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PROFESIONALES

Las clínicas veterinarias adaptan sus servicios a los discapacitados

Un estudio sugiere que, dado que el número de personas discapacitadas que requieren de un animal de asistencia está creciendo, las clínicas veterinarias deben adaptar la prestación de sus servicios a este tipo de clientes

Las clínicas veterinarias adaptan sus servicios a los discapacitados

Las clínicas veterinarias adaptan sus servicios a los discapacitados

Un estudio sugiere que, dado que el número de personas discapacitadas que requieren de un animal de asistencia está creciendo, las clínicas veterinarias deben adaptar la prestación de sus servicios a este tipo de clientes

Javier López Villajos - 22-03-2019 - 15:00 H - min.

Investigadores de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de California Davis (UC Davis por sus siglas en inglés) sugieren a través de un estudio que, a medida que aumentan el número de mascotas, también lo hace la cantidad de propietarios que sufren diferentes tipos de discapacidades. Por ello instan a las clínicas veterinarias a adaptar, no solo sus accesos, sino la prestación de sus servicios a este tipo de clientes.

Dicho estudio revela que mientras los síntomas de algunas de las discapacidades que sufren este tipo de clientes son más evidentes, como puede ser la ceguera, la sordera o los problemas de movilidad; otros son difícilmente perceptibles, como la depresión, la ansiedad, la enfermedad de Alzheimer o personas con alta sensibilidad.

“En un primer momento este tipo de clientes puede suponer un desafío para los veterinarios”, señala Emma K. Grigg, una de las autoras del estudio, detallando que, sin embargo, “vale la pena superar este reto con tal de garantizar que los animales que asisten a estas personas estén sanos”.

MAYOR DEDICACIÓN

Grigg apuesta porque los profesionales veterinarios dediquen un poco más de tiempo a la hora de atender a este tipo de clientes, cuidando también la forma en que se dirigen a estos.

De esta forma, la experta sugiere que no se mencione nada acerca de la discapacidad que sufre el cliente y que no se le involucre en la toma de decisiones relativas al diagnóstico o al tratamiento del animal. Otra forma de satisfacer las necesidades que tienen estos clientes es programarles sus citas en momentos del día con menor actividad, para así poder dedicarles más tiempo, sin olvidar que las zonas comunes deben estar libres de obstáculos.

Con todo, Grigg señala que este tipo de trato requiere de una formación y una coordinación de equipo, como en el caso de tener que preguntarle al cliente si necesita algún tipo de ayuda o de si puede tocar a su perro de asistencia antes de examinarlo.

TRATO PERSONALIZADO

La experta también hace hincapié en que cada discapacidad requiere de una serie de medidas a tener en cuenta. Así, el profesional veterinario debe encargarse de guiar a un invidente por la clínica, ofrecerle información acerca de la atención domiciliaria si fuera necesaria o enseñarle cómo administrar los medicamentos al animal.

En el caso de tratar con un cliente sordo, Grigg sugiere que el veterinario le hable directamente a la cara, además de hacer uso de una pizarra o diferentes herramientas electrónicas para facilitar la comunicación.

Otras veces el profesional veterinario tendrá que atender a un cliente con dificultad para hablar, por lo que es importante que el veterinario sea paciente para que el cliente se tome el tiempo que necesite para expresarse, sin olvidar que no se le debe interrumpir.  

Con respecto a las personas con movilidad reducida, los veterinarios tienen que acondicionar su espacio de trabajo con medidas como la de ajustar la altura de la camilla donde examinar al animal.

Por último, Grigg señala que para atender a los clientes que sufren de demencia, convendría que los profesionales veterinarios les dieran instrucciones por escrito, además de proporcionarle un calendario donde estén señaladas las citas a las que tienen que acudir.

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