MAR, 30/4/2024

Estudian el uso indebido de anestésicos en caballos de carreras

La Facultad de Veterinaria de la Universidad de Florida pone en marcha una investigación para conocer el potencial que tiene la administración indebida de anestésicos locales en los caballos de carreras

Investigadores de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Florida (UF por sus siglas en inglés) inician un estudio sobre el uso indebido de anestésicos locales en los caballos de carrera.

Dicho estudio, financiado por Racing Medication and Testing Consortium (RMTC), laboratorio de referencia en la industria de las carreras de caballos, tiene el objetivo de detectar y eliminar aquellas sustancias que se administran de forma ilícita en los caballos de carreras.

El anestésico local que será estudiado es la bupivacaína, cuyos efectos tienen una mayor duración que el resto de anestésicos locales habitualmente utilizados en veterinaria equina.

“En cualquiera de los casos, estos anestésicos locales suelen utilizarse para reducir el dolor que producen las cojeras”, señala Taralyn McCarrel, cirujana veterinaria especializada en caballos, quien indica que la bupivacaína no suele utilizarse ya que la mayoría de casos requieren de tratamientos cortos, y por tanto de medicamentos con efectos de duración corta.

McCarrel explica que la administración de un anestésico local en los casos de cojera desensibiliza los nervios de la extremidad inferior, corriendo el riesgo de producir un “bloqueo nervioso”.

De ahí la importancia que tiene la valoración de utilizar uno u otro anestésico según el caso, ya que los investigadores se mostraron preocupados ante el hecho de que se utilicen nuevas formulaciones de bupivacaína, que liberan gradualmente su efecto durante varios días, de forma no ética para enmascarar el dolor que experimenta un caballo de carreras.

Por ello, los expertos se proponen como objetivo determinar la dosis mínima de un anestésico local que sería efectiva para combatir el dolor que produce la cojera de un caballo, además de medir la duración de sus efectos. Seguidamente, los investigadores se centrarán en comprender cómo los efectos de este anestésico son metabolizados y eliminados por el animal.

Finalmente, los investigadores tomarán muestras de sangre y orina para comparar dichas concentraciones con los efectos clínicos que produce este anestésico local.