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PROFESIONALES

La terapia experimental española con células madre que salva a los perros

Un grupo de veterinarios de la Universidad de Extremadura lleva más de 5 años investigando una pionera terapia con células madre para tratar la enfermedad inflamatoria intestinal del perro, con la que han curado a numerosos animales

Eva María Pérez Merino (con pijama verde) y Jesús María Usón (tercero por la derecha) junto al resto del equipo.
Eva María Pérez Merino (con pijama verde) y Jesús María Usón (tercero por la derecha) junto al resto del equipo.

La terapia experimental española con células madre que salva a los perros

Un grupo de veterinarios de la Universidad de Extremadura lleva más de 5 años investigando una pionera terapia con células madre para tratar la enfermedad inflamatoria intestinal del perro, con la que han curado a numerosos animales

Francisco Ramón López - 16-02-2021 - 17:19 H - min.

La pandemia del coronavirus ha puesto de manifiesto lo importante que es apostar por la investigación para hacer frente a retos sanitarios y ha colocado a los investigadores como referentes del camino que debería tomar el país para mejorar y prosperar.

En este punto hay que recordar que los veterinarios son también investigadores de primer nivel, y en España hay actualmente en marcha prometedores proyectos que pueden terminar salvando la vida de animales e incluso de personas.

Un ejemplo es el del grupo de investigación de la Universidad de Extremadura dirigido por la investigadora veterinaria Eva María Pérez Merino, que trabaja con células madre para combatir la enfermedad inflamatoria intestinal (IBD) del perro, una afección autoinmune que supone un reto para la clínica veterinaria, pues en ocasiones se resiste a cualquier tipo de tratamiento.

En declaraciones para Animal’s Health, Jesús María Usón, cirujano e investigador veterinario y miembro del equipo de Pérez Merino, celebra el hito que supone esta investigación, aún en marcha. “Por una vez en la vida, los españoles fuimos pioneros en hacer este tipo de líneas de investigación”, asegura.

Y es que, recuerda que fue en 2014 cuando comenzaron a trabajar por primera vez con tratamientos con células madre vía intravenosa en perros de manera experimental, pues hasta el momento se habían probado en humanos, para tratar la enfermedad de Crohn, pero en animales solo se había testado en ratones de laboratorio.

Pérez Merino coincide con Usón, y señala que la aplicación intravenosa de este tratamiento fue una auténtica novedad en el momento, ya que sí que se habían hecho ensayos en animales con células madre, pero de aplicación vía local, y principalmente para tratar dolencias como la artrosis. Por tanto, se puede afirmar que ellos fueron los primeros en el mundo en aplicar las células madre a una enfermedad sistémica autoinmune de los perros como es la IBD.

Otra novedad es que este tratamiento se basa en células madre alógenas, es decir, distintas a las del paciente, pues el hecho de que la enfermedad sea autoinmune requiere que las células tengan que proceder de un paciente sano.

La primera fase del estudio fue todo un éxito, y Usón asegura que no hubo rechazo o efectos secundarios y, lo más importante: transcurridas dos o tres semanas la enfermedad remitía “de forma espectacular” en algunos pacientes, en otros no tanto, pero el veterinario afirma que en general siempre había mejoría.

UN TRATAMIENTO QUE “HA SOLUCIONADO LA VIDA” DE PERROS Y PROPIETARIOS

Ahora, explica Pérez Merino, se encuentran en la fase dos, para la que han contado con fondos europeos, y en la que tienen que dar con la dosis adecuada, pero sobre todo aumentar el número de perros que reciben el tratamiento para obtener más detalles de su idoneidad.

De momento, han conseguido tratar a unos 40 perros, y la investigadora se muestra satisfecha de que en muchos casos “han solucionado la vida”  de pacientes y propietarios. “Los propietarios son la mejor parte que nos hemos encontrado”, y es que explica que ayudarles es muy satisfactorio, porque cuando llegan están totalmente desesperados, y el estado físico en el que se encuentran sus animales es terrible. A esto se suma que a los perros que llegan no les queda otra opción, pues todos los tratamientos anteriores han fallado.

Esta es una de las razones para seguir adelante con el proyecto, aunque apunta que el proceso es muy lento, porque están tratando de producir un medicamento celular homogéneo, y eso no es nada fácil. De hecho, no es nada común su uso en humanos, aunque apunta que hay un proyecto de investigación español con inyecciones locales que está muy avanzado.

Por todo esto, Pérez Merino, señala que necesitan tiempo, pues reunir muchos casos de IBD tampoco es sencillo ya que el diagnóstico es complejo y costoso, y corre a cargo de los propietarios. “Cuando están diagnosticados es cuando puedes pensar en el tratamiento, pero muchos se quedan por el camino”, lamenta.

Lo ideal, explica la investigadora, sería disponer de una gran cantidad de pacientes, y con una financiación adecuada, como ha ocurrido con las investigaciones de la vacuna del coronavirus. “Ellos tenían muchos pacientes y fondos para fabricar, nosotros tenemos los pacientes y el dinero con cuentagotas”, apunta.

ATENDIENDO A PERROS DE TODA ESPAÑA

En el Hospital Clínico Veterinario de la Universidad de Extremadura reciben a pacientes de toda España —el más lejano vino de un propietario italiano de las Islas Canarias—, y veterinarios colaboradores de todo el país les remiten los casos de IBD resistentes al tratamiento con los que se van encontrando.

El procedimiento que aplican a los perros que llegan al hospital es colocar una vía al animal para proceder a la infusión de las células mediante un gotero, un proceso que dura poco más de 20 minutos. En todo momento se monitoriza la actividad, aunque asegura que no han tenido ningún efecto secundario grave. Tras una hora de observación el perro vuelve a casa.

Con todos los datos con los que cuentan los investigadores se puede concluir que la terapia es prometedora, pero necesitan más casos para poder demostrar que la terapia es efectiva más allá de los buenos resultados con los pacientes que llevan hasta el momento. El problema es que el Covid-19 está retrasando el proceso.

En este momento, Pérez Merino considera que toca recopilar la ingente cantidad de información que han ido generando estos años y comenzar a darle forma para producir publicaciones. No obstante, recuerda que van a seguir administrando el tratamiento que ya está salvando vidas, la razón principal que impulsa este proyecto.

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