Un estudio pone en valor el efecto positivo que tiene la presencia de cachorros para las sesiones de educación canina dirigidas a perros adultos con diferentes problemas de comportamiento
Los cachorros ayudan a redirigir la conducta de los perros adultos
Un estudio pone en valor el efecto positivo que tiene la presencia de cachorros para las sesiones de educación canina dirigidas a perros adultos con diferentes problemas de comportamiento
Javier López Villajos - 11-06-2019 - 13:39 H - min.
Una investigación llevada a cabo por expertos de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Santiago de Compostela pone de manifiesto que la presencia de cachorros contribuye a mejorar los problemas de comportamiento que sufren los perros adultos.
De esta forma, Ángela González Martínez, coautora del estudio, detalla que la presencia de perros adultos en las sesiones de socialización dirigidas a cachorros (perros con menos de tres meses) y otros ejemplares jóvenes (de más de tres meses) ayuda a reconducir el comportamiento potencialmente problemático de los primeros, ya sea por miedo o conductas agresivas, entre otras razones.
Para llegar a esta conclusión, los responsables del estudio evaluaron a 80 perros, de los cuales 32 asistieron a clases de comportamiento dirigidas a cachorros y otros 48 no. Durante el experimento se evaluaron factores relacionados con la sensibilidad al tacto o la excitabilidad, llegando a la conclusión de que la exposición de los perros adultos a los cachorros y a las personas que los acompañan termina generando una asociación positiva que influye en su comportamiento a largo plazo.
‘PUPPY PARTIES’
Rosana Álvarez Bueno, directora del grupo de veterinarios expertos en etología Etolia y veterinaria acreditada por la Asociación de Veterinarios Españoles de Pequeños Animales (Avepa) en Medicina del comportamiento, explica que las conocidas como ‘puppy parties’ son encuentros entre cachorros de edades comprendidas entre los tres y los doce meses que tienen el objetivo de que éstos socialicen entre sí, además de con personas, aprendan las órdenes básicas y que se habitúen al manejo del veterinario.
Dichas reuniones, que suelen llevarse a cabo en la recepción de las clínicas veterinarias, cuentan además con una pequeña charla sobre educación y comportamiento por parte del mismo veterinario, un especialista en conducta o un educador canino.
Por otro lado, la experta en etología señala que la metodología de las ‘puppy parties’ está basada en el juego, de manera que los cachorros aprenden y “ponen en práctica” los comportamientos que posteriormente formarán parte de sus patrones fijos de conducta.
Es aquí donde aprenden a desarrollar los sentidos y la coordinación motora para interactuar con su entorno y procesar los estímulos que recibe para después convertirlos en experiencias, por lo que cuanto más expuesto esté a todo, “más equilibrado será”, matiza Álvarez Bueno.
De igual forma, el contacto con otros animales y personas fomenta en el cachorro el reconocimiento de otras especies, previniendo posibles comportamientos relacionados con el miedo, así como el refuerzo de los hábitos de higiene con el fin de que resulte una experiencia agradable para el animal.
Y es por todo ello que los investigadores del estudio sugieren que los perros adultos pueden reconducir sus patrones de comportamiento mediante una especie de reeducación de la mano de los cachorros que están empezando a aprender a comportarse de la forma adecuada.