SÁBADO, 20 de abril 2024

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ANIMALADAS

Una guía para que los humanos no transmitan Covid-19 a la fauna silvestre

Entidades de salud animal creen que el ser humano podría llevar el coronavirus a mamíferos de la fauna silvestre generando reservorios, por lo que han creado una guía para profesionales del sector

La guía destaca el riesgo de que el coronavirus llegue a poblaciones de primates, por su estrecha relación genética con los humanos.
La guía destaca el riesgo de que el coronavirus llegue a poblaciones de primates, por su estrecha relación genética con los humanos.

Una guía para que los humanos no transmitan Covid-19 a la fauna silvestre

Entidades de salud animal creen que el ser humano podría llevar el coronavirus a mamíferos de la fauna silvestre generando reservorios, por lo que han creado una guía para profesionales del sector

Redacción - 03-09-2020 - 11:55 H - min.

El virus SARS-CoV-2, que causa la enfermedad Covid-19, surgió como un patógeno humano en 2019. Aunque se cree que tiene un origen zoonósico, el reservorio original en la vida silvestre y los potenciales hospedadores intermedios aún no han sido identificados. De momento, los análisis filogenéticos sugieren que el virus originario está relacionado con beta-coronavirus previamente identificados en murciélagos.

Teniendo en cuenta esto, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y su Grupo de Especialistas en Salud de la Fauna Silvestre, así como la Comisión de Supervivencia de Especies y la Organización Mundial de Sanidad Animal, han lanzado una guía para trabajar con mamíferos salvajes en libertad durante la pandemia, minimizando las posibilidades de infectarles con Covid-19.

Lo primero que apuntan los autores es que en este momento el SARS-CoV-2 debe ser considerado un patógeno humano, por lo que las personas son las que actúan como reservorios y mantienen la transmisión.

Es precisamente por esto por lo que apuntan a la posibilidad de que el SARS-CoV-2 se convierta en endémico en la población humana y, por lo tanto, presente un riesgo de zoonosis inversa para la vida silvestre en libertad, como ocurre con enfermedades infecciosas como la tuberculosis o la gripe.

Así, afirman que el riesgo de transmisión de persona a animal en especies salvajes no cautivas es un motivo de preocupación, pues varios casos han demostrado la transmisión natural de persona a animal del SARSCoV-2 en félidos, cánidos y mustélidos, la mayoría debido al contacto cercano y prolongado con hogares o personas infectadas. Eso sí, apuntan que ninguno de estos casos ha involucrado a la fauna silvestre en libertad.

Así, los autores insisten en que la identificación de virus cercanos filogenéticamente relacionados (por ejemplo, en murciélagos y pangolines), la presencia de importantes proteínas receptoras de células (receptores ACE2) y la infección después de una exposición natural o inoculación experimental, sugieren que una amplia gama de especies de mamíferos pueden ser susceptibles al SARS-CoV. -2.

“El conocimiento y la experiencia con la transmisión de persona a animal con otros patógenos respiratorios humanos (como el metapneumovirus, el sarampión, otros coronavirus humanos y la tuberculosis) indican que algunas especies taxonómicamente relacionadas estrechamente con los humanos (como los primates no humanos) probablemente serían susceptibles a la infección o enfermedad clínica causada por el SARS-CoV-2.", señalan.

Asimismo, admiten que hay preocupación sobre la salud de las personas si alguna población de fauna silvestre se convierte en reservorio del coronavirus. Y es que cualquier especie salvaje que se convirtiera en un reservorio podría representar un riesgo continuo de zoonosis para la salud pública y para otras especies animales, y podría generar percepciones negativas por parte de la población que resultarían en amenazas para su conservación.

MINIMIZAR LOS RIESGOS AL TRABAJAR CON FAUNA SILVESTRE

Por todo esto, los autores afirman que los esfuerzos que requieren trabajar con la vida silvestre en libertad son vitales para el manejo profesional de animales para su conservación, así como para la salud de la vida silvestre, las personas y los ecosistemas.

Para ello han creado unas recomendaciones para reducir el riesgo de transmisión del SARS-CoV-2 de las personas a los mamíferos salvajes en libertad, dirigidas a personas que trabajan con fauna silvestre en libertad, ya sea en contacto directo (por ejemplo, manipulación) o contacto indirecto (por ejemplo, a 2 metros o en un espacio confinado). También para los que trabajan en situaciones en qué mamíferos silvestres en libertad puedan entrar en contacto con superficies o materiales contaminados por personal infectado.

Las recomendaciones se basan en los primeros principios de bioseguridad e higiene, el conocimiento actual de la transmisión del SARS-CoV-2 de persona a animal y el principio de precaución y se resumen en tres puntos: minimizar, evaluar y proteger.

A la hora de minimizar explican que, de acuerdo a las consideraciones éticas para trabajar con vida silvestre, recomiendan que se reduzca lo máximo posible el contacto con animales salvajes. Así, aconsejan aplazar contactos o directamente reemplazarlos por otras modalidades, reducir el número de animales necesarios y minimizar el contacto durante el manejo.

En cuanto a la evaluación, aconsejan que se haga una evaluación de riesgos continua, siguiendo la tasa local de transmisión del SARS-CoV-2 en poblaciones humanas en diferentes localidades, para estimar el potencial de transmisión a la vida silvestre.

Por último, recomiendan proteger, y si tras la evaluación de la situación local, se determina que el trabajo con mamíferos silvestres en libertad puede continuar, sigue siendo deber del equipo minimizar el riesgo de transmisión a los mamíferos silvestres (y entre sí) utilizando el equipo de protección adecuado y las medidas de bioseguridad.

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