MAR, 30/4/2024

Aunque no es el tratamiento más común, la quimioterapia puede reducir la metástasis en los cánceres más agresivos.

El tumor de mastocitos, el cáncer de piel más común en perros

El mastocitoma representa entre un 16% y un 21% de los cánceres de piel en perros. El 13 de junio es el Día Europeo de Prevención del Cáncer de Piel

Este jueves 13 de junio es el Día Europeo de Prevención del Cáncer de Piel y por ello es consecuente hablar del tumor de mastocitos o mastocitosis maligna, pues representan entre el 16% y el 21% de los cánceres de piel caninos, según datos de la fundación para la investigación de enfermedades animales Morris Animal Foundation.

Aunque muchas personas nunca han oído hablar de los mastocitos, los vemos en acción continuamente, son las células que provocan la picazón o el prurito de picaduras de insectos o reacciones alérgicas.

De hecho, los mastocitos son un tipo de glóbulo blanco clave en las reacciones alérgicas, pues ontienen gránulos que liberan histamina, heparina y otras enzimas involucradas en las reacciones alérgicas y en la lucha contra los agentes infecciosos, especialmente los parásitos.

Aunque es un tumor cutáneo común a todas las razas, existen algunas con un mayor riesgo de estos tipos de tumores, entre ellos los perros de hocico chato, o braquicéfalos, como el boston terrier, el carlino o el bulldog inglés.

También sufren más este tipo de cáncer el labrador y el golden retriever, así como el cocker spaniel, el schnauzer, el Staffordshire terrier, el beagle, el braco de Weimar y  el shar-pei.

Los tumores de mastocitos pueden tomar muchas formas, desde pequeños bultos aislados hasta lesiones ulceradas grandes. Algunos tumores pueden crecer lentamente, mientras que otros pueden aparecer de la noche a la mañana.

Debido a que los tumores de mastocitos contienen sustancias químicas como la histamina, estas masas a veces pueden crecer o reducirse de tamaño, ya sea espontáneamente o si están irritadas, debido a la liberación de estas sustancias.

Estas mismas sustancias pueden causar picazón en los tumores y, a veces, los perros las muerden, lamen o arañan. Los tumores de los mastocitos se muestan muy similares a otros bultos en la piel, incluidos los tumores adiposos benignos comunes en los perros, por lo que es importante que los dueños le hagan saber al veterinario la aparición de cualquier bulto.

LA CIRUGÍA, EL PRINCIPAL TRATAMIENTO

En la mayoría de los casos, es fácil diagnosticar un tumor de mastocitos simplemente tomando una biopsia y observando su composición bajo un microscopio.

Una vez hecho el diagnóstico, existen varios enfoques para tratarlos. La cirugía sigue siendo la piedra angular del tratamiento y puede ser curativa si el tumor es de bajo grado, es decir, poco tendente a la metástasis. El tratamiento de los tumores de alto grado es más difícil y suele consistir en radioterapia local y quimioterapia.

La dificultad radica en que los tumores de mastocitos de alto grado pueden diseminarse internamente, siendo los ganglios linfáticos, el bazo y el hígado los sitios más comunes de metástasis.

Si se sospecha de un tumor de mastocitos de alto grado, es importante saber si las células tumorales se han diseminado y dónde se han propagado, lo que tiene un efecto importante en el pronóstico.

Los tumores de mastocitos de bajo grado a menudo se curan con cirugía. Si el tumor es grande o difícil de extirpar y se sospecha de que algunas células cancerosas no han sido extirpadas, se suele aplicar radiación local para eliminar los restos. El tiempo promedio de supervivencia de los perros con tumores de este grado es de más de dos años.

LA OPCIÓN DE LA QUIMIOTERAPIA

Los manuales de oncología veterinaria recomiendan la quimioterapia como opción para eliminar los restos del mastocitoma si no se dispone de radioterapia ni se puede volver a operar al paciente. Además, este tratamiento controla la metástasis y reduce la probabilidad de que degenere en una enfermedad sistémica.

Para Morris, los tumores de mastocitos de alto grado tienen peor pronóstico y la mayoría de los perros con este tipo de tumores sucumben a su enfermedad un año después del diagnóstico, aunque la quimioterapia mejora el pronóstico.

En estos casos, es importante que los veterinarios tengan en cuenta su propia salud y manipulen con total seguridad los tratamientos quimioterápicos, haciendo uso de los equipos de protección y procedimientos estandarizados, así como de otros recursos, como son los sistemas cerrados de transferencia (CSDT) que previenen la exposición directa con el citostático, el escape de aerosoles y la contaminación ambiental.