Responsables del Ministerio de Agricultura y de las consejerías de Agricultura de Castilla-La Mancha y Andalucía han compartido las medidas y adaptaciones que tuvieron que llevar a cabo para controlar la enfermedad el pasado año
Los responsables de erradicar la viruela ovina y caprina en España comparten las lecciones aprendidas
Responsables del Ministerio de Agricultura y de las consejerías de Agricultura de Castilla-La Mancha y Andalucía han compartido las medidas y adaptaciones que tuvieron que llevar a cabo para controlar la enfermedad el pasado año
Francisco Ramón López - 03-09-2024 - 17:00 H - min.
La viruela ovina caprina se considera una enfermedad transfronteriza capaz de cruzar las fronteras nacionales y afectar epidémicamente a países previamente libres. En los últimos años, la enfermedad ha hecho incursiones epidémicas en el sur de Europa, afectando a Grecia y Bulgaria dentro de la Unión Europea.
En España, libre de la enfermedad desde 1968, se detectó una reintroducción en septiembre de 2022, en un brote en el que se vieron afectadas explotaciones de ovino y caprino de la Comunidad Autónoma de Andalucía y Castilla-La Mancha.
En total, se confirmaron 30 brotes desde septiembre de 2022 hasta mayo de 2023, cuando se confirmó el último brote en Castilla-La Mancha, lo que supuso el sacrificio de un total de 51.778 ovejas y 767 cabras en el marco de la política de sacrificio sanitario aplicada para el control de la enfermedad.
Con la enfermedad ya controlada, lo que le supuso a Castilla-La Mancha un premio Animal’s Health, un grupo de expertos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y de las consejerías de Agricultura de Andalucía y Castilla-La Mancha han publicado un artículo en el que hacen un repaso del brote y las medidas tomadas para hacer frente a los retos que se le presentaron.
Algunos de los retos que mencionan son una presentación clínica inesperada, la estrategia de muestreo en zonas restringidas, las campañas de concienciación entre agricultores y veterinarios, la bioseguridad, el control del movimiento de animales y la delimitación de las áreas restringidas.
Entre las acciones que se tomaron para hacer frente a algunos de estos retos mencionan, en primer lugar, la adopción, a través de campañas de concienciación, de una vigilancia pasiva ante la presentación de la enfermedad a nivel de rebaño que era poco clara y difícil de detectar precozmente. Para ello, se instó a los ganaderos y veterinarios a realizar un seguimiento estrecho y regular de los animales para detectar cualquier signo de la enfermedad lo antes posible.
En segundo lugar, se adaptó la vigilancia activa en áreas restringidas a la evolución de la situación de la enfermedad, evaluando el coste y los beneficios de las estrategias implementadas y tratando de asegurar el uso más eficiente de los recursos disponibles para el control, en particular la capacidad diagnóstica del Laboratorio Central de Veterinaria de Algete.
Otra medida que destacan fue la de aumentar el nivel de concienciación en bioseguridad, que en muchas explotaciones ovinas, no era muy alto, con ingreso de vehículos externos a las explotaciones o manejo de los animales sin tomar las medidas adecuadas, que eran precisamente dos de las vías de transmisión más probables.
En cuarto lugar, destacan la estrecha colaboración y coordinación entre los Servicios Veterinarios Oficiales y las fuerzas de seguridad locales, fundamentalmente el Seprona y la Guardia Civil, que fue clave para controlar a determinados operadores, especialmente en Castilla-La Mancha, que realizaban actividades ilegales y que estaban causando problemas para el control final del brote.
Por último, mencionan lo complicada que fue la adaptación de las zonas restringidas aplicadas a la situación de la enfermedad a lo largo del brote,que se fueron ampliando en tamaño y duración para intentar poner bajo control la situación ante el empeoramiento de la misma, especialmente en Castilla-La Mancha, donde la situación se prolongó más.
“Mediante la aplicación de las diferentes medidas/acciones correctoras descritas a lo largo de este texto, pudimos conseguir finalmente el control completo y la erradicación de la enfermedad en España”, afirman.
En conclusión, apuntan que la experiencia española en la gestión de este brote ha permitido detectar aspectos que estaban minando la eficacia de las medidas de control implantadas, lo que ha permitido identificar e implementar medidas correctoras para conseguir un control efectivo de la enfermedad en el menor tiempo posible.
“Los problemas identificados y las medidas correctoras puestas en marcha para abordarlos constituyen valiosas lecciones aprendidas para el control efectivo y más eficiente de futuros brotes”, concluyen.