Michael Cicconetti, juez del Estado de Ohio, se ha popularizado en Estados Unidos por imponer condenas ejemplares a los maltratadores de animales.
Un juez aplica sentencias “creativas” contra el maltrato animal
Michael Cicconetti, juez del Estado de Ohio, se ha popularizado en Estados Unidos por imponer condenas ejemplares a los maltratadores de animales.
Javier López Villajos - 13-04-2018 - 14:00 H - min.
Un juez del Tribunal Municipal de Painesville, perteneciente al Estado norteamericano de Ohio, Michael Cicconetti, se ha hecho famoso debido a las sentencias que dicta para castigar el maltrato animal. Medios como I Heart Dogs o El País ya se han hecho eco de la implicación personal de este juez para que los maltratadores sufran “incomodidad y vergüenza” ante sus actos.
Cicconetti, sensibilizando con que los animales sean víctimas de maltrato, está convencido de la eficacia de esta “justicia creativa” para dar una lección, a base de su “propia medicina”, a aquellos que infrinjan la ley de Goddard, vigente desde septiembre de 2017 y que convierte el abuso animal en un delito grave, sea por negligencia o intencionado.
Por esta razón, el juez propone más herramientas que ayuden a perseguir a este tipo de criminales, tales como que se realicen exámenes de salud mental, acudan a cursos obligatorios de rehabilitación y que se les incluya en una base de datos para evitar y detectar reincidencias. Esta última medida, ayudaría a que los vecinos que sean propietarios de mascotas fueran más cautelosos si el delincuente vive cerca o que los refugios de animales pudieran verificar a los posibles adoptantes, según Cicconetti.
SANCIONES JUSTAS
El número de condenas “originales” que Cicconetti ha redactado es tan extenso como variado. Por ejemplo, destaca un caso en el que una mujer obligó a su perro a vivir en la basura. Ante tal hecho, Cicconetti sentenció en el juicio: “Quiero que usted vaya al basurero del condado y que busque el lugar con el olor más apestoso que pueda encontrar. Permanezca allí sentada durante ocho horas mientras piensa en lo que hizo. Y si tiene que vomitar, vomite”.
En otra ocasión, Cicconetti tuvo que valorar la sanción para otra mujer que abandonó a 35 cachorros de gatos en el bosque. Le preguntó a la acusada si le gustaría que le abandonasen en mitad de la noche mientras escucha animales salvajes alrededor de la oscuridad, tener frío sin saber a dónde ir, pasar hambre y sentir la incertidumbre de qué pasará después. Independientemente de la respuesta que diera la acusada, Cicconetti la condenó a pasar completamente sola una noche entera en el bosque.