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Los prebióticos causan más daño a los caballos que beneficios

Una reciente investigación científica ha desvelado que los prebióticos pueden ser un elemento contraproducente en la alimentación de los caballos, ya que pueden dañar el estómago del animal

Los prebióticos causan más daño a los caballos que beneficios

Los prebióticos causan más daño a los caballos que beneficios

Una reciente investigación científica ha desvelado que los prebióticos pueden ser un elemento contraproducente en la alimentación de los caballos, ya que pueden dañar el estómago del animal

Redacción - 04-10-2019 - 09:45 H - min.

Los prebióticos son suplmentos que ayudan a estabilizar la flora intestinal de los caballos, aunque de manera limitada. Esto se debe en parte a que antes de que puedan llegar al intestino, los suplementos actualmente disponibles en el mercado se descomponen parcialmente en el estómago de los ejemplares y esto puede provocar inflamación en su revestimiento.

Este descubrimiento ha sido posible gracias a una investigación de la Universidad Martin Luther Halle-Wittenberg (MLU) y de la Universidad de Medicina Veterinaria de Hannover, cuyos investigadores alertan de que los prebióticos puedes causar mayor daño al caballo que el beneficio que le reportan, y proponen que los suplementos alimenticios prebióticos se diseñen para que no surtan efecto antes de llegar al intestino grueso.

El estudio, que ha sido publicado en PLOS ONE, está basado en un elemento, los prebióticos, que a menudo se añaden a la alimentación del caballo para estabilizar su salud. Los prebióticos son fibras no digeribles que pueden estimular el crecimiento y la actividad de ciertas bacterias beneficiosas en el intestino grueso. De hecho, una de sus diferencias con los probióticos radica en que mientras estos son microorganismos, los prebióticos son sustancias sin vida.

“Los caballos tienen un microbioma central relativamente pequeño y no diverso y, por lo tanto, son muy susceptibles a los trastornos digestivos”, explica Annette Zeyner, directora del grupo de nutrición animal de la MLU, quien señala que, sin embargo, no se han realizado suficientes investigaciones sobre si el uso de prebióticos realmente produce los efectos deseados.

En el estudio, el equipo investigó el efecto de alimentar a los caballos con alcachofa de Jerusalén (Helianthus tuberosus), un prebiótico comúnmente utilizado en el sector equino. A parte de su alimentación normal, seis caballos recibieron alimentos con alcachofa de Jerusalén, que contenía altas cantidades de ciertos carbohidratos, fructooligosacáridos e inulina.

Otro grupo, también formado por 6 ejemplares, recibió un placebo junto a su alimentación normal y, posteriormente, los investigadores analizaron el equilibrio de bacterias en el tracto digestivo de los animales de ambos grupos.

La investigación ha desvelado que los prebióticos son fermentados ya en el estómago por los microorganismos que habitan en él, es decir, están surtiendo efecto demasiado pronto. “El proceso de fermentación conduce a la formación de ácidos orgánicos que, a diferencia del intestino grueso, pueden dañar la membrana mucosa del estómago del caballo”, apunta Maren Glatter, también miembro del grupo de alimentación animal y autora principal del estudio.

Sin embargo, los resultados revelaron que la diversidad bacteriana de todo el tracto digestivo sí que aumentó, lo que probablemente también produce el efecto protector deseado.

“Aun así, los prebióticos son probablemente más dañinos que beneficiosos cuando se usan en su forma actual” avisa Zeyner. Por lo que las sustancias deben tratarse para que lleguen al intestino grueso en una dosis que tenga un efecto positivo en las bacterias intestinales que allí viven, sin estimular la hiperactividad.

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