Dingonatura donó más de 32 toneladas de alimento a protectoras de animales en 2022

Las asociaciones protectoras y centros de bienestar animal realizan una gran labor social para el rescate y la recuperación de animales abandonados. Su objetivo es intentar buscar una familia de adopción para todos aquellos animales necesitados, aunque en la mayoría de los casos terminan también acogiendo.

Para poder realizar esa importante labor social, resultan vitales las donaciones de instituciones públicas y privadas: en la mayoría de los casos son el sustento fundamental (o incluso el único) para seguir funcionando a pleno rendimiento durante todo el año.

“Creemos que es imprescindible aportar nuestro granito de arena y colaborar con esas protectoras que realizan una labor tan necesaria y a la vez altruista en pro de los derechos de nuestros amigos de cuatro patas. España es uno de los países con mayor tasa de abandono animal de Europa y no podemos mirar hacia otro lado, por eso, colaboramos con estos centros”, señala Ana Chinarro, directora general de Dingonatura.

A lo largo de 2022, desde la compañía de alimentación animal para perros y gatos han donado más de 32 toneladas de alimentos a varias decenas de colectivos y asociaciones de toda la geografía española, como ACUNR, la Asociación en Defensa de los Animales de Osona y el centro de bienestar animal Hoope, entre muchos otros.

“SIN DONACIONES, MUCHAS PROTECTORAS NO PODRÍAMOS SOBREVIVIR”

Los grupos voluntarios y profesionales del sector coinciden en el aumento exponencial de los abandonos (y, por tanto, de rescates) durante este 2022, debido al contexto inflacionista y a la crisis económica que afecta a una parte importante de la población.

También aluden a la falta de medios económicos como una de los principales problemas a los que se enfrentan este tipo de centros. “Como siempre, las dificultades económicas nos limitan, en nuestro caso para terminar las obras del albergue nuevo para poder trasladarnos allí y que los animales rescatados tengan un mejor hogar para vivir; para comprar una furgoneta para los traslados y poder hacer la recogida de donaciones, etc.”, informa Alma González, vicepresidenta-cofundadora de ACUNR.

En el albergue de ACUNR (Animales con un Nuevo Rumbo), protectora fundada en 2008, acogen en la actualidad a 80 animales aproximadamente. Habitualmente solo ofrecen animales en adopción, pero en los últimos meses también buscan casas de acogida temporales, sobre todo para la época de invierno y bajas temperaturas, y ante el elevado número de rescates de los últimos meses.

Todo ello complica la subsistencia de este tipo de centros y colectivos. “Si no fuera por las donaciones de empresas y particulares, muchas protectoras no podríamos sobrevivir”, asegura Pilar Berruezo, fundadora de la Asociación '4 Petjades Animals', con 20 años de experiencia, más de 200 animales salvados, y un objetivo clave: el rescate de animales. Además, el colectivo dispone de un gabinete jurídico para denunciar situaciones de maltrato a animales de compañía.

Asimismo, desde la asociación han impulsado 'Llaços de Favor', un proyecto pionero en Cataluña para abastecer a personas sin recursos que tengan a su cargo animales, bien a través de alimentos, medicamentos u otros bienes necesarios para su supervivencia.

Estas entidades también reivindican la correcta aplicación de la Ley de Protección Animal, al mismo tiempo que coinciden en la falta de implicación de las Administraciones Públicas y la falta de concienciación ciudadana, “porque hace mucha falta, si no esto no acaba nunca”, lamenta Pilar.

VOLUNTARIOS: 24 HORAS AL PIE DEL CAÑON

La labor diaria de los voluntarios que colaboran con estos centros es rescatar y cuidar a los animales rescatados (perros, en su mayoría), así como buscarles un nuevo hogar. Y todo esto lo hacen conciliando su propia vida profesional y familiar.

El equipo que colabora con la Asociación '4 Petjades Animals' procede de varias poblaciones de Cataluña. Además, cuenta con más de 100 voluntarios que colaboran con el rescate de más de 200 animales, ubicados en el Centro de Atención de Animales Domésticos (CAAD) de Terrassa.

“Muchos de nuestros voluntarios están al pie del cañón 24 horas al día, se desplazan desde distintos puntos del territorio y los gastos salen de su bolsillo. Algunos nos hemos llegado a jugar la vida en alguna ocasión”, relata Pilar, refiriéndose a un reciente rescate llevado a cabo recientemente de madrugada en una carretera sin iluminación.

El 98% de los abandonos son de casos de maltrato y de razas calificadas como potencialmente peligrosas, por los gastos económicos que implican, como un seguro de responsabilidad civil y licencias que renovar cada pocos años, añade la coordinadora de la asociación.

Además de reclamar más colaboración pública y ciudadana, las protectoras de distintas regiones del país empiezan a movilizarse y unirse para crear federaciones de organizaciones y así conseguir más fuerza en la lucha por reducir la tasa de abandono y mejorar la calidad de vida de los animales abandonados.