JUEVES, 18 de abril 2024

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PROFESIONALES

Una película sobre la labor esencial de los veterinarios rurales para la sociedad

A finales de marzo llegará a España la película ‘Una veterinaria en la Borgoña’, que sigue la vida de dos veterinarios rurales y cómo luchan para atender a los animales de una pequeña localidad

La película pone en valor las condiciones precarias en las que a veces trabajan los veterinarios.
La película pone en valor las condiciones precarias en las que a veces trabajan los veterinarios.

Una película sobre la labor esencial de los veterinarios rurales para la sociedad

A finales de marzo llegará a España la película ‘Una veterinaria en la Borgoña’, que sigue la vida de dos veterinarios rurales y cómo luchan para atender a los animales de una pequeña localidad

Redacción - 10-02-2021 - 10:19 H - min.

Este 26 de marzo se estrena en los cines españoles la película ‘Una veterinaria en la Borgoña’, un largometraje en el que su directora, Julie Manoukian, ha querido transmitir el abnegado y poco valorado trabajo que realizan los veterinarios rurales. “Los veterinarios son personas indispensables, y que necesitan ayuda”, sería el mensaje de la película resumido en una frase por la directora.

La película transcurre en el corazón de la región francesa de Borgoña, en la que Nico, el último veterinario de la zona, “lucha por salvar a sus pacientes, su clínica y su familia”. “Cuando Michel, su compañero y mentor, anuncia su retiro, Nico sabe que la peor parte está por llegar”, explica la sinopsis.

Su mentor busca a una compañera para que ayude a Nico, Alexandra, una recién graduada “brillante, misántropa y que no tiene ningún deseo de enterrarse en el pueblo de su infancia. ¿Conseguirá Nico que se quede?”, concluye.

La directora afirma que un productor con el que había trabajado estaba buscando a alguien para contar una historia sobre los veterinarios rurales. "Es una profesión que interesa a todas esas personas cada vez más numerosas preocupadas por el bienestar animal. Estoy seguro de que se puede contar una gran historia", le comentó.

“Cuando empecé a investigar sobre los veterinarios en zonas rurales, descubrí sus condiciones de trabajo, la presión creciente, y encontré el mismo humor, la misma pasión y el mismo heroísmo discreto que caracteriza a esta profesión tan sacrificada”, señala Manoukian.

Y es que defiende que los veterinarios son personas que “entregan su vida al servicio de los demás”. “Trabajan en condiciones difíciles, con horarios enloquecidos y reciben salarios que no se corresponden con el enorme esfuerzo que han tenido que hacer para conseguir su título, ya que se trata de una de las carreras más difíciles”, lamenta.

La directora asegura que un veterinario rural “debe saber tratar a prácticamente todos los animales, domésticos o no, de compañía o salvajes, sin olvidar las especies exóticas. Debe estar disponible día y noche, tanto para asistir a partos como para otras emergencias”.

Asimismo, apunta que además de ayudar a nacer, también recae sobre ellos la “exorbitante responsabilidad” del derecho a la eutanasia que tienen sus pacientes. “¡Nada más y nada menos! Me enamoré de su profesión, que siguen ejerciendo con pasión y abnegación, a pesar de un estatus en plena descomposición y de unos clientes que les exigen cada vez más”, señala.

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    "Su trabajo es muy físico, muy agotador y muy técnico"

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    La película remarca el abnegado y poco valorado trabajo que realizan los veterinarios rurales

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    El veterinario debe estar disponible día y noche

LA EXIGENCIA DEL TRABAJO DE VETERINARIO RURAL

Clovis Cornillac, que interpreta a Nico, explica sobre la película que en los 35 años que lleva haciendo cine, era la primera vez que veía un proyecto que hablaba de esta profesión. “Siempre la he admirado por la abnegación que exige a los que la practican, ¡porque los animales no pueden dar las gracias! ¡Que nadie hubiera pensado en convertir a esas personas en protagonistas de una película me pareció alucinante!”, señala.

Por otro lado, recuerda que ha conocido las dificultades de la profesión. “Es menos lucrativo de lo que se piensa, debido a las dificultades económicas del mundo rural, y extenuante, por la disponibilidad que exige y las largas distancias que hay que recorrer entre dos visitas. ¡No es de extrañar que el abandono del campo por parte de los médicos también afecte a los veterinarios!”, apunta.

Cornillac explica que pasó varios días con un veterinario para hacerse con el papel. “Vi cómo trabajaba, pero sobre todo observé su comportamiento psicológico”, señala. Lo que el actor intentó captar es cómo un veterinario se relaciona con los animales, “cómo les habla”.

Por su parte, Noémie Schmidt asegura que aprendió mucho de los veterinarios que les acompañaron en el plató, y aprendió como trabajan y sus horarios. “Tienen que estar disponibles las veinticuatro horas del día. Son sanitarios y psicólogos. Su trabajo, como el de los médicos, se enmarca en el ámbito del sacerdocio”, afirma.

Además, antes del rodaje trabajó, al igual que Cornillac, con algunos veterinarios. “Fuimos a tratar a un toro que tenía neumonía, a vacunar terneros, a anestesiar gatos, a poner sondas a perros. Me hice una idea de la variedad de su trabajo”, asegura, aunque señala que para inspirarse en cómo los veterinarios se relacionan con los propietarios incluso se basó en el veterinario que cuida de su gato.

Tras el rodaje, la actriz asegura que respeta mucho el trabajo que realizan los veterinarios rurales. “Trabajan sin importar el tiempo que haga y a menudo en condiciones precarias, con frío y barro. Su trabajo es muy físico, muy agotador y muy técnico. Para ejercerlo, hay que tener muchísimos conocimientos científicos y médicos, pero también mucho sentido común. Es aún más difícil para las mujeres veterinarias que deben hacerse respetar en un entorno mayoritariamente masculino”, remarca.

 

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