Un grupo internacional de investigadores ha detallado que a la hora de planificar la conservación de las especies se debe tener en cuenta el conocimiento ‘cultural’ de los animales
Lo que saben los animales, nuevo enfoque para su conservación
Un grupo internacional de investigadores ha detallado que a la hora de planificar la conservación de las especies se debe tener en cuenta el conocimiento ‘cultural’ de los animales
Alfonso Neira de Urbina -
08-03-2019 - 13:00 H - min.
La creciente evidencia científica sobre el aprendizaje social en una amplia variedad de especies, que puede derivar en culturas animales únicas, es un factor importante a tener en cuenta a la hora de diseñar políticas conservacionistas y realizar acciones a favor de la conservación de las especies animales, según un estudio publicado en Science.
Investigar estas culturas animales, según los científicos, puede proveer de información valiosa sobre qué grupos de animales deben ser conservados y cómo hacerlo. Es decir, entender, por ejemplo ya que el estudio se ha realizado en diversa especies, porque algunos chimpancés tienen como elemento cultural partir las nueces nutritivas con herramientas de piedra, mientras otro no, puede ser clave para evaluar los desafíos que presenta la conservación de la especie.
En muchas especies animales, la inexperiencia de los ejemplares jóvenes se contrarresta con las enseñanzas de los mayores. Es decir, los animales jóvenes aprenden claves de supervivencia observando a los ancianos, que tienen más experiencia y conocimiento. Es más, aprenden aspectos tan importantes como la forma de comunicarse, como alimentarse eficientemente, o a donde emigrar cuando las condiciones ambientales no son propicias.
En este sentido, tomando de ejemplo dos especies diferentes, la transmisión de conocimiento sobre las rutas de migración en grullas ferinas y borregos cimarrones puede proporcionar información crítica para el éxito de las futuras generaciones.
Por ello, el enfoque del estudio es poner el acento en la ‘culturas animales’ que generan las especies para su mejor conservación.
Uno de los puntos desvelados por el artículo de Science es que, a diferencia de la transmisión genética, el conocimiento social puede transmitirse de generación en generación, por lo que los animales pueden compartir el conocimiento sobre las nuevas fuentes de alimentos, lo que podría proporcionar resistencia en entornos que cambian.
Sin embargo, los investigadores afirman que los procesos de aprendizaje social también pueden dar lugar a la aparición de subgrupos culturales con comportamientos diferentes, que pueden incluso erigir barreras sociales. Una segregación cultural que puede implicar a la conservación, sobre todo cuando los grupos tienen diferentes estrategias de alimentación y varían en su capacidad para hacer frente a los cambios en el medio ambiente.
CONSERVAR LOS QUE MÁS SABEN
Para proteger lo que los científicos denominan como ‘capital social’, algunas poblaciones pueden delinearse mejor por su comportamiento cultural, en lugar de usar el enfoque tradicional de evaluar la diversidad genética o el grado de aislamiento geográfico. Además, para algunas especies, proteger a los individuos que actúan como “depósitos” de conocimiento social, como las matriarcas de elefantes con experiencia, puede ser tan importante como conservar su hábitat.
“Más allá de los genes, el conocimiento también es una moneda importante para la vida silvestre. Además de conservar la diversidad genética, debemos trabajar para mantener la diversidad cultural dentro de las poblaciones animales, como un depósito para la resilencia y la adaptación. Este es un importante replanteamiento de nuestra comprensión del mundo natural, que requerirá cambios en el derecho internacional de vida silvestre”, ha explicado el autor principal del artículo, Philippa Brakes, de la Universidad de Exeter (Reino Unido).