El Sindicato Labrego Galego denuncia que las granjas se ven obligadas a financiar veterinarios privados, lo que aumenta los costes, y que continúan las reacciones adversas a la vacuna
Denuncian que continúan los problemas con la vacunación contra la lengua azul en Galicia
El Sindicato Labrego Galego denuncia que las granjas se ven obligadas a financiar veterinarios privados, lo que aumenta los costes, y que continúan las reacciones adversas a la vacuna
Redacción - 22-08-2023 - 09:18 H - min.
Los problemas con la campaña de vacunación contra la lengua azul persisten, tanto en Galicia como en el resto de España, según ha denunciado el Sindicato Labrego Galego en un comunicado.
“Sin embargo, como seña de identidad de la actual Consejería de Medio Rural, esta administración está optando por tirar balones fuera, de tal forma que son las explotaciones las que, a costa de incurrir en mayores gastos por tener que financiar la vacunación privada, y mayores costes por las pérdidas —derivadas de animales muertos o dañados tras la vacunación—, tienen que gestionar en el día a día cómo hacer frente a esta situación”, critican desde la organización.
Así lo han denunciado este grupo de ganaderos de Galicia ante la última respuesta del director general de Industrias Ganaderas, Agrícolas y Alimentarias, Silvestre José Balseiros Guinarte.
Y es que critican que, “pese a conocer perfectamente la realidad”, Balseiros insiste en que la vacuna es gratuita, ignorando la queja de varias regiones en las que las granjas tienen que hacerse cargo de los costes de la vacunación, mientras que en otras son los veterinarios oficiales quienes cumplen con los requisitos sanitarios.
“Este agravio comparativo genera discriminaciones muy importantes, que no tienen otra explicación que la falta de personal, como corrobora el propio Balseiros en la respuesta dada al SLG-CCLL, lo que nos lleva una vez más a uno de los principales problemas de fondo: la nefasta planificación de esta campaña de vacunación”, afirman.
Por otro lado, afirman que, la alusión que hace el director general a la indemnización de daños y perjuicios “sólo puede ubicarse en un ejercicio de recorte de la DX de Agricultura, porque el plazo limitado para las mismas, 48 horas después de la inoculación, imposibilita evidentemente su identificación y recogida rigurosa de sus efectos secundarios, ya que se están viendo incidencias más allá de las tres semanas, con muertes embrionarias, reabsorciones embrionarias o intolerancias a la penicilina”.
Además, consideran que las ganaderías están preocupadas porque esta nueva versión de la vacuna, modificada tras los efectos secundarios reportados anteriormente, se está probando precisamente en Galicia, donde hay una mayor cabaña bovina, sin que se les dé tiempo a seguir sus resultados ni establecer comparaciones con los de otros territorios.
“Ante la aparente falta de voluntad de solución en la respuesta dada por el CMR, desde el Sindicato de Agricultores de Galicia nos pusimos en contacto también con el Ministerio de Agricultura —que argumentó que no tenía competencia— y nos dirigimos de nuevo al Jefe del Servicio de Rumiantes, correspondiente Subdirección General de Ganadería de la Consejería de Medio Rural, para reiterar la solicitud de una reunión urgente en la que podamos discutir la sanidad de la lengua azul y las medidas de control y erradicación para esta enfermedad, con el fin de precisar cuál es el problema y afrontar una posible solución a las explotaciones afectadas”, señalan.
El sindicato remarca que, para que una acción tan sensible como una campaña de vacunación tenga un correcto desarrollo hay que planificarla con rigor. “Y para dirigir una administración hay que estar del lado del pueblo, y no ignorar las advertencias que está dando el sector. Pero esta Consejería está demostrando que no le interesan los agricultores, ni mucho menos las vacas, ni abordar el problema, sino más bien la impresión de que están por la idea de prolongar este infierno burocrático en el que nos han metido a los ganaderos y ganaderos sin comerlo ni beberlo”, concluyen.