Un nuevo estudio ha evaluado las similitudes genéticas entre 23 aislamientos ambientales y animales mediante el uso de la secuenciación del genoma para determinar la resistencia a los antimicrobianos y los genes del factor de virulencia
Veterinarios españoles encuentran resistencia a los antibióticos en un patógeno emergente que amenaza a la salud pública
Un nuevo estudio ha evaluado las similitudes genéticas entre 23 aislamientos ambientales y animales mediante el uso de la secuenciación del genoma para determinar la resistencia a los antimicrobianos y los genes del factor de virulencia
Redacción - 21-10-2024 - 09:29 H - min.
Clostridioides difficile ha sido reconocido como un patógeno emergente tanto en humanos como en animales. En este contexto, la resistencia a los antimicrobianos desempeña un papel importante en la propagación de esta enfermedad, que a menudo conduce al fracaso terapéutico.
Además, los recientes aumentos en las infecciones por C. difficile adquiridas en la comunidad han llevado a un mayor número de investigaciones sobre el origen animal de la enfermedad.
Un nuevo estudio ha tratado de evaluar las similitudes genéticas entre 23 aislamientos ambientales y animales mediante el uso de la secuenciación del genoma completo y determinar la resistencia a los antimicrobianos y los genes del factor de virulencia en cepas toxigénicas de C. difficile para proporcionar datos importantes para el desarrollo de métodos de diagnóstico o pautas de tratamiento.
El estudio ha sido desarrollado por investigadores del Departamento de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid; la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid; y del Centro de Vigilancia Sanitaria Veterinaria (Visavet) de la UCM.
Entre los principales resultados, los investigadores destacan que el tipo de secuencia más común fue ST11 (87%), seguido de ST2 (9%) y ST19 (4%). Además, el 86,95% de las cepas exhibieron resistencia a múltiples fármacos, con resistencia antimicrobiana principalmente a aminoglucósidos, fluoroquinolonas, tetraciclinas y b-lactáminas; sin embargo, una cepa también portaba otros genes de resistencia que conferían resistencia a lincosamida, macrólidos, estreptogramina a, estreptogramina b, pleuromutilina, oxazolidinona y anfenicol.
Además, se encontró una amplia gama de genes de factores de virulencia, como los que codifican factores de adherencia, exoenzimas y toxinas. Sin embargo, se observaron variaciones entre toxinotipos, ribotipos y tipos de secuencia.
“Los resultados de este estudio demostraron una similitud genética significativa entre las cepas ST11 aisladas de muestreos ambientales y de origen animal; estas cepas pueden representar un reservorio para la infección por C. difficile adquirida en la comunidad, que se está convirtiendo en una creciente amenaza para la salud pública debido al desarrollo de bacterias resistentes a múltiples fármacos (MDR) y al número de factores de virulencia detectados”, concluyen los investigadores.