutense de Madrid que consiguió en tiempo récor lograr la homologación de un laboratorio para la realización de PCRs.   

“El empoderamiento del veterinario es necesario, porque el estatus de la profesión veterinaria está bajo mínimos. El veterinario en las últimas décadas se ha especializado, ha mejorado su nivel científico y ha aumentado su prestigio en la sociedad. El prestigio es un tema que se lo gana el individuo por sí mismo, mientras que el status te lo concede la sociedad y una manifestación de este status es la capacidad de influir en la redacción de las normativas que nos afectan y en su interpretación”, explica.

En este sentido, advierte que actualmente está sobre la mesa la puesta en marcha de varios reglamentos comunitarios en los que se contemplan nuevos cometidos para los veterinarios, y que es el momento de abordar algunos temas como definir claramente en base a qué y quiénes son los capacitados para realizar los protocolos de tratamientos y los programas sanitarios en las explotaciones.

BIENESTAR ANIMAL Y ENFERMEDADES EMERGENTES

Un tema que se aborda cada vez más en las explotaciones y en el ámbito de los animales en general es el bienestar animal. En este ámbito, Pol Llonch, investigador en bienestar animal en el Departamento de Ciencia Animal y de los Alimentos de la Universidad Autónoma de Barcelona, presenta algunos retos.

“Los principales retos son, en primer lugar, encontrar indicadores fiables y objetivos, que nos permitan de una manera científica evaluar el bienestar animal. Otro reto es el de integrar el concepto de las emociones en el bienestar animal, así como la legislación y cómo esta responde a las demandas sociales”, señala.

Y es que el veterinario asegura que en España la relación del bienestar animal ha cambiado muchísimo en las últimas décadas. “Hoy en día hay una percepción social, una preocupación para mejorar las condiciones de vida de los animales y esto se traduce en una mejora de las condiciones de los mismos”, añade.

Por todo esto, considera que en España el gran reto hoy en día es equiparar lo que espera la sociedad española en cuanto a bienestar animal, con lo que los ganaderos, productores y veterinarios pueden ofrecer.

Por su parte, Joaquim Segalés, catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona e investigador del IRTA-CReSA, es otro de los expertos seleccionados por Boehringer Ingelheim, que apuesta por trabajar más en el sector de los animales para investigar las enfermedades antes de que lleguen a los humanos.

Segalés, que es coordinador del Centro Colaborador de la Organización Mundial de la Sanidad Animal (OIE) para la investigación y control de enfermedades emergentes y re-emergentes del cerdo, recuerda que el 70% de las enfermedades infecciosas emergentes, que afectan a las personas, proceden o bien de animales, podrían ser salvajes o domésticos, o bien son trasmitidas a través de vectores, generalmente insectos.

Por ello, defiende el papel de los veterinarios, pues buena parte de las enfermedades infecciosas emergentes en las personas proceden de animales, muchas veces del mundo salvaje, pero hay un huésped intermediario, que son los animales domésticos. “Por tanto, desde ese punto de vista, todo aquello que tenga que ver con el control de enfermedades en este tipo de animales, implica que el veterinario tenga un papel fundamental”, afirma.

OTRAS AMENAZAS SANITARIAS GLOBALES

Otra crisis sanitaria que amenaza al mundo es la resistencia a los antibióticos, sobre la que reflexiona Cristina Muñoz, coordinadora del Plan Nacional de Resistencia a Antibióticos (PRAN) en la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (Aemps).

“Las amenazas principales que tiene el que los antibióticos dejen de funcionar es que prácticas que ahora nos parecen habituales como, por ejemplo, trasplante de órganos, quimioterapia o determinadas cirugías, no se podrían hacer, porque cuando tu abres una puerta de infección, tú tienes que matar o inhibir esa bacteria que ha podido entrar. Si el antibiótico no funciona, ese paciente que ya está inmunodeprimido puede morir de esa infección, frente a la que ya no tienes herramientas”, advierte.

Por esto, aboga por un esfuerzo conjunto frente a esta amenaza. “El concepto ‘One Health’ es: hagamos un ejercicio de humildad, admitiendo que no podemos vencer a todos estos problemas de una forma individual y que, por tanto, necesitamos la colaboración de todos para juntar fuerzas y así poder hacer frente a este problema que nos amenaza”, concluye.

En este sentido, Luis Miguel Ortega, catedrático de Sanidad Animal en la Universidad Complutense de Madrid y director de SALUVET, defiende que el veterinario es, “sin lugar a dudas, un pilar básico del ‘One Health’”. “Por su formación está plenamente capacitado para todos aquellos aspectos referentes a la enfermedad en el compartimento animal y a sus interacciones con el ambiente”, afirma.

“El enfoque supone abordar las enfermedades compartidas de forma colaborativa, multisectorial y multidisciplinar, abordando la resolución de problemas sanitarios y trabajando en diferentes escalas: local, regional, nacional e internacional; y reconociendo sobre todo la interconexión que hay entre humanos, animales, plantas y el medio ambiente en el que viven”, explica.

Por último, señala que la labor de los veterinarios es indispensable también para mejorar la producción de alimentos, ya que se estima que el 20% de las pérdidas en la producción animal están causadas por enfermedades transmisibles, un asunto que es responsabilidad de los veterinarios.

CONSULTA EL ‘MANIFIESTO: DESAFÍOS DEL SIGLO XXI EN PREVENCIÓN, BIENESTAR Y SALUD ANIMAL’