Las elevadas cifras de abandono, la masificación de centros y refugios y la incorrecta gestión de colonias felinas representan un claro ejemplo para los veterinarios
Los veterinarios subrayan las carencias de protección animal que sigue teniendo España
Las elevadas cifras de abandono, la masificación de centros y refugios y la incorrecta gestión de colonias felinas representan un claro ejemplo para los veterinarios
Redacción - 18-11-2024 - 09:01 H - min.
Los veterinarios especialistas en protección animal que intervinieron este sábado 16 de noviembre en el III Congreso Internacional de Sanidad y Bienestar Animal reiteraron las carencias que existen en España dentro de este ámbito, como el abandono que produce una altísima ocupación de centros y refugios, la notable cifra de perros sin opciones reales de adopción, la gestión de las colonias felinas con una perspectiva de perpetuación en el tiempo y la clasificación desfasada y arbitraria de los perros potencialmente peligrosos.
La primera ponencia corrió cargo de Álvaro Arévalo, veterinario y etólogo del Centro de Protección Animal de Ayuntamiento de Madrid, quien afirmo que la inclusión de ocho razas incluidas “potencialmente peligrosas” en la ley de 1999 se realizó con un “criterio poco objetivo, más bien arbitrario, porque cualquier perro de más de 20 kilos, por la configuración de su boca y su corpulencia, puede ser peligroso en caso de ataque. Por lo tanto, es una norma que estigmatiza ciertas razas y da una falsa seguridad a la población”
En su opinión, no existen perros agresivos, “sino individuos que responden de manera agresiva a determinadas pruebas u estímulos”. Esta tendencia se puede corregir mediante una socialización y manejo correctos, en situaciones cotidianas, y medir a partir de ahí el riesgo potencial del can como bajo, medio o alto, gracias a medios como las pruebas de conducta y test de sociabilidad.
Belén Muñoz López, veterinaria municipal de Benalmádena, describió las actuaciones de protección animal y salud pública que realiza a diario en esta localidad malagueña, con especial atención a la gestión de las colonias felinas, en las que se trabaja desde hace siete años con buenos resultados.
No obstante, según explicó, "la ciudadanía debe entender que la gestión mediante el método CER de los gatos comunitarios tiene como objetivo reducir drásticamente su población para mejorar su protección. El abandono es el principal origen de los gatos de colonia y la gente debe saber que la calle no es un lugar seguro donde abandonar a su gato, aunque el ayuntamiento los proteja. Hay que insistir en esta idea, porque la contraria parte de un planteamiento incorrecto".
“Esa aceptación social de los gatos ferales y la falta de voluntad política para gestionar los colonias con el método CER en muchos municipios, evitando que crezcan de forma exponencial, perpetúan un problema que supone un serio riesgo de salud pública. Puede haber plagas de pulgas originadas por las colonias”, apuntó la veterinaria, quien también se refirió a la conveniencia de colaborar estrechamente con los médicos de atención primaria en estos casos y apostar por la prevención, “que es fundamental y siempre más eficiente”.
Por su parte, la veterinaria clínica Susana Melero, del Centro de Protección Animal de Leganés, expuso con crudeza la situación de masificación que registran estas instalaciones, “porque la lacra del abandono no desciende; hay muchos perros que se tiran años en su chenil porque, por sus características, no tienen posibilidades de adopción; y también va en aumento el número de gatos que llegan y debemos esterilizar”.
Este triste panorama genera una “fatiga emocional evidente en nuestra profesión y demuestra el fracaso de las políticas de lucha contra el abandono”, señaló Melero, que defendió la importancia de educar a la población en tenencia responsable. En la mesa redonda posterior, que moderó Manuel Lázaro, vocal del Colegio de Madrid, éste se mostró partidario de reforzar la identificación para frenar estas cifras de abandono “y multar como se hace en cuestiones de tráfico y seguridad vial, porque llega un momento en el que las campañas de sensibilización son insuficientes”.
La humanización de los animales de compañía, un asunto muy recurrente en la actualidad, fue el eje de la mesa redonda posterior, en la que intervino Jaume Fatjó, doctor en Veterinaria y especialista en medicina del comportamiento, quien precisó que esta tendencia a “atribuir condiciones humanas a los animales no resulta algo nuevo, tampoco es exclusivo de los de compañía, y surge como consecuencia de nuestro pensamiento antropomórfico”.
