La WVA aboga por la vacunación y repelentes contra la leishmaniosis

La Asociación Mundial Veterinaria (WVA, por sus siglas en inglés) ha sacado a consulta el borrador de posicionamiento sobre leishmaniosis. En él se señala que los veterinarios y los paraprofesionales de veterinaria tienen un papel clave en la mitigación y eliminación de los riesgos para la salud pública de la enfermedad. Los veterinarios interesados podrán enviar comentarios al borrador durante el mes de diciembre.

Asimismo, indican que los veterinarios, en particular los de regiones endémicas, “deben promover el uso de vacunas animales para controlar y prevenir la leishmaniosis y educar a los clientes sobre la importancia de la aplicación regular de insecticidas tópicos para prevenir la transmisión por vectores”.

“Todo el personal de salud pública debe abogar por la implementación de programas de prevención de la leishmaniasis centrados en interrumpir la transmisión de enfermedades y prevenir infecciones en hospedadores reservorios”, subrayan.

En este sentido, en países endemicos como España, los veterinarios disponen en la actualidad de vacunas eficaces para combatir la leishmaniosis como LetiFend de LETIPharma, que reduce la carga parasitaria evitando la sintomatología clínica en los perros.

Además, la vacunación de los perros puede complementarse con productos repelentes que eviten la picadura del flebótomo vector de la leishmaniosis, En este caso, los veterinarios tienen una amplia gama donde elegir, teniendo así la posibilidad de utilizar collares de amplia duración como Scalibor de MSD Animal Health que ofrece hasta 12 meses de protección contra la picadura del flebótomo vector.

Ambas medidas de prevención también pueden ser complementadas con pipetas de amplio espectro como Vectra 3D de Ceva, que protege frente a pulgas, garrapatas, mosquitos, flebótomos y moscas.        

Respecto al tratamiento de perros enfermos de leishmaniosis, la compañía veterinaria Fatro ofrece su producto Antishmania.

LA LEISHMANIOSIS, PRESENTE EN PAÍSES DE 5 CONTINENTES

Por otro lado, a lo largo del borrador, la WVA destaca la leishmaniosis es una enfermedad tropical desatendida que se encuentra en aproximadamente 98 países de los 5 continentes.

La enfermedad está causada por los parásitos Leishmania, protozoos que se transmiten más comúnmente por la picadura de flebotomos infectados y tiene varias formas que van desde la leishmaniosis cutánea, que causa llagas en la piel, hasta la leishmaniosis visceral, que afecta los órganos internos y puede ser fatal si no se trata.

En los países endémicos, los perros se consideran el principal reservorio de Leishmania infantum (L. infantum) transmitida por el mosquito de la arena, principal agente de la leishmaniosis canina (CanL, por sus siglas en inglés).

El diagnóstico de CanL puede ser difícil, ya que hasta la mitad de los perros infectados son asintomáticos. Las pruebas de diagnóstico incluyen un hemograma completo, perfil bioquímico, análisis de orina y una o más pruebas específicas para confirmar la infección.

La citología de las impresiones cutáneas, el líquido articular teñido con Giemsa o los ganglios linfáticos pueden ser gratificantes, al igual que la histopatología de la piel u órganos infectados al identificar parásitos dentro de los macrófagos tisulares. La serología cuantitativa es útil, especialmente cuando existen signos clínicos compatibles. La detección de ADN específico del parásito mediante PCR permite un diagnóstico sensible y específico de la infección.

“Desafortunadamente, el tratamiento a menudo solo mejora temporalmente los signos clínicos en los perros y, a menudo, no elimina los parásitos. Los perros tratados pueden seguir siendo portadores de la infección y pueden recaer”, explican.

La vacunación, combinada con el uso de insecticidas tópicos, es la forma más eficaz de prevención y control de la leishmaniosis. Las vacunas comerciales etiquetadas para su uso contra la leishmaniosis canina están disponibles en Europa y Brasil, y se están desarrollando otras vacunas.

Los insecticidas tópicos repelentes específicos, como los collares impregnados con deltametrina o una formulación de permetrina e imidacloprid para aplicación directa, reducen eficazmente las picaduras de flebótomos y la transmisión de enfermedades. Para prevenir la reinfección y reducir el riesgo de propagación zoonótica, se deben aplicar insecticidas tópicos regularmente y los perros infectados deben ser monitoreados continuamente por veterinarios.

Es importante destacar que no hay evidencia de que el sacrificio de perros seropositivos reduzca la incidencia de leishmaniosis en humanos, y los programas que han utilizado ese método para controlar la enfermedad han fallado.

Por el contrario, los programas destinados a la prevención mediante la vacunación de perros llevaron a una reducción de la incidencia de leishmaniosis tanto en perros como en humanos. Por tanto, la vacunación contra Leishmania asociada con insecticidas tópicos es sin duda la forma más eficaz de prevención y control de la leishmaniosis.

Los veterinarios interesados pueden enviar a la WVA sus sugerencias sobre este borrador en el mes de diciembre a la dirección de correo francesco@fve.org.