Noche de San Juan: ¿Se puede denunciar maltrato animal por pirotecnia?

Con el comienzo del verano de 2021, en algunas ciudades de España se van instalando puestos ambulantes de venta de petardos anunciando la proximidad de la fiesta de San Juan, que se celebra en la noche del 23 al 24 de junio y con ello, nuevamente el debate sobre la prohibición del uso de petardos en determinadas zonas.

Este debate suele coincidir también con otras festividades como la Nochevieja, celebraciones, o fiestas locales, entre otros; y ello porque son los momentos en los que más visibilizamos o podemos visibilizar el sufrimiento de muchos animales, humanos y no humanos.

En este sentido, Cristina Bécares Mendiola, abogada, mediadora, coordinadora de la Comisión de Derecho Animal del Colegio de Abogados de Terrassa y Miembro experto de INTERcids, operadores jurídicos por los animales ha publicado un artículo en el blog del Consejo General de la Abogacía Española en el que aborda la problemática que rodea al uso de pirotecnia y sus efectos en los animales de compañía.

¿CÓMO PUEDE AFECTAR LA PIROTECNIA LOS ANIMALES?

En este sentido, la experta explica que el ruido de los petardos puede afectar tanto a animales como a humanos, “toda vez que suponen un estímulo negativo, no previsible para ellos y que desconocen”.

Por ejemplo, detalla Bécares, en el caso de los perros, la fobia más habitual es la relativa a ruidos fuertes, como sería la explosión de petardos o los truenos, entre otros. “Esta fobia se puede manifestar de varias maneras, como la intranquilidad, nerviosismo, estrés, pánico, paralización, intentos de escape, salivación, permanente estado de alerta o incluso micciones incontroladas, entre otros”, indica.

Asimismo, destaca que, en algunos casos, “podrían llegar a morir por paros cardíacos o por las consecuencias de sus intentos de escape —atropellos, caídas desde grandes alturas, etc.—”.

“Todas estas manifestaciones externas son signos del menoscabo que provoca la pirotecnia en su salud, manifestaciones que por sí mismas, en otras situaciones podrían ser denunciadas como maltrato”, apunta.

Además, Bécares señala que la pirotecnia afecta no solo a los perros, sino a otros animales, como por ejemplo las aves. En este sentido, hace referencia a un estudio de la Universidad de Alicante y València que recientemente ha constatado que la población de gorriones juveniles disminuye en aquellas poblaciones que celebran sus fiestas de “Moros y Cristianos” durante la época de cría debido al ruido generado por el uso de la pólvora, petardos y fuegos artificiales; “esto se debería a que a los gorriones les causa tal estrés la pirotecnia que abandonan los nidos, dejan de incubar los huevos y de dar de comer a los pollos o éstos se caen de los nidos” señala.

En cuanto a los efectos de la pirotecnia en las personas, la abogada señala que genera un alto nivel de ansiedad y estrés en las personas con autismo, “que pueden llegar a autolesionarse o presentar convulsiones”.

También, según asegura, la pirotecnia afecta a personas mayores, que pueden sufrir trastornos como tinnitus o acúfenos, conocidos como zumbidos, que son sonidos muy molestos que se perciben dentro de los oídos o de la cabeza sin que haya ninguna fuente externa que los produzca.

REGULACIÓN DE LA VENTA Y USO DE PETARDOS A NIVEL PARTICULAR

En materia de normativa, Bécares indica que el 8 de noviembre de 2015 entró en vigor el Real Decreto 989/2015, de 30 de octubre, por el que se aprueba el Reglamento de artículos pirotécnicos y cartuchería; a través de dicha normativa se regula la edad mínima para el uso de la pirotecnia, dependiendo de la peligrosidad y nivel de ruido de cada uno.

De esta manera, la pirotecnia se cataloga en diferentes categorías. En la categoría 1 (F1) están clasificados los artificios de muy baja peligrosidad y nivel de ruido insignificante que pueden ser usados por mayores de 12 años. La segunda categoría (F2) corresponde a artificios de pirotecnia de baja peligrosidad y bajo nivel de ruido, que pueden utilizar personas mayores de 16 años.

La tercera categoría (F3) corresponde a artificios de pirotecnia de peligrosidad media que solo pueden utilizar mayores de 18 años; y existe una cuarta categoría (F4) que se destina al uso exclusivo por parte de expertos, por su alta peligrosidad.

“A pesar de ello, cada Comunidad Autónoma puede disminuir las edades establecidas a nivel estatal para las categorías F1 y F2, llegando a los 8 y 10 años respectivamente siempre y cuando se cumplan una serie de requisitos (formación para uso seguro, bajo supervisión de un adulto, autorización escrita del progenitor o tutor)”, explica Bécares.

En este sentido, destaca que esta normativa prevé que los vendedores de artículos pirotécnicos podrán negarse a vender sus productos a las personas que puedan encontrarse bajo los efectos de bebidas alcohólicas o sustancias estupefacientes.

MALTRATO ANIMAL A TRAVÉS DEL USO DE MATERIAL PIROTÉCNICO

“Centrándonos en los animales, y sin obviar los graves perjuicios que pueden causar los petardos a las personas, debemos hacer referencia a los casos de maltrato animal, no solo en España, que se han dado en los últimos años por el uso directo de pirotecnia”, señala.

