CEVE ha presentado su informe 2020 sobre la situación socioeconómica y laboral del sector veterinario, donde advierte que la Covid-19 podría tener consecuencias económicas similares a las de la crisis de la burbuja inmobiliaria de 2008
La pandemia podría impactar en la veterinaria como la burbuja inmobiliaria
CEVE ha presentado su informe 2020 sobre la situación socioeconómica y laboral del sector veterinario, donde advierte que la Covid-19 podría tener consecuencias económicas similares a las de la crisis de la burbuja inmobiliaria de 2008
Redacción -
19-10-2020 - 15:38 H - min.
La Confederación Empresarial Veterinaria Española (CEVE) ha presentado el 'Informe 2020 sobre la situación socioeconómica y laboral del sector veterinario en España', una investigación académica elaborada por Ariadna Gassiot, profesora del Área de Estadística del Departamento de Empresa de la Escola Universitària Mediterrani de Barcelona (Universitat de Girona) y Óscar Gutiérrez, director y profesor de dicho departamento.
El informe, fundamentado en una revisión de los indicadores oficiales del sector, determina que el sector veterinario en España, tras verse afectado en el año 2012 por una subida al tipo impositivo general de IVA (que en el caso del subsector que presta servicios a animales de compañía fue de 13 puntos porcentuales, del 8% al 21%), padeció un deterioro sustancial de diversos indicadores económicos y laborales en los ejercicios subsiguientes, hasta 2015, cuando empezó a mejorar.
El estudio es el tercero de la serie anual elaborada para CEVE sobre la situación socioeconómica y laboral del sector veterinario y se elabora y presenta en un escenario social marcado por la situación de pandemia global de origen zoonósico generada por la Covid-19, sobre la que aún no hay datos de sus efectos económicos.
Sobre este asunto, señalan que resulta procedente una reflexión sobre las posibles repercusiones que sobre el sector pueda tener en un futuro más o menos próximo la pandemia, que está afectando a todo el planeta y cuyos efectos llegan prácticamente a todos los sectores económicos. El sector veterinario, advierten, no es una excepción y probablemente en los próximos meses sufrirá las consecuencias de circunstancias vinculadas a la incidencia de la enfermedad.
“De hecho, si ya durante la crisis económica de 2008, el sector sufrió una caída significativa de la actividad, desencadenando reestructuraciones, reposicionamientos y afectando a la fuerza laboral y al cierre de las instalaciones de investigación, resulta bastante probable que también puedan derivarse eventos similares a partir de la actual crisis sanitaria de la Covid-19”, advierten.
Por otro lado, los autores señalan que algunas voces del sector veterinario creen que los efectos directos de la Covid-19 en el sector tendrán solo repercusiones a corto plazo, debido a la importancia estratégica del sector en situaciones como la generada por una pandemia.
Así, señalan que, precisamente debido a la gran necesidad de combatir zoonosis como la Covid-19, tanto por su repercusión sanitaria como por sus secuelas económicas, resultaría muy recomendable que las administraciones públicas inviertieran “todo lo que sea procedente” en equipos y recursos humanos en el sector, de manera que sea más factible ayudar a prevenir este tipo de crisis sanitarias
El texto señala que a partir del ejercicio 2015, coincidiendo con la mejora de las cifras macroeconómicas, el sector ha ido recuperando de forma progresiva muchos de sus indicadores económicos y financieros, pero no otros relacionados con la calidad del empleo y la productividad, que sufrieron graves quebrantos durante ese periodo.
Asimismo, destaca que el contexto económico-empresarial del sector veterinario muestra una disyuntiva evidente entre crecimiento y desarrollo, en la que se ha apostado por fomentarse el primero, no protegiendo de forma efectiva el segundo.
Tras la publicación del primero de los informes en verano de 2017, CEVE lo empleó en sus argumentos de negociación con el Gobierno y los distintos grupos parlamentarios. Gracias a las gestiones de la patronal veterinaria, se consiguió que diversos grupos parlamentarios presentasen varias enmiendas al Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado de 2018, proponiendo el retorno al tipo reducido de IVA para este sector, aunque, finalmente, no obtuvieron los suficientes apoyos en el Senado.
En el Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2019, también apoyándose en el mencionado informe, se logró que el propio Gobierno contemplase una rebaja del IVA en servicios de veterinaria prestados a animales de compañía del 21% al 10%.
Lamentablemente, esta ley tampoco llegó a aprobarse debido a la convocatoria de elecciones generales y la posterior disolución de las Cámaras del Parlamento. En cualquier caso, el Gobierno resultante de la moción de censura de 2018 incluyó en el Programa de Estabilidad 2019-2022 presentado a la Unión Europea, como medida tributaria a aplicar, en principio, a partir de 2020, la reducción al 10% del tipo de gravamen del IVA de los servicios veterinarios, al estimar que resultaba necesario adecuar la tributación de estos servicios a la misma que los medicamentos de uso veterinario.
Siendo así, en el momento de redactar el informe, la rebaja del IVA a los servicios veterinarios queda pendiente tan solo de la pertinente aprobación a través de la siguiente Ley de Presupuestos Generales del Estado o mediante otro tipo de normativa.
Por otra parte, el texto señala la singular composición demográfica del colectivo veterinario del sector, en el que conviven profesionales masculinos de mayor edad con un porcentaje muy elevado de veterinarias más jóvenes.
En este sentido, se presentan los resultados de un trabajo académico realizado por el mismo grupo de investigación que, analizando el caso del sector veterinario español a partir de la realización de una encuesta para conocer el salario bruto de sus profesionales, trata de determinar si la posible existencia de una brecha salarial generacional ha podido influir en la generación de una brecha salarial de género en un sector progresivamente feminizado, en el que las veterinarias en su mayor proporción son jóvenes y han accedido más recientemente a la profesión, con peores condiciones laborales y salariales.
Las conclusiones del estudio advierten de la relación que se produce en el sector entre la brecha salarial de género y variables como la edad, la parcialidad laboral o el tamaño de las empresas. La acción conjunta de estos factores provoca que, en general, los profesionales veterinarios más jóvenes (tanto mujeres como hombres) estén percibiendo remuneraciones excesivamente bajas.
El trabajo también reflexiona sobre la implicación del sector veterinario dentro de los planes estratégicos diseñados a nivel de país y de forma global dentro de la conocida ‘Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible’, promovida por la Organización de las Naciones Unidas, en el que la defensa y promoción de la salud individual y colectiva se contempla de manera transversal como una de las metas fundamentales en las políticas gubernamentales.
En este campo, los estados deben invertir de forma eficiente en sistemas sanitarios adecuados, en los cuales, CEVE considera que “el sector veterinario habrá de jugar un papel esencial en la defensa de la salud colectiva”.
Por otro lado, la Agenda 2030 también tendrá repercusiones sobre el sector en el ámbito de la defensa de la igualdad entre géneros, tanto en los aspectos laborales como en los salariales, y en aspectos relacionados con el crecimiento económico del sector, en el sentido de que debiera procurarse en el futuro un mejor reparto de las plusvalías que se generan entre todos los partícipes de ese crecimiento, especialmente mediante la creación de puestos de trabajo mejor remunerados para los jóvenes profesionales.