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MASCOTAS

La procesionaria del pino, una oruga tóxica para los perros

La presencia de esta oruga en las zonas verdes de las ciudades pone en riesgo la salud, y en ocasiones la vida, de los perros.

La procesionaria del pino, una oruga tóxica para los perros

La procesionaria del pino, una oruga tóxica para los perros

La presencia de esta oruga en las zonas verdes de las ciudades pone en riesgo la salud, y en ocasiones la vida, de los perros.

Javier López Villajos - 09-03-2018 - 14:00 H - min.

La procesionaria es una oruga tóxica que suele moverse por los pinos, árboles presentes en numerosas zonas urbanas y que comienza a verse durante esta época por los parques y bosques, tal y como advirtió recientemente la Consejería de Sanidad de Madrid. Su contacto con los perros puede ser mortal si la mascota es alérgica. De ser así, ésta presentaría síntomas como urticaria, inflamación y vómitos.  Una responsabilidad que está en manos de las empresas encargadas de la sanidad ambiental puesto que deben realizar un tratamiento preventivo contra una plaga de procesionarias, ya que también resulta peligrosa para la salud humana. 

Según los expertos, esta oruga supone una amenaza principalmente entre diciembre y abril cuando todavía no ha completado la fase de metamorfosis a mariposa. La razón de su toxicidad son los diminutos pelos urticantes que la recubren y que de forma habitual expulsan al aire.

Con frecuencia el perro se acerca por curiosidad, ya que sus colonias se mueven en forma de procesión, de ahí su nombre, las pisa y termina lamiéndose después. De ser así, los expertos recomiendan lavar la boca del animal con agua templada y limón o vinagre ya que eso destruye la toxina y alivia el malestar pero en ningún caso, advierten, se debe frotar la zona afectada.

ATENCIÓN VETERINARIA

Independientemente de los tratamientos paliativos, se debe acudir de inmediato al veterinario ya que el animal puede necesitar la amputación de parte de la lengua si llega a necrosarse o incluso morir por asfixia. El propio veterinario puede recetar, de forma preventiva, medicamentos en caso de que el perro, durante uno de sus muchos paseos, vuelva a interactuar con este insecto. 

Entre las opciones para detener la propagación de la procesionaria está la fumigación con mezclas letales de insecticidas y gasolina diésel aunque esto puede matar a otros insectos que se alimentan de las hojas de los árboles y a los pájaros que se comen a dichos insectos. Por lo que la utilización de una trampa con feromonas que sirva para confundir la sexualidad de la procesionaria parece ser la técnica menos invasiva.

Esta información es meramente orientativa, en Animal’s Health, le recordamos que, ante cualquier duda, lo mejor es que lleve a su mascota al veterinario.

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