A modo de ejemplo, la abogada apunta a los hechos ocurridos el pasado mes de diciembre de 2020 en Puerto Rico, donde ataron pirotecnia a los testículos de un perro, causándole graves heridas. “Hechos similares ocurrieron en Croacia a principios de 2020; o en enero de este mismo año en México, donde un perro falleció después de que le estallara un petardo que le tiraron al hocico”, lamenta.

“Más cercano nos queda el caso ocurrido hará dos años este San Juan, en Lleida, cuando una gata de dos meses falleció después de las graves heridas que le provocaron al explotarle un petardo en la boca. Los mismo ocurrió en el San Juan de 2018 en Almendralejo (Badajoz)”, critica la abogada.

Este tipo de actos delictivos se producen, según subraya Bécares, “año tras año”, destacando que “la mayoría no son denunciados por la imposibilidad de identificación de los autores, y en otras ocasiones por ser animales de especies que no gozan de tanta estima como otros”.

“A pesar de ello, cabe destacar que, en caso de poder identificar a la persona o personas, estaríamos ante el tipo agravado del delito de maltrato animal (artículo 337 CP), toda vez que el menoscabo a su salud sería a través de la utilización de instrumentos u objetos concretamente peligrosos para la vida del animal”, explica.

Además, señala a la “posible viabilidad” de las denuncias administrativas y/o penales por maltrato animal en aquellos supuestos de menoscabo por el uso —no solo a través del uso— del material pirotécnico; hecho que ocurre en supuestos en los que por ejemplo se tiran petardos en las inmediaciones de un pipican mientras en su interior se encuentran perros haciendo uso de éste.

PROPUESTAS DE REGULACIÓN Y CONVIVENCIA

“Son muchas y diversas las propuestas de regulación y convivencia. En algunas ciudades, podemos encontrar la prohibición de disparo de productos pirotécnicos fuera de las horas, lugares y actos autorizados. Ello suele regularse a través de Ordenanzas municipales relativas a la contaminación acústica”, detalla la experta.

A este respecto, pone como ejemplo de ello a las ciudades de Valencia y Madrid (entre otras), donde el Ayuntamiento debe dictar un bando autorizando determinadas categorías de petardos, fijando la localización y horario.

Barcelona, por su parte estableció la prohibición de lanzar petardos o tirar fuegos artificiales en espacios verdes fuera de las zonas que se señalen para ocasiones determinadas.

En cambio, otras ciudades como la de Terrassa establecen solo la prohibición de uso de petardos a distancias inferiores a 200 metros de edificios hospitalarios u otros espacios que el Ayuntamiento considere que, de forma motivada, debe preservar.

“Este tipo de prohibiciones pueden suponer un punto de partida para delimitar el uso de petardos en días, horarios y localizaciones muy concretas; lo cual contribuiría a reducir los efectos de la pirotecnia y su uso prolongado”, afirma la abogada.

Otra de las propuestas que se llevan a cabo en algunas ciudades es la de incentivar la venta y uso de petardos no sonoros, optar por petardos luminosos y promover festividades inclusivas, respetando, según señala Bécares, “el bienestar de todos”.

“Aún queda mucho camino por recorrer, pero poco a poco vemos como muchas localidades van dando pequeños pasos en pro del bienestar, contribuyendo de este modo a respetar a las personas y los animales que no disfrutan, sino todo lo contrario, que sufren, con los ruidosos estruendos ocasionados por los petardos en fiestas y celebraciones”, concluye la abogada en su artículo.

CONSEJOS VETERINARIOS ANTE LA PIROTECNIA

Con motivo de la celebración de la noche de San Juan y las consecuencias que puede tener el uso de pirotecnia en las celebraciones para los animales de compañía, desde Elanco han querido compartir algunos consejos para que las mascotas puedan tener una noche “sin estrés”.

De esta manera, desde la compañía recomiendan crear un lugar seguro para que los animales de compañía puedan refugiarse ante los ruidos de la pirotecnia. Por otro lado, aconsejan cerrar ventanas, bajar persianas y poner música relajante; jugar con los animales a juegos de olfato  para evitar que estén pendientes de los ruidos producidos en el exterior.

Además, se debe evitar pasear con los animales por zonas concurridas. En los casos en los que el animal tenga mucho miedo a los fuegos artificiales, Elanco recomienda a los responsables de la mascota tratar de pasar la noche de San Juan en un sitio alejado, así como proporcionar caricias a la mascota para que se sienta más segura.

Asimismo, con el objetivo de que el perro o gato pueda sentirse mejor ante el ruido, desde la compañía de salud animal Virbac también recomiendan, antes de que lleguen las fiestas, crear una zona segura para el animal en el hogar.

En este sentido, puede servir de ayuda un transportín, un jaulón, una caja, etc. para crear un mayor grado de seguridad, ya que así el perro o el gato se sentirá protegido al estar resguardado en una “cueva”. Sea cual sea, es importante haberlo positivizado con antelación usando sus juguetes favoritos, comida, o lo que a él más le guste. Este trabajo se puede acompañar con el uso de relajantes naturales, como Anxitane, un concentrado natural de té verde que proporciona un efecto calmante que ayuda a perros y gatos durante el proceso de adaptación.

Por su parte, Ceva Salud Animal ofrece Adaptil, conocida como la feromona del apaciguamiento canino, una solución natural y fácil de utilizar para evitar o disminuir los miedos de los perros. Diseñado expresamente para proporcionar confort a los cachorros y adultos que se enfrentan a situaciones que les pueden resultar estresantes, como los ruidos fuertes, ayudándoles a estar más atentos y responder mejor durante las sesiones de adiestramiento o de terapia comportamental.