SÁBADO, 27 de abril 2024

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Cerca del 18% de las garrapatas de Asturias porta patógenos

Un estudio revela nuevas interacciones huésped-garrapata-patógeno al encontrar por primera vez el patógeno humano Rickettsia raoultii en una garrapata Dermacentor reticulatus extraída de un oso pardo

Las garrapatas del género Ixodes ricinus fueron las más numerosas.
Las garrapatas del género Ixodes ricinus fueron las más numerosas.

Cerca del 18% de las garrapatas de Asturias porta patógenos

Un estudio revela nuevas interacciones huésped-garrapata-patógeno al encontrar por primera vez el patógeno humano Rickettsia raoultii en una garrapata Dermacentor reticulatus extraída de un oso pardo

Redacción - 11-05-2022 - 15:00 H - min.

Un equipo de investigadores pertenecientes a los departamentos de Sanidad Animal del Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario de Asturias (Serida) y del Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario (Neiker), al Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias (ISPA) y a la Sociedad de Servicios del Principado de Asturias (Serpa), ha publicado un estudio que realiza una identificación molecular de patógenos transmitidos por garrapatas en el Principado de Asturias.

Para llevar a cabo el estudio, los investigadores han estudiado la presencia de patógenos transmitidos por garrapatas de interés tanto para la medicina humana como para la veterinaria en garrapatas recogidas en el medio y en la fauna silvestre del noroeste de España.

Los investigadores españoles analizaron 529 garrapatas (489 en el medio y 40 mientras se alimentaban) de siete especies diferentes (386 Ixodes ricinus, 53 Haemaphysalis concinna, 27 Haemaphysalis punctata, 25 Dermacentor marginatus, 21 Haemaphysalis inermis, 15 Dermacentor reticulatus y dos Rhipicephalus bursa).

En el estudio se extrajeron garrapatas que se estaban alimentando de 17 animales de siete especies silvestres (siete corzos —Capreolus capreolus—, tres lobos —Canis lupus—, dos ciervos rojos ibéricos —Cervus elaphus hispanicus—, dos jabalíes europeos —Sus scrofa—, un oso pardo cantábrico —Ursus arctos—, un tejón euroasiático —Meles meles—, y un zorro rojo —Vulpes vulpes—).

Posteriormente, los investigadores comprobaron la presencia de Rickettsia spp., Anaplasma phagocytophilum, piroplasmas, Borrelia burgdorferi sensu lato (s.l.) y Coxiella burnetii en las garrapatas mediante PCR específica. Un total de 92 (17,4%) de las 529 garrapatas analizadas fueron positivas para al menos uno de los patógenos transmitidos por garrapatas estudiados.

La secuenciación reveló la presencia de las genoespecies "Candidatus Rickettsia rioja", Rickettsia raoultii y Anaplasma phagocytophilum tanto en las garrapatas que buscaban huesped como en las que se alimentaban. “Rickettsia slovaca, Borrelia lusitaniae, Borrelia afzelii, Borrelia garinii, Borrelia burgdorferi sensu stricto y Babesia bigemina sólo se detectaron en las garrapatas que buscaban huesped, mientras que Babesia sp. badger tipo A, Theileria OT3 y Hepatozoon canis sólo se encontraron en las garrapatas que se alimentaban”, explican los investigadores en el estudio. Ninguna de las garrapatas fue positiva para C. burnetii

Los investigadores remarcan que “se han revelado nuevas interacciones huésped-garrapata-patógeno, encontrándose por primera vez el patógeno humano R. raoultii en D. reticulatus extraído de un oso pardo cantábrico”.

Asimismo, detectaron la coocurrencia entre diferentes patógenos transmitidos por garrapatas en el 4,3% de las garrapatas. La asociación B. burgdorferi s.l./Rickettsia spp. se detectó en garrapatas buscadoras; y Rickettsia spp./piroplasmas y A. phagocytophilum/Theileria OT3 en garrapatas alimentadas.

“La presencia de agentes patógenos constituye una amenaza para la salud humana y animal, y debe tenerse en cuenta en el diagnóstico y el tratamiento tras una picadura de garrapata. Este estudio aumenta el conocimiento sobre la diversidad de patógenos transmitidos por garrapatas de interés médico y veterinario que circulan entre las garrapatas y sus hospedadores en el noroeste de España”, concluyen los investigadores españoles.

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