Un nuevo estudio ha comparado las percepciones de los propietarios y los profesionales veterinarios sobre la atención sanitaria de los perros a medida que envejecen
Los veterinarios y propietarios no se ponen de acuerdo sobre las necesidades de atención sanitaria de los perros más mayores
Un nuevo estudio ha comparado las percepciones de los propietarios y los profesionales veterinarios sobre la atención sanitaria de los perros a medida que envejecen
Jorge Jiménez - 04-04-2024 - 09:18 H - min.
Las percepciones de los titulares de perros y de los profesionales veterinarios pueden influir en la atención sanitaria preventiva y el tratamiento proporcionado a los perros, especialmente en la etapa de tercera edad, cuando las enfermedades crónicas se vuelven más comunes.
En este sentido, un nuevo estudio ha comparado las percepciones sobre la atención sanitaria de los perros a medida que envejecen de los propietarios de perros y los profesionales veterinarios.
Los datos de dos encuestas en línea (633 propietarios y 305 profesionales veterinarios) examinaron la necesidad percibida de visitas veterinarias y vacunas. Además, se calificaron 48 signos clínicos según la prevalencia percibida (si los perros de los propietarios los habían experimentado) y la urgencia con la que se debía buscar asesoramiento veterinario.
A este respecto, los propietarios creían con mayor frecuencia que un perro mayor “sano” (>7 años) debería ir al veterinario una vez al año (47% propietarios vs. 25% profesionales veterinarios), a diferencia de los profesionales veterinarios, que defendían que deberían acudir cada 6 meses (39 vs. 73%).
Asimismo, una minoría (14%) de los propietarios solo llevaría al perro “si se enfermara”, pero sólo el 2% de los profesionales veterinarios lo aconsejaron, y el 16% de los propietarios de perros de todas las edades no habían tenido ningún contacto con su clínica veterinaria en el último año.
Casi todos los profesionales veterinarios (92%) creían que los perros mayores o geriátricos deberían recibir vacunas anuales. Sin embargo, el 28% de los perros de todas las edades no fueron vacunados el año anterior y, de ellos, el 33% de los propietarios no creía que los perros mayores necesitaran vacunas.
Sólo el 10% de los perros considerados “viejos” por sus titulares habían asistido a una clínica de bienestar para mayores o a un examen, a pesar de que el 14% de los centros los ofrecían.
Los investigadores destacan en el estudio también que los tres signos clínicos más comunes reportados por los propietarios fueron disminución del ritmo al caminar (57%), sarro dental (53%) y rigidez al levantarse (50%).
Por otro lado, los propietarios percibieron que la urgencia de buscar atención veterinaria era menor si habían experimentado el signo clínico antes. “En el estudio actual, los propietarios de perros y los profesionales veterinarios divergieron en sus opiniones sobre la necesidad de atención veterinaria, lo que sugiere nuevas iniciativas educativas y se requiere una comunicación más efectiva”, concluyen los investigadores.