Las políticas de países vecinos amenazan la sanidad animal en España

Entre los retos a los que se enfrenta la sanidad animal en Europa, incluyendo la española, se encuentran los desafíos geográficos y políticos, ya que, aunque Europa es un continente privilegiado por sus condiciones económicas y climáticas, “tenemos vecinos que influyen en nuestros retos a nivel sanitario”.

Así lo considera Francisco Reviriego, consejero de la Dirección General de gestión de crisis en los ámbitos alimentario, de los animales y vegetales de la DG Sante de la Comisión Europea, quien expuso ejemplos concretos de este fenómeno durante la última Conferencia Anual de la Fundación Vet+i.

Así, desde un punto de vista positivo, en el caso de la rabia, en 15 años se ha conseguido erradicar de la fauna silvestre “con una buena política de vecindad”, mediante medidas adecuadas y sostenibles para mantener esta patología más allá de las fronteras de la Unión Europea, “aunque el objetivo de los veterinarios debería ser erradicarla más allá de esas fronteras”, indica el experto.

No obstante, otro ejemplo de cómo influyen las políticas de vecindad en la sanidad de los animales es el caso de la viruela ovina, una enfermedad que en ocasiones aparece en el territorio de la UE porque Turquía, un país vecino, considerado amigo, tiene sin embargo dificultades para implementar políticas de sanidad animal en su territorio. “Se trata de un desafío, que puede generar situaciones complejas”, asevera.

EL CASO DE LA PESTE PORCINA AFRICANA

La situación se complica aún más, según el experto, si los países vecinos no son propensos a colaborar. Tal es el caso de Rusia y la peste porcina africana (PPA). “Ellos preveían cómo la enfermedad se iba a mover de forma endiablada desde el Este hacia el Oeste de Europa”, sin que se tomaran medidas para evitarlo. “A veces, nuestros vecinos no son tan amistosos como pensamos y eso nos genera desafíos”, añade.

En el caso de Bielorrusia, además, el país ni siquiera reconoce la presencia de focos de peste porcina, ya que no ha notificado ningún foco desde el año 2013, pese a que en todos los países de su alrededor se han confirmado casos. “Cuando alguien niega tener un problema es aún peor que aquel que al menos lo admite y hace una gestión mejorable de la enfermedad, como Rusia", explica Reviriego.

En lo que respecta a la dermatosis nodular contagiosa (LSD, por sus siglas en inglés), por su parte, hay distintas versiones de dónde surge la enfermedad dependiendo del país al que se le consulte. “Según los rusos, el epicentro de la epidemia actual es Israel. Sin embargo, para Israel, el epicentro es Siria”, indica el experto, que alerta de que, aunque se trata de un problema de países lejanos al continente europeo, “cualquier cosa que pase en esa región, con el caos político existente, nos acabará llegando en tres o cinco años”.

La realidad geopolítica, por tanto, resulta todo un desafío para mantener los buenos niveles de sanidad animal en países como España. Junto a ello, Reviriego señala otras cuestiones como la necesidad de destinar más recursos veterinarios a la salud animal, ya que están disminuyendo en los últimos años, o los propios retos biológicos y epidemiológicos que surgen por los múltiples virus emergentes.