El Ministerio de Agricultura ha presentado su informe relativo a 2018 de encefalopatías espongiformes transmisibles. Ese año no se dio ningún foco en vacas, aunque hubo 30 en ovejas y cabras
Cae la encefalopatía espongiforme bovina, pero no la tembladera
El Ministerio de Agricultura ha presentado su informe relativo a 2018 de encefalopatías espongiformes transmisibles. Ese año no se dio ningún foco en vacas, aunque hubo 30 en ovejas y cabras
Francisco Ramón López - 18-07-2019 - 14:17 H - min.
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) ha hecho público su informe de enfermedades espongiformes transmisibles (EET) para el año 2018, en el que han analizado los datos ofrecidos por los servicios de todas las comunidades autónomas entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2018 referentes a la encefalopatía espongiforme bovina (EEB) y la tembladera o scrapie.
La encefalopatía espongiforme bovina, coloquialmente conocida como ‘enfermedad de las vacas locas’, se caracteriza, al igual que la tembladera, que afecta a ovejas y cabras, por la degeneración del tejido cerebral, el cual adopta una apariencia de esponja, lo que conduce a la muerte del individuo.
El MAPA no ha registrado ningún foco de EEB en 2018, aunque señala que desde el año 2000 ha habido 796. El programa de vigilancia de esta enfermedad ha analizado 65.385 bovinos. Estos resultados, explica, confirman la tendencia del descenso de casos de EEB de forma constante.
Hasta el año 2013 se ha presentado una tendencia descendente en el número de focos diagnosticados en España, gracias a la aplicación de las medidas contempladas en los Programas Nacionales de Erradicación.
Los últimos focos detectados en 2014 (2 focos), 2015 (1 foco) 2016, (1 foco) y 2017 (3 focos), se han diagnosticado en animales de edad avanzada y sólo 1 de ellos ha sido de cepa clásica, siendo los seis restantes de cepas atípicas.
La Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) explica la diferencia entre las cepas clásicas y atípicas de la EEB. Esto es un punto importante a destacar, pues marca el origen de la enfermedad y, por tanto, su forma de combatirla y de medir si los planes de erradicación están siendo eficaces.
La forma clásica de EEB es la que aparece debido al consumo de piensos contaminados, y gracias al control de la alimentación de vacuno se ha conseguido erradicar prácticamente de España.
Sin embargo, la forma atípica, aparece de forma natural y esporádica en animales viejos con una tasa muy baja. Hasta hoy no hay pruebas que indiquen que la forma atípica de la enfermedad sea transmisible, por lo que no es una amenaza sanitaria.
Teniendo en cuenta esto, el Ministerio celebra los resultados, pues se han reducido los casos y, además, estos se han dado en animales con una edad media más alta, lo que demuestra la efectividad de las medidas de control adoptadas, teniendo en cuenta que el tamaño poblacional se ha mantenido prácticamente constante.
Este año no se podrá seguir manteniendo el marcador a cero, pues hasta el momento se han registrado dos casos de EEB (ambos atípicos) en Castilla y León y Galicia, este último a principios de julio. España solicitó a la OIE el reconocimiento como país con estatus de riesgo insignificante frente a la EEB, que fue otorgado en mayo de 2016 y renovado desde entonces.
SIN AVANCES EN LA ERRADICACIÓN DE LA TEMBLADERA
En cuanto a la tembladera, desde el año 2018 se han declarado un total de 30 focos, 22 en ovino y 8 en caprino. La caracterización de los 30 focos según el tipo de tembladera fue de 19 clásicos y 11 atípicos que afectaron, incluyendo a casos secundarios —infectados por el primer animal—, a 379 animales. En 2018 se analizaron 51.303 animales.
En 2018 las comunidades más afectadas han sido Castilla y León, con 8 focos; Castilla-La Mancha, con 6 y Aragón, con 4. En lo que llevamos de 2019, ha habido 19 casos, el último en Galicia.
Desde el año 2000 hasta el 31 de diciembre de 2018 se han detectado un total de 539 focos con el pico en el año 2006 (53 focos). Desde ese año nunca se ha conseguido rebajar el número por debajo de los 20, por lo que, mediante un análisis de tendencias para la serie temporal 2008-2018, el MAPA concluye que no ha habido un descenso estadísticamente significativo.
Es importante apuntar aquí, que aunque los casos atípicos de tembladera se producen por las mismas razones que la EEB, la principal causa de los casos clásicos no es la alimentación, sino la transmisión de la madre a su descendencia inmediatamente después del parto.
Además, se puede infectar a otros neonatos susceptibles expuestos a los fluidos expulsados durante el parto o tejidos de un animal infectado. En adultos la infección es mucho menos común y en humanos no se ha demostrado que se pueda transmitir, como sí que ocurría con la ‘enfermedad de las vacas locas’.
Debido a esto, la forma de combatir el scrapie es el genotipado, cuyo objetivo es la erradicación selectiva del rebaño afectado por un foco, eliminando a los animales con genotipos sensibles frente a scrapie clásico.