DOM, 19/5/2024

Los erizos son los animales que tienen más cantidad de bacterias resistentes, según el estudio.

Hallan bacterias resistentes a antibióticos en fauna silvestre española

Un estudio elaborado por científicos españoles ha encontrado que los erizos son los animales silvestres que presentan más bacterias resistentes a antibióticos de uso hospitalario, seguidos por las aves rapaces

Un estudio realizado por el Centro de Investigación de Sanidad Animal del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias de Cataluña (IRTA-CReSA), la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y el Centro de Fauna Salvaje de Torreferrussa donde se ha analizado la microbiota intestinal de más de 300 animales de diferentes especies de Cataluña ha demostrado que los erizos y las aves rapaces son los animales que tienen más cantidad de bacterias con genes de resistencia a antibióticos, generalmente de uso hospitalario.

En la investigación, publicada en la revista PLoS ONE, se remarca que se trata de antibióticos de importancia crítica para la salud humana según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Para realizar el estudio los científicos han analizado la microbiota intestinal de un total de 307 animales de 67 especies diferentes provenientes de regiones de Cataluña en las que hay una elevada densidad de zonas urbanizadas y de granjas de producción, sobre todo porcina.

Se han analizado sobre todo pájaros (rapaces diurnas, búhos, paseriformes y gaviotas), mamíferos (erizos, mustélidos, jabalíes y corzos) y en menor cantidad tortugas terrestres. Según los resultados de los análisis, los erizos son los animales que tienen más cantidad de bacterias resistentes, seguidos por las aves rapaces, como azores y lechuzas.

ESCHERICHIA COLI Y KLEBSIELLA

Los tipos de enterobacterias más abundantes encontrados en la microbiota gastrointestinal de los animales han sido la Escherichia coli, seguido de otros como Klebsiella pneumoniae, Citrobacter freundii, o Enterobacter cloacae entre otros.

Los resultados de los análisis revelan que todas estas bacterias tienen genes de la resistencia a varios antibióticos como la cefalosporina, los carbapenemas y las fluoroquinolonas.

“Se trata de antibióticos que se utilizan frecuentemente en los hospitales. Los carbapenemas son los más preocupantes, ya que son antibióticos de última elección para el tratamiento de infecciones hospitalarias graves”, ha señalado Lourdes Migura, investigadora del IRTA-CReSA experta en resistencias antimicrobianas.

Además, Migura ha apuntado que también se han detectado bacterias resistentes a algunos antibióticos que se utilizan comúnmente en las granjas de producción, como las tetraciclinas, las sulfonamidas y los aminoglucósidos”,

“Esto puede tener consecuencias en la salud pública, ya que estos animales pueden distribuir las bacterias resistentes al medio ambiente y también pueden ser una fuente de infección para las personas que estén en contacto directo con ellos”, ha indicado Laila Darwich, investigadora del IRTA-CReSA y profesora de Enfermedades Infecciosas del Departamento de Sanidad y Anatomía Animal de la UAB.

Y es que, según ha apuntado Darwich, detectar estas bacterias en animales silvestres demuestra la que la actividad humana contamina el medio ambiente a escala microbiana a través de las aguas residuales provenientes de ciudades, hospitales y de la actividad ganadera. “Hecho que se acentúa en animales como por ejemplo los erizos, ya que conviven en zonas rurales y urbanas con aguas residuales y purines de granja”, ha señalado la investigadora.

LAS AVES TAMBIÉN PRESENTAN BACTERIAS RESISTENTES

Asimismo, el estudio revela que las aves salvajes como los halcones, los búhos y pájaros más pequeños típicos de bosque también tienen bacterias como E. coli, K. pneumoniae, Proteus spp. y Providencia spp. con resistencia a las cefalosporinas.

“En este caso es fundamental tener en cuenta el papel de cada especie en los ecosistemas para entender el problema. Las aves rapaces, como los halcones y los búhos, ocupan los puestos más altos de la red trófica y, por tanto, es más fácil que acumulen bacterias resistentes procedentes de sus presas, que normalmente son pequeños mamíferos, pequeños pájaros, reptiles o incluso algún animal de granja”, ha explicado Rafa Molina, veterinario del Centro de Fauna de Torreferrussa.

Ante estos resultados, los científicos alertan que hay que realizar más estudios e implementar medidas urgentes de control para mitigar el impacto de la actividad humana en la fauna silvestre.

“Es necesario actuar desde diferentes ámbitos, tal como remarca el concepto de una sola salud o ‘One Health’, en el que la medicina humana, la veterinaria y expertos del medio ambiente deben unirse para solucionar problemas de salud globales como este”, han concluido los autores del estudio.