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PROFESIONALES

Melilla deja de ser el único Colegio Veterinario español sin sede

El Colegio Oficial de Veterinarios de Melilla ha dejado de ser el único de España sin sede oficial, gracias a los esfuerzos de los 20 veterinarios melillenses que no han contado con ayudas económicas desde ninguna institución oficial

Francisco Germán Álvarez, presidente del Colegio de Veterinarios de Melilla.
Francisco Germán Álvarez, presidente del Colegio de Veterinarios de Melilla.

Melilla deja de ser el único Colegio Veterinario español sin sede

El Colegio Oficial de Veterinarios de Melilla ha dejado de ser el único de España sin sede oficial, gracias a los esfuerzos de los 20 veterinarios melillenses que no han contado con ayudas económicas desde ninguna institución oficial

Jorge Jiménez - 25-06-2019 - 12:57 H - min.

El Colegio Oficial de Veterinarios de Melilla ha dejado de ser el único de España sin sede, tras la inauguración de la misma, el pasado sábado 22 de junio de 2019, situada en la calle Carlos Ramírez de Arellano, número 5.

El hecho de que por fin el colegio veterinario melillense cuente con una sede, significa, según ha explicado Regino Gil, tesorero del órgano colegial de la ciudad autónoma, ganar “representación” de los profesionales veterinarios en Melilla, para que se les “conozca” más, ya que, hasta ahora, pasaban “desapercibidos” al no tener una sede social.

“Éramos el único colegio veterinario de España sin sede oficial”, destaca el tesorero, señalando que hasta la fecha atienden todos los asuntos del colegio desde una clínica veterinaria, ya que no tienen recursos para tener contratado a un empleado en la sede, recayendo así todo el trabajo en la figura del presidente, Francisco Germán Álvarez, en la del secretario, Rafael Serrano, y en él mismo como tesorero.

Por su parte, Gil subraya que el escaso número de veterinarios melillenses, 20 en total, de los que cotizan 15, al encontrarse el resto en situación de paro, hacía hasta ahora imposible disponer de los recursos económicos necesarios para poder tener una sede oficial.

Tras 25 años, los albéitares melillenses han conseguido ahorrar “un poquito” para poder solicitar una hipoteca, según señala el tesorero, que apunta a la escasa contribución mensual que los 20 veterinarios aportan al colegio como problema para poder realizar el pago y el mantenimiento de la sede.

“Es una sede muy pequeñita, con apenas 40 metros cuadrados” en un edificio donde los veterinarios comparten espacio con otros profesionales como médicos y abogados. “Pero ya tenemos al menos dónde reunirnos, antes nos teníamos que reunir en un bar o en un restaurante”, apunta Gil.

  • GALERIA

    Imagen de la inauguración de la sede oficial del Colegio de Veterinarios de Melilla

Anteriormente, el Colegio de Melilla estaba encuadrado en el de Málaga (donde estuvo hasta que la ciudad fue declarada como autónoma), donde Gil asegura que estaban “perfectamente”, ya que el colegio Malagueño dispone de muchos recursos que les permiten la organización, entre otras cosas, de cursos formativos, cosa que, al de Melilla se le presenta un tanto imposible.

Y es que, organizar cursos formativos para el colegio de la ciudad autónoma significaría correr con gastos de billetes de avión, hoteles y dietas, lo cual situaría el coste de un conferenciante “de 2.000 euros para arriba”, asegura Gil, que califica este coste de “burrada”, ya que es inasumible para el colegio melillense.

En cuanto a financiación, el tesorero subraya que no han recibido ningún tipo de ayuda económica desde la Organización Colegial Veterinaria (OCV), apuntando a que han recibido “muy buenas palabras, pero pocos hechos”, habiendo puesto su situación en conocimiento de Juan José Badiola, presidente saliente de la OCV, que se retirará de su cargo en las próximas elecciones.

Precisamente, sobre las elecciones, desde el Colegio de Melilla aseguran que todavía no se han decantado por ningún candidato en concreto, aunque señalan que a la inauguración de su sede acudieron los candidatos a la presidencia del Consejo General de Colegios Veterinarios, Ignacio Oroquieta, actual presidente del Colegio de Veterinarios de Sevilla; y Rafael Laguens, actual presidente de Soria.

En este sentido, Gil, señala como fundamental que los futuros dirigentes de la veterinaria española apoyen al colegio melillense, y que no se queden exclusivamente en “prometer y prometer, y luego no hacer nada”.

Asimismo, Gil considera necesaria una reducción de cuota para los veterinarios melillenses, dado su reducido número, además de que se les apoye con la realización de cursos de formación en la ciudad autónoma.

Finalmente, hace especial hincapié en la importancia del colegio como “bastión” de Europa ante la rabia, enfermedad que en Marruecos es endémica, y que “desde algunas autonomías” no se tiene una “correcta” percepción de la gravedad de la enfermedad, que podría llegar a entrar en la península a través de la entrada ilegal de algún perro infectado.

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