JUEVES, 18 de abril 2024

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PROFESIONALES

La prevención, la mejor arma contra la leishmaniosis canina y humana

Médicos y veterinarios se unieron bajo el lema “One Health” en una sesión científica organizada por Laboratorios LETI en la que destacaron la importancia de la prevención para evitar la leishmaniosis en perros y personas

La prevención, la mejor arma contra la leishmaniosis canina y humana

La prevención, la mejor arma contra la leishmaniosis canina y humana

Médicos y veterinarios se unieron bajo el lema “One Health” en una sesión científica organizada por Laboratorios LETI en la que destacaron la importancia de la prevención para evitar la leishmaniosis en perros y personas

Redacción - 14-12-2018 - 14:00 H - min.

La ciencia veterinaria y la medicina se dieron cita por primera vez, el miércoles 21 de noviembre, para abordar la leishmaniosis en una sesión científica organizada por Laboratorios LETI, bajo el concepto "One Health" (Una sola salud), ya que la leishmaniosis es una enfermedad zoonótica, es decir, que puede ser transmitida de animales a humanos.

La leishmaniosis canina es una enfermedad vectorial causada por protozoos del género Leishmania que afecta a perros en todos los continentes, excepto en Oceanía, y que también puede ser transmitida a los humanos por la picadura de mosquitos-flebótomos infectados. Así, en la Unión Europea, por ejemplo, en España, se siguen diagnosticando anualmente casos de leishmaniosis humana.

Por su parte, la leishmaniosis humana tiene una epidemiología compleja y muchos animales domésticos, como el perro, y salvajes, como los conejos y las liebres, actúan como reservorios. En este sentido, el perro no puede contagiar directamente la enfermedad a una persona, pero si el perro está infectado hay más  probabilidades de que el mosquito (flebótomo) se infecte y que, en el entorno del perro, pueda transmitir la infección si pica a una persona. Sin embargo, el doctor Rogelio López-Vélez, coordinador de la Unidad Nacional de Referencia de Enfermedades Tropicales, Departamento de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, ponente de la sesión científica, quiso lanzar un mensaje de tranquilidad para aquellas familias que se muestren preocupadas por la tenencia de un perro infectado con leishmaniosis, señalando que “es una enfermedad que es muy difícil que se transmita del perro a las personas que conviven con él y solo es necesario vigilar más estrechamente a los niños más pequeños o a las personas con inmunidad deprimida que convivan con el animal infectado”. En cualquier caso, el doctor López-Vélez considera fundamental la prevención en el perro para evitar la enfermedad, así como tratar al perro que ya está enfermo. “El perro tratado no transmite la enfermedad”, puntualizó el doctor.

En este sentido, la veterinaria y catedrática del Departamento de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, Guadalupe Miró, señaló que “hay que educar a la población en zonas endémicas para que realicen un diagnóstico precoz y que se puedan llevar a cabo los tratamientos correspondientes”.

Asimismo, la veterinaria destacó los aspectos fundamentales de la prevención contra la leishmaniosis, y lo positivo que resulta proteger a los perros para evitar que en un futuro puedan llegar a enfermar. En este sentido, Guadalupe Miró, aplaudió la labor de concienciación que realizan los veterinarios y los animó a seguir informando a los propietarios sobre la importancia de proteger a los perros contra la leishmaniosis, por medio de la vacunación y el uso de repelentes. Esta reflexión la hizo la veterinaria tras exponer los resultados de una investigación en más de 5.000 perros sobre la leishmaniosis a raíz del brote de Fuenlabrada (Madrid).

  • GALERIA

    El doctor Rogelio López-Vélez, coordinador de la Unidad de Referencia Nacional para Enfermedades Tropicales del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid junto a Guadalupe Miró, catedrática de sanidad animal de la Universidad Complutense.

SÍNTOMAS

La leishmaniosis es una de las enfermedades más polimórficas que existen, es decir, que la sintomatología que produce es muy variopinta. La sintomatología cutánea es la más frecuente, aunque cada vez se ven más casos con otro tipo de signos clínicos e incluso, perros infectados con leishmaniosis sin signos clínicos, señala la veterinaria. Por ello, es importante que los veterinarios informen a los propietarios sobre las características de esta enfermedad y los animen a realizar pruebas al menos una vez al año con objeto de determinar si el perro ha sido infectado y, en tal caso, poder realizar el tratamiento adecuado lo antes posible.

DIAGNÓSTICO

La variedad de signos clínicos que puede presentar la enfermedad hace de la leishmaniosis una de las enfermedades más difíciles de diagnosticar. En este sentido, la veterinaria señala que “el diagnóstico definitivo es encontrar el parasito”, ya que hoy en día podemos encontrar perros infectados clínicamente sanos.

Por ello, es necesario que el veterinario cuente con toda la información posible por parte del propietario, saber si ha estado expuesto al mosquito, si ha viajado a zonas endémicas, y a la mínima sospecha, hacer una serología cuantitativa (PCR cuantitativa) y análisis complementarios.

CURACIÓN

A diferencia del caso en humanos, a día de hoy no hay evidencias científicas que permitan afirmar que existe curación definitiva de la leishmaniosis en los perros, entendiéndose como la eliminación completa del parásito. El tratamiento actual de la leishmaniosis canina conduce a una mejoría clínica notable y rápida, y tras el tratamiento el perro puede no mostrar ningún síntoma de la enfermedad. Sin embargo, es importante señalar que difícilmente se llegará a eliminar por completo el parásito del organismo, quedando el perro como portador asintomático o con la posibilidad de que la enfermedad se reactive en el futuro.

Por ello, en perros infectados y tratados, es fundamental realizar un seguimiento mediante pruebas laboratoriales.

LA VACUNACIÓN ES IMPORTANTE

Durante su ponencia, la veterinaria explicó que es extremadamente raro ver perros bien vacunados enfermos de leishmaniosis. Y es que, el papel de la vacuna es el de reforzar el sistema inmunitario del perro para que, en el caso de infección por la picadura del mosquito que le inocula el parásito Leishmania, el perro esté preparado para desarrollar una respuesta inmune eficaz y evitar el desarrollo de la enfermedad y de sus síntomas.

En este sentido, Miró quiso subrayar la importancia de que las vacunas se apliquen de forma correcta, explicando que éstas se tienen que administrar a los perros cuando aún no están infectados de leishmaniosis y no han desarrollado anticuerpos, es decir, cuando el animal es seronegativo. Para saber con certeza que el perro no ha sido infectado, es necesario, según apuntó Guadalupe Miró, hacerle una valoración y análisis correctos previamente a la vacunación. Miró advirtió que el test rápido no es la manera más fiable de detectar si el animal está o no infectado y que, por lo tanto, lo más adecuado sería que un laboratorio, con los medios técnicos precisos, analizara si el perro se encuentra sano y no ha sido infectado.

De esta manera, según argumentaba Miró, por lo general, es muy raro que un perro bien vacunado, cuando tras el análisis correspondiente se ha visto que no estaba infectado, desarrolle leishmaniosis. Aun así, existe la posibilidad de que los perros vacunados desarrollen la enfermedad, pero en cualquier caso, los animales vacunados “tienen enfermedades más moderadas que aquellos que no lo están”, especifica la veterinaria según los casos clínicos que ha podido observar.

Otros elementos de prevención que resultan eficaces al reducir las posibilidades de que el mosquito pique al perro, son los collares repelentes y las pipetas. Por lo tanto, vacunando y protegiendo a los perros para que estos no enfermen de leishmaniosis, se protege también a las personas, ayudando a controlar esta zoonosis.

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