La OCV presenta un manual actualizado para los veterinarios especialistas en la raza de lidia

La sede del Consejo General del Colegios Veterinarios de España en Madrid ha acogido esta tarde la presentación del libro ‘Entre campos y ruedos. 30 años después’, que ha visto la luz recientemente con contenidos actualizados para los veterinarios especializados en espectáculos taurinos, y la entrega del XXXIV Trofeo Taurino al ejemplar más bravo de la pasada Feria de San Isidro, concedido por el jurado a Bellotero, de La Quinta.

Coordinado por el veterinario y ganadero Adolfo Rodríguez Montesinos, con una extensión de 400 páginas, la obra se estructura en quince capítulos que recoge temas muy diversos: legislación taurina nacional, normativa autonómica, libro genealógico, pelajes, encornaduras, prototipos raciales, reconocimiento de reses vivas, caballos de picar, asesoramiento de la presidencia, fraude por manipulación de astas, selección de la raza, programa de mejora y bienestar animal en los espectáculos taurinos.

Los autores son Vicente Gaudioso, Rufino Rivero, Víctor Huertas, Paula Martínez, Adolfo Rodríguez, Luis Alberto Calvo, Antonio Gallego, Ángeles Moya, Lázaro López, José Ramón Caballero y Antonio Gómez.

En la presentación, con el periodista y veterinario Teo Sánchez Nacarino como moderador, Luis Alberto Calvo Sáez, presidente del Consejo General de Colegios Veterinarios de España, destacó el compromiso de la organización con el toro de lidia, “con el estudio y la mejora de la raza, un orgullo zootécnico para nuestro país, y con la tauromaquia, que es un patrimonio cultural, histórico y artístico, y que debe queda al margen de la tergiversación y la manipulación política.

FORMACIÓN BÁSICA Y AVANZADA

Calvo destacó que desde 1989, con la colaboración de los colegios provinciales, se han impartido 169 cursos básicos de especialización en espectáculos taurinos, con asistencia de 5.000 veterinarios, en tanto que la cifra de cursos avanzados asciende a 57 ediciones, con más de 2.000 participantes.

Además, el Consejo General ha promovido una decena de Congresos Mundiales Taurinos de Veterinaria en Zaragoza, Córdoba, Arles, Salamanca, Valladolid, Murcia, Cáceres, Logroño, Toledo y, este mismo año, en Castellón, “con presencia de numerosos compañeros jóvenes”. El próximo está previsto en 2024 y lo albergará la ciudad de Teruel.

Por su parte, Adolfo Rodríguez Montesinos incidió en la importancia del veterinario en todos los espectáculos taurinos, como garante de la sanidad y el bienestar animal y del cumplimiento de la normativa de la lidia.

“El veterinario presta un servicio inestimable. Desempeñamos una función fundamental que no siempre comprenden algunos integrantes del propio sector taurino. Por ello, es necesario seguir formando facultativos especializados en materia taurina, que van a encontrar en este libro un útil manual de consulta”, aseguró.

Montesinos aseguró que “la base de la fiesta es el toro, no solo desde un punto de vista veterinario”, y tuvo un afectuoso recuerdo para quien fuera presidente del Consejo General, Antonio Borregón, “que entendió la necesidad de impulsar iniciativas para conseguir una especialización en este ámbito, con congresos y libros como éste, que también son válidos para aficionados”.

A continuación, en el mismo salón de actos, tuvo lugar la entrega del Trofeo Taurino al ejemplar más bravo de la pasada Feria de San Isidro a Álvaro Martínez Conradi, de la ganadería de La Quinta, de encaste Santa Coloma-Buendía, por el bravo comportamiento del astado de su hierro de nombre Bellotero, número 28, de capa cárdena clara, bragado corrido, calcetero y rebarbo, con un peso de 520 kilos.

El ganadero agradeció este reconocimiento, “que tiene para nosotros unas connotaciones especiales, por el apoyo que hemos tenido de los equipos veterinarios de la plaza de Las Ventas desde nuestras primeras novilladas, gracias a un toro en peso y con hechuras armónicas propias del encaste, de su tipo zootécnico, tratando de lograr más cara pero no más kilos, que en esencia lo que buscamos en nuestra casa, y la gran inquietud de mi padre”.

Para concluir, Luis Alberto Calvo animó al criador a seguir en esa línea, “buscando un astado con rasgos de comportamiento y morfológicos muy definidos, que gustan a los aficionados”.