Mujeres veterinarias: más y mejores, pero menos visibles

Este lunes 11 de febrero se celebra el Día Internacional de la Mujer en la Ciencia, proclamado en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas y que reivindica el acceso y la participación plena y equitativa de mujeres y niñas en el ámbito científico, así como la igualdad de género. En el caso de España las mujeres están comenzando a hacerse cada vez más visibles en las profesiones científicas, aunque todavía tienen un largo camino por delante, ya sea a nivel de equiparación con sus compañeros o a la hora de desempeñar cargos directivos.

Según un estudio elaborado por el Consejo Económico y Social de España, en el pasado año 2018, solamente 1 de cada 4 nuevos estudiantes de ingeniería o construcción eran mujeres, dato que cambiaba radicalmente en el caso de los estudiantes de la rama de salud y bienestar, donde las mujeres suponen casi 3 de los 4 nuevos estudiantes.

Precisamente este dato se ve reflejado en las facultades de Veterinaria españolas, donde hay una amplia mayoría de mujeres, 6.825 frente a 2.549 hombres. Y además de ser más en número, aventajan a sus compañeros en rendimiento académico, éxito y nota media, lo que les da una ventaja cuantitativa y cualitativa sobre sus compañeros.

Sin embargo, a la hora de desempeñar cargos directivos o de relevancia, las mujeres se encuentran con lo que se conoce como 'techo de cristal', que les impide llegar donde sí llegan los hombres. Esta situación ha sido criticada en varias ocasiones por Esperanza Orellana, directora general de Producciones y Mercados Agrarios del Ministerio de Agricultura.

Así, Orellana ha reivindicado en diferentes intervenciones en actos públicos la figura de la mujer, animando a que cada vez sean más las que tengan “papeles protagonistas en la profesión veterinaria”. Pero también subrayando la importancia de que sean estas las que rompan con “los prejuicios” y luchen “contra la desigualdad de género”.

Este hecho se ve fácilmente reflejado en las instituciones colegiales veterinarias, donde de los 19 Consejos veterinarios tan solo el valenciano está presidido por una mujer, Inmaculada Ibor Martínez. En el caso de los Colegios Oficiales, los datos son bastante descriptivos, de los 52 colegios españoles, la presidencia de tan solo 7 de ellos recae en una mujer.

Entre estas mujeres presidentas de colegios se encuentra Cristina Velasco, que preside el Colegio Oficial de Veterinarios de Cádiz desde el 29 de enero —la única en Andalucía—, y que habló con Animal's Health sobre el tema. La posición de Velasco durante la entrevista fue que, aunque cree que la presencia de mujeres irá aumentando de forma natural, las profesionales del sector deben ser "proactivas" a la hora de reclamar su espacio.

"Uno no puede estar esperando a que le den algo. Hay que decir ‘quiero estar aquí’. Yo creo que esa es la fuerza que tenemos que hacer las mujeres. Tenemos que reclamar nuestro espacio en la profesión veterinaria, y hay que hacerlo de una manera activa. Porque en grupo se piden muchas cosas, pero cuando alguien tiene que hacer algo tiene que dar el paso solo, o sola. Es ahí donde quizás nos frenamos", manifestó.

De igual manera se deja notar en los directivos de las facultades, donde de los 14 decanos de Veterinaria, tan solo 4 son mujeres. Por lo tanto, a pesar de ser mayoría sobre sus compañeros, y mejores en el ámbito académico, las veterinarias gozan de una menor visibilidad en España, ocupando menos puestos de relevancia.

En este sentido, los estudios realizados sobre el liderazgo de la mujer en España señalan que solo el 27% de estas ocupan puestos directivos, entre ellas la veterinaria Marta Natividad García Pérez, nombrada directora ejecutiva de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan).

Aunque, por otro lado, la buena noticia es que en el ámbito empresarial, el número de empresas que no cuentan con mujeres al mando se ha reducido con el paso de los años, pasando de un 34% en 2014, hasta un 20% registrado en el último estudio de 2018.

La tasa de ocupación refleja de igual modo la desigualdad existente entre géneros, suponiendo ellos el 61,8% de la población ocupada, mientras que las mujeres son el 47%. Precisamente, quizá motivada por esta ocupación predominantemente masculina, la inmigración cualificada se ha feminizado, suponiendo las mujeres en este aspecto más del 52%.