La paciente sufría de espondilosis deformante, una enfermedad degenerativa que requirió de una delicada operación en la columna vertebral y un proceso de recuperación que duró seis meses
Veterinarios devuelven la movilidad a un perro tras una operación
La paciente sufría de espondilosis deformante, una enfermedad degenerativa que requirió de una delicada operación en la columna vertebral y un proceso de recuperación que duró seis meses
Francisco Ramón López - 14-03-2019 - 12:50 H - min.
Un equipo de veterinarios de la Universidad Estatal de Carolina del Norte (NCSU) ha conseguido que Cora, una perra cruce de labrador, volviera a caminar tras someterla a una compleja operación en su médula espinal.
Los problemas empezaron cuando los Knight, un matrimonio de la localidad estadounidense de Blounts Creek, encontraron a Cora tumbada en el suelo, incapaz de mantenerse en pie. Los dueños ya llevaban año y medio sospechando que algo grave ocurría en las patas traseras de su mascota.
Y es que la labrador contaba con apenas seis meses de vida cuando los Knight la encontraron herida a un lado de la carretera; había sido atropellada. Una operación de emergencia salvó su vida, pero las heridas le causaron daños permanentes en la columna. Además, Cora había nacido sin uretra, lo que le complicaba llevar a cabo sus funciones corporales básicas.
A pesar de que era incapaz de ponerse en pie o andar, la perra aún podía mover la cola; una buena noticia, pues significaba que no todo su cuerpo estaba paralizado de cintura para abajo. Aún había esperanzas de recuperar su movilidad, aunque su veterinario aconsejó que la llevaran al Hospital Estatal de Carolina del Norte.
Tras un concienzudo examen, los profesionales de la NCSU concluyeron que Cora padecía espondilosis deformante, una enfermedad degenerativa y muy dolorosa que se produce cuando los discos entre las vértebras se degeneran, formando espolones óseos que dañan las articulaciones intervertebrales.
También diagnosticaron que sufría de osteoartritis en varias articulaciones. Finalmente dedujeron que las razón por la que Cora no podía caminar se debía a que la degeneración vertebral había provocado una compresión en la médula espinal, impidiéndole poderse mantener erguida.
"En el caso de Cora, lo que ocurrió es que se generó un episodio agudo de un problema ya existente que venía ocurriendo desde hace mucho tiempo", explica el profesor de neurología de la NSCU Peter Early. “Con el tiempo, la compresión y la inflamación de la médula espinal empezó a ir acompañada de una pérdida de células de la médula espinal, por lo que la pérdida de movilidad era solo cuestión de tiempo”, añade.
UN DURO POSTOPERATORIO
La cirugía espinal siempre es un proceso delicado. De hecho, Early compara este tipo de intervenciones, en las que se busca aliviar la compresión de la médula espinal retirando tejido degenerado de la médula espinal, con la acción de "retirar la fina membrana de la parte externa de un huevo duro".
Aunque finalmente la cirugía fue un éxito y no hubo complicaciones, Cora seguía sin poder mantenerse en pie ni contener sus deposiciones incluso meses después de la operación y necesitaba de la ayuda de una silla de ruedas para perros para poder moverse.
“Durante seis meses no pudo andar, ni siquiera lo intentaba”, explica David Knight, que recuerda su preocupación, ya que los veterinarios le explicaron que cada día que pasaba las posibilidades de que volviera a caminar se reducían.
Pero todo cambió una noche. “Llegamos a casa y ahí estaba: en pie en medio del garaje”, relata David, que explica que, aunque el paso era inestable, cada vez que Cora caía volvía a levantarse. “Con el paso del tiempo fue cogiendo más y más fuerza y ahora está casi completamente recuperada”, celebra.