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PROFESIONALES

Malestar entre los veterinarios franceses: Casi un 5% ha intentado suicidarse

Una encuesta a toda la profesión veterinaria francesa ha analizado la salud mental de la profesión en el país y destaca que casi un 20% ha tenido ideas suicidas

Los veterinarios tienen hasta 2 veces más riesgo de suicidio que el resto de las profesiones sanitarias.
Los veterinarios tienen hasta 2 veces más riesgo de suicidio que el resto de las profesiones sanitarias.

Malestar entre los veterinarios franceses: Casi un 5% ha intentado suicidarse

Una encuesta a toda la profesión veterinaria francesa ha analizado la salud mental de la profesión en el país y destaca que casi un 20% ha tenido ideas suicidas

Francisco Ramón López - 19-05-2022 - 11:02 H - min.

La salud de los veterinarios, tanto psicológica como física, sigue siendo un tema del que se habla poco, a diferencia de la del resto de profesiones sanitarias. En 2019, el Consejo Nacional de la Orden de Veterinarios de Francia y la asociación Vétos-Entraide decidieron iniciar una investigación sobre la salud psicológica de los veterinarios franceses y confiaron este trabajo a la Universidad de Franche-Comté.

“Cabe destacar que, a nivel internacional, esta es la primera investigación que tiene en cuenta tanto variables intraindividuales, o factores de personalidad, como variables relacionadas con la especificidad de la profesión, y a nivel nacional es la primera investigación sobre burnout e ideación suicida entre los veterinarios”, afirman.

La investigación contó con una encuesta cualitativa de 39 entrevistas realizadas con un panel variado de veterinarios voluntarios, y luego otra cuantitativa, por medio de un cuestionario enviado a todos los veterinarios franceses.

El propósito de este cuestionario fue ayudar a comprender dos elementos centrales de la salud veterinaria: el burnout y la ideación suicida, con el fin de observar su prevalencia dentro de la profesión veterinaria.

La cuestión del suicidio está en gran parte en el origen de la investigación, porque su tasa es particularmente alta entre los veterinarios. Los objetivos del estudio fueron averiguar qué proporción de veterinarios presenta riesgo de suicidio e identificar las variables que permiten predecir este riesgo, en particular las relativas a su profesión.

Se mantuvieron dos criterios: la ideación suicida (sin que exista una relación directa entre pensar en el suicidio y cometer suicidio), y los intentos de suicidio previos, pues los investigadores afirman que todos los estudios muestran que el intento de suicidio es uno de los mejores predictores del suicidio consumado.

Los resultados fueron que en las últimas semanas el 4,8% de los veterinarios informaba haber tenido pensamientos suicidas regulares y el 18,4% ocasionalmente, “muy por encima de los datos nacionales observados entre los trabajadores”, afirman.

Según el estudio, los hombres se ven más afectados (26,2%) por las ideaciones suicidas que las mujeres (21,9%), y se detectó que vivir en pareja es beneficioso, y los veterinarios con pareja tenían menos intención de suicidarse. Este efecto beneficioso fue incluso superior al de la población general.

Por otro lado, no encontraron vinculación entre el suicidio y el hecho de tener hijos a cargo, tampoco, desde un punto de vista profesional, en la especie animal que trataban los veterinarios o la condición laboral del veterinario: autónomo o empleado.

LAS PAREJAS DE VETERINARIOS TENÍAN MENOS RIESGO DE SUICIDIO

Uno de los datos más destacados de la encuesta es que el 4,7% de los veterinarios afirmaba que había intentado suicidarse en los años previos. Estos intentos fueron más comunes entre las mujeres (5,3%) que entre los hombres (3,3%).

Así, señalan que los veterinarios tienen de 3 a 4 veces más riesgo de suicidio que la población general, y hasta 2 veces más riesgo de suicidio que el resto de las profesiones sanitarias dedicadas a atender a humanos.

Sin embargo, los autores recuerdan que los suicidios consumados afectan más a los hombres, “lo que pone un cierto límite al vínculo intento/suicidio”. “De nuevo, las personas que viven solas tienen proporcionalmente más probabilidades de haber intentado suicidarse que las que viven en pareja, y aquellas cuyo cónyuge también es veterinario se ven significativamente menos afectadas”, apuntan.

Por otro lado, los veterinarios que ejercen solos en la clínica hicieron significativamente más intentos de suicidio que los demás; en cambio, la amplitud horaria o el número de clientes recibidos por día no tuvieron influencia.

En cuanto a “el impulso de suicidarse”, los veterinarios que ya han realizado un intento de suicidio hacen significativamente más turnos de guardia; además, se tomaron menos días libres en los últimos 12 meses, y han tenido más bajas por enfermedad en los últimos dos años.

Finalmente, los veterinarios que se han intentado suicidar piensan que trabajan más cuando su estado de salud hubiera requerido descanso. En general, este problema con el trabajo también se recoge en el estudio, que señala que el 37,6% de los encuestados admitió tener adicción al trabajo.

También existe una diferencia sistemática en la percepción de los factores estresantes, y los veterinarios que han intentado suicidarse tienen puntuaciones significativamente más altas en los marcadores de estrés.

De hecho, según el estudio, los veterinarios presentaron un índice de agotamiento emocional 1,2 veces superior al de los agricultores y 1,5 veces superior al de la muestra de referencia de la población general, lo que conduce a una elevada tasa de burnout.

“Aunque no tienen dificultad en abordar la cuestión del suicidio y hablar de ello de una manera bastante trivial, los veterinarios explican que cuando tenían pensamientos suicidas, no hablaban de ello con sus compañeros. Y esa es probablemente la razón por la que no ven a un médico”, concluyen.

EL SECTOR VETERINARIO SE MOVILIZA PARA ATAJAR LOS PROBLEMAS DE SALUD MENTAL

Si algo pone de manifiesto este informe, es que en la veterinaria, y no solo en la francesa, existe un problema de salud mental. De hecho, una encuesta señalaba que debido a la situación hasta un 80% de los veterinarios españoles se había planteado alguna vez dejar la profesión. Asimismo, un 49% de los profesionales españoles afirmaba haber experimentado burnout, por encima del 38% de la media mundial.

Para concienciar sobre este asunto, el sector veterinario está lanzando iniciativas para convencer a los profesionales de las clínicas que deben cuidar su salud mental. Es el caso de Happy Vet Project, de Livisto, un portal pensado para combatir el estrés laboral, físico y mental de veterinarios y auxiliares clínicos de veterinaria (ACV).

El proyecto, que ha sido premiado, ofrece herramientas para la gestión emocional desarrolladas por expertos, así como podcasts o testimonios. Además, cuenta con otras actividades, como un programa de yoga terapéutico desarrollado por un veterinario, recetas rápidas para llevar, listas de reproducción de música, seminarios web y cursos, todo con la salud mental como eje vertebral.

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