La delegación de Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos en Castilla y León señala que el protocolo impuesto por la Junta hace que sea “imposible” cumplir el Programa Nacional de Erradicación de la Tuberculosis Bovina
Cuestionan el protocolo de erradicación de la tuberculosis bovina
La delegación de Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos en Castilla y León señala que el protocolo impuesto por la Junta hace que sea “imposible” cumplir el Programa Nacional de Erradicación de la Tuberculosis Bovina
Javier López Villajos - 07-05-2019 - 14:00 H - min.
Los miembros de Unión de Uniones de Campesinos de Castilla y León (UCCL) consideran que es “imposible” cumplir el “protocolo de flexibilización de movimientos”, anunciado por la Junta e integrado dentro del Programa Nacional de Erradicación de Tuberculosis Bovina de 2019.
Este protocolo se puede aplicar en aquellas provincias donde la prevalencia de tuberculosis bovina es inferior al 1%. De esta forma, se permitiría a los ganaderos vender terneros de menos de 12 meses y que den negativo en la prueba de tuberculosis bovina a cebaderos calificados.
FALSOS POSITIVOS
Pese a ello, analizando dicho protocolo y tratando de llevarlo a la práctica por parte de algunos ganaderos, desde UCCL señalan que se ha comprobado como este protocolo, en la práctica, es "imposible de cumplir", dado que los requisitos que se exigen no permiten a las explotaciones que den positivo en la prueba de la enfermedad salirse del “guión establecido”.
Los miembros de UCCL detallan además que en el protocolo no se habla de explotaciones con posibles falsos positivos, sino de animales que generen sospechas durante la prueba de la enfermedad que se realiza en su piel, lo que para los miembros de de la agrupaciónes un resultado “a todas luces negativo”.
De esta manera, según apuntan, el protocolo no soluciona “en nada” el grave problema que suponen las restricciones de movimiento que se genera en las explotaciones, donde hay un gran número de falsos positivos, o dicho de otra manera, de animales que una vez marcados, dan negativo en el cultivo post mortem.
DESCONOCIMIENTO POR PARTE DE LOS VETERINARIOS
Por otro lado, desde UCCL señalan la “enorme descoordinación” que existe en el seno de la propia administración, dado que los responsables de algunas unidades veterinarias desconocían la existencia de este protocolo.
Y es que, según indican, otro aspecto que hace imposible el cumplimiento de este protocolo es la actitud de la administración en cuanto un ganadero se plantea acogerse al mismo, llamando directamente al cebadero afectado y advirtiéndole de los graves riesgos que llevaría implícitos el hecho de adquirir terneros de explotaciones acogidas a este protocolo, traspasando entonces el problema de la explotación de nodriza a la de cebo.
Es por ello que, en el hipotético caso de que algún ganadero cumpliera los requisitos exigidos por el protocolo, sería el propio cebadero quien no querría comprarle los animales, viéndose obligado a malvenderlos en uno de los llamados “cebaderos sucios”.
Por todo ello, UCCL exige una solución real y eficaz a las injustas restricciones de movimientos que se imponen a los ganaderos una vez que sus animales son marcados, cuyo único destino posterior es el matadero.
Por todo esto, proponen como solución alternativa una prueba de saneamiento previa que se realice únicamente a los animales que vayan a ser vendidos, de forma que los ganaderos puedan regularizar sus ingresos y organizar adecuadamente el manejo de su ganado.