MARTES, 20 de mayo 2025

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PROFESIONALES

Lanzan una guía para gestionar la mala educación en las clínicas veterinarias

La guía está pensada para ayudar a los veterinarios a afrontar situaciones que surgen en las clínicas en las que hay falta de educación, tanto por parte de clientes como de compañeros

La mala educación por parte de clientes y compañeros puede tener efectos negativos y duraderos para el personal veterinario.
La mala educación por parte de clientes y compañeros puede tener efectos negativos y duraderos para el personal veterinario.

Lanzan una guía para gestionar la mala educación en las clínicas veterinarias

La guía está pensada para ayudar a los veterinarios a afrontar situaciones que surgen en las clínicas en las que hay falta de educación, tanto por parte de clientes como de compañeros

Redacción - 03-06-2024 - 13:12 H - min.

La Universidad de Aberdeen ha lanzado el documento 'Manteniendo un ambiente civilizado: una guía práctica para gestionar la descortesía en la práctica veterinaria', para proporcionar al personal veterinario información y apoyo sobre cómo gestionar la mala educación de clientes y compañeros.

Esta guía ha sido redactada por la universidad junto a figuras y organizaciones líderes en el campo y los recursos están diseñados para ayudar a los veterinarios a afrontar situaciones que surgen en sus consultas.

“La guía satisface una necesidad clave dentro de la profesión veterinaria: gestionar las consecuencias adversas de la mala educación”, afirman desde la universidad. La investigación realizada por Amy Irwin y su equipo ha descubierto sistemáticamente que la mala educación por parte de clientes y compañeros de trabajo puede tener efectos negativos y duraderos para el personal veterinario.

Esto puede incluir una menor satisfacción laboral, un menor bienestar, un mayor riesgo de agotamiento y una mayor intención de dejar la profesión, lo que lleva a parte del personal veterinario a abandonar la profesión.

La guía también proporciona información sobre cómo responder a la mala educación, así como para desarrollar un entorno clínico basado en el apoyo. El documento responde a una investigación más reciente de Irwin que destacó que la forma en que el personal veterinario responde a la mala educación varía según de dónde proviene (cliente o compañero) y el tipo de comportamiento (ignorar a alguien o hacer comentarios degradantes).

Irwin remarca que esta guía representa la experiencia colectiva de investigadores y profesionales veterinarios. “Hemos creado la guía para proporcionar un punto de referencia basado en evidencia para cualquier persona que luche contra la falta de civismo dentro del contexto veterinario”, apunta.

“Tenemos diferentes secciones que se centran en la percepción de la mala educación, por qué ocurre la mala educación, cómo se puede responder, el apoyo al bienestar mental y qué pueden hacer las clínicas para apoyar a su personal; también hay secciones que explican las perspectivas neurodivergentes y de los estudiantes. La guía ha sido escrita de manera que permita a las personas entrar y salir y localizar fácilmente la información más relevante para la situación que enfrentan”, indica.

La investigadora espera que esto tenga un impacto al permitir a los veterinarios no sólo afrontar mejor situaciones difíciles, sino también tomar medidas para abordar la mala educación y fomentar el desarrollo de un lugar de trabajo cívico y solidario.

Por su parte, Amy Martin, directora de Holly House Vets y una de las contribuyentes de la guía, destaca que han estado trabajando para abordar activamente la falta de educación en las clínicas durante los últimos años. “Ha sido realmente gratificante poder aportar este conocimiento a una guía altamente práctica que otros pueden utilizar como recurso para apoyar su propio viaje”, señala.

En la misma línea, Luiz Santos, profesor titular de anestesia veterinaria en la Universidad de Glasgow, añade que esta guía también es un recurso de gran valor para las instituciones académicas.

“No sólo sirve como una herramienta crucial para la formación de futuros veterinarios, sino que también constituye un ejemplo positivo para los estudiantes sobre la importancia de mantener el civismo y un entorno de apoyo en entornos profesionales. Estos recursos son vitales para fomentar una comunidad veterinaria sana y productiva”, concluyen.

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