El perro pudo expulsar 7 de los patos, pero uno se quedó atascado en el intestino y tuvo que ser extraído por los veterinarios mediante cirugía
Veterinarios consiguen salvar a un perro que se había tragado 8 patos de goma
El perro pudo expulsar 7 de los patos, pero uno se quedó atascado en el intestino y tuvo que ser extraído por los veterinarios mediante cirugía
Redacción - 12-09-2023 - 10:21 H - min.
Un centro veterinario de Reino Unido ha compartido un llamativo caso clínico que se pudo resolver con éxito en el que un perro labrador, de nombre Benji, tuvo que ser intervenido tras tragarse 8 patitos de goma.
El perro, según explican los veterinarios que lo atendieron, cogió los patos de goma de una bolsa cuando nadie le vio y los ingirió. Y es que el animal presentaba desde tiempo atrás cierta obsesión con la comida.
El animal fue capaz de expulsar 7 de los 8 patos de su estómago, pero el octavo se quedó atascado y la única manera de extraerlo fue mediante una operación de emergencia, un procedimiento complicado que se hizo aún más difícil debido a una cirugía similar a la que se sometió Benji 18 meses antes, después de tragarse una de las partes de un juguete para perros.
Afortunadamente para el animal y sus propietarios la intervención fue un éxito y, después de dos días de recuperación, pudo regresar a casa con su propietaria. “Que un perro se coma 8 patitos de goma puede sonar bastante cómico, pero nada más lejos de la realidad”, asegura la propietaria del animal.
“En realidad fue muy grave y estuve muy preocupada de que Benji no saliera adelante, especialmente teniendo en cuenta la cirugía que había tenido antes. Gracias al equipo de veterinarios que le atendió, lo consiguió y después de pasar un día en casa volvió a hacer vida normal”, explica la titular del perro.
Sobre cómo pudo el animal acceder a los patos de goma, detalla que, en ese momento, un amigo suyo, profesor de natación, vivía con ellos en la misma casa y tenía una bolsa de patitos de goma que utilizaba para animar a los niños a entrar en la piscina. A esta bolsa fue a la que accedió el perro cuando nadie le veía.
“La primera vez que me di cuenta de que algo andaba mal fue cuando llevamos a Benji a su paseo nocturno”, apunta y explica que el perro comía mucha hierba y acabó expulsando uno de los patos; posteriormente en casa expulsó otros 4.
Al día siguiente el animal expulsó otros 2 patos de goma, pero según relata la propietaria, el animal comía con normalidad y hacía sus necesidades sin complicación aparente. No obstante, el animal empeoró repentinamente y la titular del animal se vio obligada a llamar al veterinario de urgencia.
Tras ver el caso, los veterinarios decidieron intervenir con rapidez, extrayendo el pato de la sección media del intestino del perro. En este sentido, los veterinarios señalan que la vida del animal estaba en verdadero peligro si no se sometía a una cirugía, ya que corría el riesgo de de que el pato le perforara el intestino.
Este hecho podría haber conducido a un fallo multiorgánico causado por la sepsis por la liberación del contenido de su intestino al abdomen. El animal pasó casi una hora en el quirófano, lo que demuestra la gravedad de la situación.
La veterinaria que atendió al animal asegura que a lo largo de sus 10 años de carrera se había encontrado con muchos inusuales de cuerpos extraños, pero nunca antes había tenido que extraer un pato de goma del intestino de un perro.
Los cuerpos extraños pueden ser bastante comunes en las clínicas veterinarias y los profesionales deben estar preparados para afrontar casos como el de Benji que, de no resolverse con prontitud pueden acabar siendo fatales para los animales.
En este sentido, los veterinarios que le atendieron pudieron ver gracias a la radiografía y el uso adecuado de las técnicas radiológicas, cuál era el problema que presentaba el perro, encontrando el pato de goma alojado en el intestino del animal.
Y es que, tal y como señaló Isabel García Real, profesora de Radiología y Diagnóstico por Imagen de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, las técnicas de diagnóstico por imagen como la radiografía son “imprescindibles” en la clínica veterinaria actual para ofrecer diagnósticos precisos.
Así, García Real, que también es directora del Curso online de Interpretación Radiológica en pequeños animales (CIR) del Colegio de Veterinarios de Madrid (Colvema), recomienda que los veterinarios se formen en esta especialidad y amplíen aún más los conocimientos adquiridos durante la carrera.
Para ello, existen cursos y formaciones, como el propio CIR, cuya nueva edición arranca próximamente, el 9 de octubre, y tiene el objetivo de mejorar la formación de los profesionales veterinarios que utilizan la radiografía (convencional o digital) como herramienta diagnóstica en la práctica clínica.