Reclaman que Europa no prohíba el uso de amantadina en animales con dolor crónico

En estos momentos está abierta la consulta pública europea sobre el listado de antimicrobianos reservados para uso humano, que incluye todos los fármacos (incluidos también antivirales) que dejarán de estar disponibles para su uso en veterinaria, con la intención de combatir las resistencias.

Aunque las principales instituciones veterinarias europeas, están conformes con el contenido de la lista —de hecho, consiguieron que no se añadieran más fármacos— todavía quedan algunos que se utilizan en veterinaria con regularidad.

Un ejemplo es la amantadina, que el Colegio Europeo de Anestesia y Analgesia Veterinaria (ECVAA) cree que debería de poder seguir usándose en animales y así lo ha hecho saber en sus alegaciones presentadas a la consulta pública.

“Escribimos preocupados por el desarrollo de un problema de bienestar si la amantadina se restringe al uso humano. Algunos perros y gatos son tratados con amantadina para el dolor crónico. Si se retira la amantadina de estos pacientes, será difícil encontrar medicamentos alternativos para prevenir el sufrimiento de estas mascotas”, advierten.

Y es que, explican que actualmente no existen medicamentos veterinarios autorizados para el tratamiento de la sensibilización central, una característica clave del dolor crónico en perros y gatos que se trata con amantadina.

“La amantadina actúa en el receptor NMDA a nivel de la médula espinal para reducir la sensibilización central y así reducir la hiperalgesia asociada al dolor”, señalan desde el colegio europeo, y aclaran que la hiperalgesia es el aumento del dolor por un estímulo y la sensibilización central es el aumento de la capacidad de respuesta de las neuronas nociceptivas en el sistema nervioso central.

La evidencia para el uso de amantadina en perros se originó a partir de un estudio en perros osteoartríticos que eran refractarios al tratamiento con antiinflamatorios no esteroideos (AINE). Después de 21 días de tratamiento con amantadina y el AINE meloxicam, estos perros estaban más activos y presentaban menos cojera en comparación con los perros tratados solo con meloxicam.

Estos autores concluyeron, por tanto, que “en perros con dolor artrósico refractario a un AINE, la actividad física mejora con la adición de amantadina”.

Asimismo, la ECVAA indica que otro estudio en gatos documentó una mejora en la movilidad y la calidad de vida evaluada por el propietario en gatos con osteoartritis. “Para facilitar la dosificación a los gatos, se encuentra disponible una formulación veterinaria específica de amantadina”, añaden.

Teniendo todo esto en cuenta, el colegio europeo insiste en que varios autores consideran que la amantadina es una adición importante a las opciones farmacéuticas para el manejo del dolor crónico.

De hecho, recuerdan que Rychel (2010) incluye amantadina en las recomendaciones para el manejo de perros con osteoartritis. Además, en una revisión del dolor neuropático en perros, Moore (2016) incluye el uso de amantadina basándose en una publicación de Madden et al (2014). “La información sobre el uso de amantadina en perros y gatos está disponible para veterinarios en www.zeropainphilosophy.com”, añaden.

“Como especialistas europeos en el tratamiento del dolor, le instamos a que reconsidere esta decisión sobre la base del sufrimiento que se puede prevenir mediante el uso de amantadina”, concluyen desde el colegio europeo, dirigiéndose a los legisladores.