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Veterinarios de Ceuta lograron detener a tiempo otro posible caso de rabia

El día 3 de enero, los veterinarios de Ceuta lograron detectar e intervenir con éxito el caso de un gato importado supuestamente de manera ilegal desde Marruecos, donde la rabia es una enfermedad endémica

Fachada del Palacio de la Asamblea de Ceuta, sede del Gobierno de la ciudad autónoma.
Fachada del Palacio de la Asamblea de Ceuta, sede del Gobierno de la ciudad autónoma.

Veterinarios de Ceuta lograron detener a tiempo otro posible caso de rabia

El día 3 de enero, los veterinarios de Ceuta lograron detectar e intervenir con éxito el caso de un gato importado supuestamente de manera ilegal desde Marruecos, donde la rabia es una enfermedad endémica

Jorge Jiménez - 03-02-2020 - 16:02 H - min.

El pasado viernes 3 de enero —tan solo 4 días después de que Ceuta decretara el fin de las medidas cautelares contra la rabia— volvieron a dispararse todas las alarmas en la ciudad autónoma, tras conocerse que una persona había introducido un gato en la ciudad de forma presuntamente ilegal desde Marruecos, país donde la rabia es endémica.

Ese día, alrededor de las 15 horas, Begoña Rodero, veterinaria de la Consejería de Sanidad de Ceuta, explica a Animal’s Health, que recibió una información que alertaba de que una persona podría haber introducido de manera fraudulenta, sin control sanitario, un gato en la ciudad autónoma.

Según ha podido saber este medio por fuentes del sector, la persona que supuestamente habría introducido el gato en Ceuta es una veterinaria procedente de Galicia, comunidad autónoma donde la vacunación antirrábica no es obligatoria.

“Tras investigarlo, mandé rápidamente un correo a todos los veterinarios colegiados de Ceuta para que, si hubieran detectado el caso de un animal que correspondiera con la información que yo había recibido, avisaran inmediatamente”, explica Rodero.

Y tan solo 5 minutos después de haber enviado el email, Rodero recibió una llamada de una clínica veterinaria de Ceuta que aseguraba tener en su posesión al animal en cuestión.

Respecto a la veterinaria que introdujo al animal, explica que localizarla “fue fácil”, ya que gracias a que su nombre aparecía en su perfil de Facebook, pudieron rastrearlo por los diferentes Colegios Veterinarios de España.

Desde la clínica veterinaria explicaron a la Consejería que la persona que llevó el gato a la clínica veterinaria dejó al animal ingresado con una ascitis abdominal y, aseguró, antes de marcharse de vuelta a territorio peninsular, que cubriría todos los gastos que el tratamiento del animal generase.

VARIAS VERSIONES

Si bien es cierto que la persona implicada, en un primer momento habría señalado que supuestamente introdujo al animal desde Marruecos, posteriormente —según apunta Rodero—, cambió su testimonio asegurando que el gato era procedente de Ceuta, desde donde lo llevó hasta Marruecos para, después, volverlo a introducir en la ciudad autónoma.

“En cualquier caso, a efectos de la normativa europea de transporte de animales, da lo mismo, es tan denunciable el introducir un animal procedente de Marruecos, sin ningún control sanitario en Ceuta, que introducirlo en Marruecos aunque proceda de Ceuta, si no pasa el correspondiente control”, precisa Rodero.

El gato, que carecía de identificación y de control sanitario, fue inmovilizado y puesto en cuarentena en el momento de su captura; y fue sacrificado el lunes 6 de enero —según establece el protocolo—, señalan desde la Consejería. Finalmente, tras analizar las muestras obtenidas del animal, este dio negativo a rabia.

INTRODUCCIONES ILEGALES DE ANIMALES

Rodero apunta que este caso “solo ha valido para que se acabe sacrificando a un animal más”; y recalca que las introducciones ilegales de animales en España lo único que provocan es “su muerte y su maltrato”.

En este sentido, Rodero señala que se debería escuchar más a los veterinarios, pero que, sin embargo, se prefiere “vender cuestiones políticas” sobre los animales.

Por otro lado, la veterinaria de la Consejería ha querido subrayar el peligro de que una vez introducido el gato en Ceuta, la veterinaria hubiera llevado el animal a cualquier otro lugar de España, como Galicia, Cataluña y País Vasco, donde la vacunación antirrábica no es obligatoria; y en Asturias solo para los perros denominados potencialmente peligrosos.

“En España todavía no nos hemos enterado de que el problema de la rabia es un problema de todo el país, no solo de Ceuta. La última persona que se ha muerto por rabia en España ha sido en el País Vasco”, apunta la veterinaria, señalando que en España no se es consciente de la importancia de vacunar e inmunizar a los animales contra la rabia, algo que tacha de “imprudente”.

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