Investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona realizan un estudio clínico sobre el efecto de la castración química mediante un implante de deslorelina en la conducta de marcaje con orina y el comportamiento en perros macho
Estudian el efecto de la castración médica en perros en España
Investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona realizan un estudio clínico sobre el efecto de la castración química mediante un implante de deslorelina en la conducta de marcaje con orina y el comportamiento en perros macho
Francisco Ramón López - 02-12-2021 - 00:00 H - min.
Es común que los propietarios se planteen la castración de sus perros macho cuando presentan conductas como el marcaje con orina o problemas de comportamiento en general.
Para conocer el efecto de la castración en este sentido, un grupo de investigadores del Companion Animal Welfare Education Centre (CAWEC) de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona ha llevado a cabo un estudio clínico, cuyos resultados aún están pendientes de conocerse.
Los investigadores seleccionaron a 29 perros que marcaban con orina y los dividieron al azar en dos grupos, uno que recibió un tratamiento basado en un implante de deslorelina (Suprelorin, de Virbac) y un grupo de control (sin implante).
Las autoras explican que la deslorelina suprime la actividad de la testosterona, y por lo tanto, actúa como una castración. Sin embargo, su efecto es reversible, dura solo 6 meses (el tiempo que ha durado el estudio), y luego la testosterona vuelve a sus valores normales.
Susana Le Brech, una de las investigadoras directores del estudio, explica que el implante se puede usar de manera repetida cada 6 meses, y en el caso de que el propietario no quiera utilizarlo más, solo tiene que dejar de aplicarlo y el perro recuperará la fertilidad.
El implante, apuntan desde el grupo de investigación, se coloca igual que un microchip, a nivel subcutáneo en el cuello. “Hace tiempo que está comercializado utilizándose en animales de compañía (perros, gatos, hurones, etc.) y muchísimo en animales de zoológico”, indican.
Marta Amat, otra de las investigadoras directores, señala que el uso del implante de deslorelina ha sido muy útil para la metodología del estudio, pues ha facilitado la obtención de candidatos al ser reversible.
Así, los propietarios, que no conocían si su perro había recibido o no el implante, tuvieron que responder durante 6 meses a un cuestionario sobre la conducta de su animal, y tras ello, se les informó en qué grupo había estado su perro.
El poder contar con propietarios de perros reacios a la castración quirúrgica, insiste Amat, fue una ventaja. Y es que, asegura que hay titulares que tienen miedo a anestesiar a sus animales. Le Brech añade también que en algunos animales, como los perros mayores o con ciertas patologías, la anestesia está contraindicada.
Otro de los miedos de algunos propietarios, continúa Amat, es que la castración pueda cambiar el carácter del animal, por lo que una manera de prever sus efectos es utilizar un implante reversible.
Debido a los efectos en el comportamiento de la castración, la veterinaria aboga por que antes de realizarla con el objetivo de corregir o modificar una conducta se lleve a cabo un análisis a fondo y un perfil del perro, ya que, por ejemplo, diversos estudios demuestran que la castración puede empeorar problemas de comportamiento como el miedo.
Le Brech, por su parte, indica que otro de los beneficios de la castración médica es que, al ser reversible, permite la reproducción del perro en el futuro y puede ser útil para manejar el comportamiento de animales reproductores.
Uno de los puntos que más sorprendió a los autores durante el estudio, destaca Amat, es que prácticamente ningún propietario conocía la existencia de los implantes de deslorelina y la opción de la castración médica, por lo que una de las conclusiones que han extraído de la investigación es que es necesario que los veterinarios informen de esta alternativa a la castración quirúrgica.