A su juicio, los pequeños animales son para la sociedad actual un tipo de “comodón, porque unas veces te protegen, tú les proteges y, en todo caso, proporcionan apoyo emocional. Como ya advierten algunos autores, podemos estar en el inicio de la tercera domesticación del perro, dentro de una ética de cuidar correctamente a los animales”.
También participaron Elena García Callado, veterinaria de VetBonds, que puso especial énfasis en fomentar la formación en tenencia responsable y recordó que el “entorno urbano es poco amable para los animales”, y la educadora social Miriam Pérez Montero, quien se refirió a la creciente soledad de las personas en las sociedades modernas, “lo que obliga a establecer vínculos con los animales y nuevas habilidades”.
Antes de la clausura, se emitió un mensaje de agradecimiento de Karmele Llano, Premio OCV 2024 por su admirable trabajo defensa de la biodiversidad en Borneo y otras islas de Indonesia, y del modelo One Health, a través de la ONG Yasan Inisiasi Alam Rehabilitasi Indonesia, que no pudo recoger el galardón in situ. En su lugar, lo hizo Rufino Álamo, presidente del Colegio de Veterinarios de Valladolid.
En el acto de clausura tomaron la palabra Luis Alberto Calvo, presidente de la OCV; Felipe Vilas, presidente del Colvema, y Consuelo Serres, decana de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense, quien subrayó el éxito de esta tercera edición, “una cita muy necesaria, como se ha podido comprobar por el interés de las preguntas formuladas y el nivel de los trabajos expuestos”.
Las conclusiones fueron leídas por José Ramón Caballero, presidente del comité científico. Entre ellas se señaló que el avance de la especialización veterinaria es fundamental para asegurar el Bienestar y la Sanidad Animal y debe ser liderado por la Organización Colegial Veterinaria Española para dar cabida a todos los sectores que integran la profesión.
La aplicación de las Mejores Técnicas Disponibles (MTD) para la reducción del impacto ambiental y la lucha contra las antibiorresistencias provocadas por el sector ganadero deben ser maximizadas y en su financiación se involucrarán tanto el sector Público como el Privado.
Por otro lado, apuse apuntó que es patente la cada vez mayor concienciación social sobre el bienestar de los animales de granja. Este aspecto podría mejorar su rentabilidad a pesar de que las medidas a implementar supongan un aumento de los costes de producción.
Asimismo, se señaló que el control y prevención de las enfermedades emergentes y/o persistentes es una labor del profesional de la veterinaria, aunque para ello necesite mejorar su formación e información científico-técnica y la colaboración material y económica de las autoridades competentes.
La profesionalización de los ganaderos implicará la necesidad de aplicación de nuevas tecnologías y un mayor control de las producciones, por lo que se hará imprescindible la intervención del veterinario de explotación como garante de la Sanidad y Bienestar de los animales.
Por otro lado, indicaron que la creación de un reglamento europeo relativo al bienestar y trazabilidad de los animales de compañía puede ser una excelente herramienta para luchar contra el abandono y el maltrato. Sin embargo, para su aplicación sería necesario realizar una profunda labor de educación y formación entre todos los sectores implicados.
La Ley 7/2023 de Protección de los Derechos y Bienestar de los animales surge como la necesidad de dar una respuesta a la demanda actual de la Sociedad. Sin embargo, su compleja aplicación y la ausencia de reglamentación está causando inseguridad y dudas entre todos los sectores implicados y especialmente en el desarrollo laboral de los profesionales de la veterinaria.
“En la actualidad existe una percepción social “distorsionada” sobre la relación hombre-animal, por este motivo se necesita profundizar en un mayor conocimiento científico que permita diseñar estrategias que reduzcan el impacto que estos comportamientos pueden tener sobre la Salud Pública”, concluyeron.
Asimismo, los reconocimientos a las mejores comunicaciones recayeron ‘Vimentina como posible biomarcador en saliva porcina para diferenciar diferentes condiciones de estrés en matadero’ de Damián Escribano; Fernando Tecles; Lorena Franco-Martínez; José J. Cerón; y María Botía, que se llevó el primer premio.
El segundo premio fue para ‘Nueva herramienta de muestreo para la detección temprana y segura de patógenos en entornos animales y su ambiente’ de Kosowska A.; Barasona J.A.; Barroso-Arévalo S.; Díaz-Frutos M.; Domínguez L.; Sánchez-Vizcaíno J.M.