VIERNES, 29 de marzo 2024

VIE, 29/3/2024

MASCOTAS

Nuevo tratamiento contra el cáncer en mascotas que puede ser prometedor en personas

Un nuevo estudio está evaluando la seguridad y la eficacia del tratamiento del cáncer oral en perros con radiación paliativa en solo dos visitas a la clínica

Veterinarios estudian la seguridad y la eficacia del tratamiento del cáncer oral en perros con radiación paliativa en solo dos visitas a la clínica.
Veterinarios estudian la seguridad y la eficacia del tratamiento del cáncer oral en perros con radiación paliativa en solo dos visitas a la clínica.

Nuevo tratamiento contra el cáncer en mascotas que puede ser prometedor en personas

Un nuevo estudio está evaluando la seguridad y la eficacia del tratamiento del cáncer oral en perros con radiación paliativa en solo dos visitas a la clínica

Redacción - 10-11-2022 - 15:53 H - min.

Médicos y veterinarios de las facultades de Medicina y Veterinaria de Perelman y Pensilvania (Pen Vet) están evaluando un enfoque novedoso para el tratamiento del cáncer en mascotas, que podría suponer un avance en la lucha contra la enfermedad en humanos.

De momento, el primer paciente en participar en el estudio ha sido Maple, una hembra de labrador que durante años ha trabajado con niños con autismo y con otro tipo de enfermedades, para apoyar a las familias.

“Es la mejor perra del mundo”, asegura su propietaria, Meg Ruller, graduada en la Facultad de Veterinaria de Pensilvania. Maple, a sus 13 años padece cáncer y por eso está participando en este estudio novedoso para la radioterapia, dirigido conjuntamente por Keith Cengel, oncólogo radioterapeuta de la Escuela de Medicina Perelman, y Brian Flesner, oncólogo de Penn Vet. Los dos se han unido en un esfuerzo por avanzar en la atención del cáncer tanto para personas como para mascotas

La radioterapia paliativa puede retrasar el crecimiento del tumor y reducir el dolor, pero por lo general requiere tratamientos durante varias semanas o meses. Por el contrario, la técnica que están investigando Cengel y Flesner, conocida como radiación FLASH, es mucho más rápida. Los pacientes pueden recibir un tratamiento paliativo de radiación en solo unas pocas visitas.

Tras un estudio inicial de la técnica en perros con osteosarcoma iniciado en 2019, este nuevo ensayo utiliza un haz de protones dirigido con precisión para apuntar a tumores más pequeños de la cavidad oral. La energía de las partículas cargadas positivamente en el haz de protones destruye las células cancerosas, mientras penetra profundamente en el tejido. Esta terapia también puede evitar que los tejidos normales que rodean el tumor se dañen, un resultado “potencialmente innovador”, dice Flesner.

Si los resultados resultan prometedores en pacientes con cáncer canino, podría abrir la puerta a explorar el uso de la técnica en personas, dicen los investigadores. “Creemos que FLASH será más seguro y, con suerte, tan eficaz como la radioterapia estándar”, indica Flesner.

Los perros en el estudio reciben tratamiento en el Centro de Terapia de Protones Roberts en Penn Medicine por la noche, después de que los pacientes humanos se hayan ido. En última instancia, los investigadores esperan estudiar nueve perros y recopilar datos sobre los efectos secundarios de FLASH y su influencia en la enfermedad. “Es una gran oportunidad para ayudar potencialmente a los perros a medida que aprendemos más sobre cómo funciona”, asegura Cengel.

Se cree que la radiación FLASH causa menos toxicidad que los enfoques tradicionales debido a la naturaleza transitoria y altamente precisa de la exposición a la radiación. En el estudio anterior de perros con osteosarcoma en las patas, dirigido por la cirujana Jennifer Huck, el estándar de atención implicó la amputación de la extremidad afectada. En ese ensayo, las mascotas recibieron radiación FLASH dirigida a su tumor y luego se les amputó la extremidad cinco días después.

LOS CÁNCERES ORALES AUMENTAN LA DIFICULTAD DE TRATAMIENTO EN MASCOTAS

El nuevo estudio, que involucra cánceres de la cavidad oral, aumenta el grado de dificultad técnica, ya que la ubicación de los tumores a los que se dirigen los médicos significa que el haz penetrará en los tejidos sanos en el camino hacia el tumor canceroso. Para minimizar los efectos secundarios, Cengel, Flesner y sus compañeros han trabajado de manera estrecha y continua con los ingenieros para entrenar el haz de protones para que alcance con precisión el tejido deseado, no más allá.

Solo los perros que cumplan con ciertos requisitos son elegibles para inscribirse en el estudio. Las mascotas deben tener una enfermedad para la cual la cirugía no sea una opción, y donde la radiación sería una forma de cuidados paliativos, no una cura potencial. Los tumores también deben tener dimensiones particulares para poder ser alcanzados por el haz de protones.

A diferencia del estudio del osteosarcoma, la investigación actual permitirá a los investigadores monitorear los efectos a largo plazo de FLASH en el tumor y los tejidos circundantes. “Será más fácil para nosotros evaluar la eficacia y la tolerabilidad con los efectos secundarios”, señala Flesner. “Algunos datos iniciales del ensayo original indican que FLASH reduce la fibrosis y la señalización del tejido cicatricial, pero no tenemos los resultados a largo plazo que esperamos obtener”, destaca.

