Una revisión científica recoge los últimos fármacos disponibles para tratar esta enfermedad que afecta a una gran cantidad de perros de todo el mundo
Los últimos avances en las opciones de tratamiento farmacéutico para la osteoartritis canina
Una revisión científica recoge los últimos fármacos disponibles para tratar esta enfermedad que afecta a una gran cantidad de perros de todo el mundo
Francisco Ramón López -
04-07-2023 - 12:10 H - min.
La osteoartritis (OA) es una causa importante de dolor, cojera y morbilidad en perros. Se trata de una enfermedad degenerativa, progresiva y multifactorial de las articulaciones sinoviales, que afecta no solo al cartílago articular sino también a otras estructuras dentro de la articulación sinovial específica.
Las estimaciones de la prevalencia de perros que presentan OA en las clínicas veterinarias de atención primaria varían según el estudio, pero se ha informado que oscilan entre el 2,5% y el 6,6% en Reino Unido.
Asimismo, un estudio en perros que asistían a hospitales de referencia en los Estados Unidos informó de una prevalencia estimada de OA de hasta el 20% en perros mayores de 1 año. Sin embargo, es probable que la verdadera prevalencia de la enfermedad sea mayor cuando se tienen en cuenta los casos no notificados y las discrepancias en los sistemas de registro.
La OA, por lo tanto, supone un problema de bienestar para muchos perros, y es importante que la información sobre las opciones de tratamiento para estos animales esté actualizada y basada en evidencia, para ayudar a los veterinarios y propietarios a manejar estos casos de manera efectiva.
Debido a la gran cantidad de opciones de tratamiento disponibles y fármacos novedosos en la última década, un grupo de investigadores de la Universidad de Liverpool han llevado a cabo una revisión de la literatura científica que sustenta las opciones de tratamiento farmacéutico para el manejo de la OA canina.
La revisión incluye, entre otros, fármacos anti-inflamatorios no esteroideos (AINEs), anticuerpos monoclonales, opioides, cannabinoides, corticoesteroides, fármacos modificadores de estructura y terapia de genes.
En el ámbito de los fármacos antiinflamatorios no esteroideos, los autores recuerdan que los AINE convencionales ejercen sus efectos analgésicos al inhibir la enzima ciclooxigenasa (COX), que es responsable de la producción de prostaglandinas a partir del ácido araquidónico.
Hay dos isoformas periféricas de COX: COX-1 y COX-2. Los efectos secundarios no deseados causados por la inhibición de la COX-1, como los efectos gastrointestinales y renales, han llevado al desarrollo de inhibidores preferenciales y selectivos de la COX-2.
La eficacia de los AINE para reducir el dolor relacionado con la OA está bien documentada. De los AINE autorizados para uso veterinario, revisiones sistemáticas previas de tratamientos para la OA canina han mostrado un alto nivel de evidencia en la literatura sobre la eficacia de meloxicam, carprofeno y firocoxib.
Desde la publicación de estas revisiones sistemáticas, se han autorizado otros coxibspara el tratamiento de la OA en perros, a saber, robenacoxib, mavacoxib, cimicoxib y enflicoxib.
Al igual que el firocoxib, estos AINE son inhibidores altamente selectivos de la COX-2, por lo que, teóricamente, reducen el riesgo de efectos secundarios adversos causados por la inhibición de la COX-1.
El enflicoxib, Daxocox, distribuido en España por Ecuphar, es el coxib autorizado más recientemente. En este sentido, un estudio que involucró a 242 perros aleatorizados para recibir enflicoxib, mavacoxib o placebo, encontró una mejora en la evaluación veterinaria y del propietario de los signos clínicos relacionados con la OA con ambos AINE en comparación con el placebo durante un período de prueba de 6 semanas.
Asimismo, otro estudio, no recogido por esta revisión, pues fue posterior, demostró la no inferioridad de enflicoxib en comparación con mavacoxib. Al final del estudio, la puntuación de suma clínica (CSS) promedio y el porcentaje de encuestados para enflicoxib (3,64% y 74%) y mavacoxib (4,49% y 68%) fue superior al placebo (7,15% y 29%).
Además, se observó un inicio de acción más rápido para enflicoxib, ya que la superioridad sobre el placebo se evidenció desde la primera evaluación de eficacia (día 7) en adelante para ambos parámetros, mientras que mavacoxib solo fue significativamente diferente a partir del día 14 en adelante.
Según la evaluación del propietario, el porcentaje de encuestados según el Inventario breve de dolor canino (CBPI) fue del 90%, 79% y 43% para los perros tratados con enflicoxib, mavacoxib y placebo, respectivamente, y se demostró superioridad sobre el placebo para ambos tratamientos activos.
Asimismo, la calidad de vida del perro mejoró en todos los grupos, pero solo enflicoxib mostró superioridad frente al placebo. Cuando se evaluaron únicamente los perros gravemente afectados, los resultados fueron similares, lo que confirma la eficacia de enflicoxib en todas las etapas de la OA canina.
Una mayor comprensión de la biología y los mecanismos del dolor de la OA ha llevado a un número creciente de opciones de tratamiento farmacéutico para la OA canina en la última década.
“Con el advenimiento de nuevos medicamentos como los anticuerpos monoclonales y los piprantes, así como un número creciente de analgésicos adyuvantes y una mayor disponibilidad de terapias regenerativas en medicina veterinaria, los veterinarios ahora tienen más terapias para ofrecer, con la esperanza de mejorar el bienestar de los perros. con esta condición”, afirman los autores.
Sin embargo, admiten que la búsqueda de un tratamiento curativo para la OA está en curso y, hasta el momento, es difícil de alcanzar, todavía hay áreas emocionantes para el desarrollo futuro, como la terapia génica y el ARN mensajero.
“También se debe tener en cuenta que un enfoque multimodal del tratamiento, que incorpore no solo diferentes tipos de productos farmacéuticos sino también control de peso, nutracéuticos, fisioterapia y otras terapias complementarias, es importante en el tratamiento no quirúrgico de esta enfermedad de toda la articulación”, concluyen.