El ensayo está comenzando de manera conservadora, dando a los perros una dosis baja de radiación, separada en dos tratamientos con aproximadamente una semana de diferencia. “La próxima iteración de este trabajo sería aumentar la dosis en perros”, explica Cengel, encontrando el punto óptimo de buena eficacia con efectos secundarios mínimos.

El equipo también espera estudiar el enfoque en gatos, en diferentes tipos de tumores y utilizando electrones en lugar de protones, que no penetran tan profundamente. Eventualmente, el objetivo es perfeccionar los protocolos para realizar la técnica en personas con varios tipos de cáncer.

Aunque realizar el ensayo es costoso, ya que se requieren grandes equipos para ejecutar el haz de protones y cuidar al paciente, Cengel apunta que puede prever un momento en que los costos tecnológicos se reducirán, lo que hará que FLASH sea una opción más accesible para uso clínico, en humanos. y oncología radioterápica veterinaria.

“En este momento, la tecnología es difícil y muy costosa, pero eso es solo porque es nueva y elegante”, apunta Cengel. “Una vez que trabajemos más con él, no veo una razón por la que esto no esté más disponible”, remarca.

VIGILANCIA DE TUMORES EN MASCOTAS

La propietaria de Maple, Ruller, había notado una masa en la boca de Maple a finales de agosto. Reacia a poner a su perro bajo anestesia innecesariamente, Ruller lo vigiló durante algunas semanas, hasta que el tumor creció y comenzó a sangrar y parecía irritado.

En ese momento, Ruller llevó a Maple a la clínica donde trabaja en el Hudson Valley de Nueva York y realizó la cirugía para extirparla ella misma.

Después de consultar con un especialista local, Ruller terminó contactando con Flesner, quien comenzó en Penn Vet hace aproximadamente un año, después de que Ruller se graduó. Él le mostró algunos ensayos clínicos para los que Maple podría ser elegible. El estudio con FLASH atrajo a Ruller, en parte porque implicó la menor cantidad de visitas y mayor flexibilidad para hacer el viaje de dos horas y media desde Nueva York.

Unas semanas después, Ruller conducía a Filadelfia con Maple, su pareja, y otro de sus perros, un boxer de 12 años llamado Champ. “Necesitaba tener esa energía de perro a mi alrededor”, asegura ella.

Maple recibió el tratamiento, se fue a casa y luego repitió el proceso varios días después para la segunda dosis. Después de FLASH, “el tumor parecía significativamente menos inflamado”, dice Ruller, y Maple se sentía lo suficientemente bien como para participar en su actividad favorita: nadar en un lago local.

Desde entonces, el tumor comenzó a crecer y a irritarse una vez más, lo que llevó a Flesner y a Lillian Duda, oncóloga radioterápica de Penn Vet y colaboradora en el estudio, a recomendar otra dosis de FLASH, todo como parte del proceso de aprendizaje.

A principios de octubre, Maple regresó a Penn Vet para una tomografía computarizada de seguimiento. La técnica veterinaria June DiBona sacó a Maple por la puerta del Hospital Ryan en un vagón de color rosa intenso, donde Ruller, y sus otros perros, compartieron un feliz reencuentro.

“Muchas personas no saben que existen ensayos clínicos en medicina veterinaria”, explica Ruller. “Esta ha sido una oportunidad fantástica para ella. Y ser parte de un ensayo clínico, para ella, es una especie de momento de círculo completo. Ha sido una perra de servicio toda su vida, por lo que estar involucrada en algo como esto se sintió como el movimiento correcto para ella. Me gusta la idea de que todavía esté en servicio”, afirma.

LOS AVANCES EN ONCOLOGÍA VETERINARIA Y SUS BENEFICIOS EN MEDICINA HUMANA

Esta nueva investigación desarrollada en perros, pero que se muestra como una opción prometedora en humanos, es el ejemplo perfecto de cómo la oncología veterinaria puede ayudar, con su avance, a la medicina humana.

De hecho, uno de los casos más recientes que se conocen es el del toglato de tigilanol, presente en Stelfonta, desarrollado por Qbiotics y distribuido por Virbac, que consigue destruir mastocitomas, la forma de cáncer de piel más frecuentemente diagnosticada en perros.

El toglato de tigilanol, además de demostrar su eficacia en el tratamiento de mastocitomas en perros, se encuentra siendo analizado mediante estudios clínicos de Fase I/II para el tratamiento de carcinomas de células escamosas para su uso en humanos.

En este sentido, Animal’s Health ya recogió el caso del primer paciente humano dosificado con toglato de tigilanol contra el melanoma irresecable.

Este hecho demuestra cómo la oncología veterinaria está avanzando con el paso del tiempo y el aumento de la esperanza de vida de los animales de compañía, lo que les hace más propensos a desarrollar enfermedades como el cáncer.

Por eso, desde la industria de la sanidad animal se están invirtiendo esfuerzos para conseguir que los veterinarios dispongan de las herramientas necesarias para enfrentarse a este tipo de enfermedades que cada vez se encuentran más frecuentemente en las clínicas.

Es el caso del laboratorio veterinario Chemovet, que comercializa en numerosos países medicamentos oncológicos diseñados exclusivamente para tratar animales de compañía, consiguiendo que los veterinarios no tengan que recurrir a fármacos de medicina humana.

Así, los medicamentos de la línea Oncovet de Chemovet están indicados para más de 30 afecciones de perros y gatos con cáncer y están diseñados específicamente para pacientes veterinarios, teniendo siempre en cuenta parámetros fisiológicos, patológicos y límites de tolerancia de fármacos quimioterápicos para animales de compañía.

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